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¿Y CUANDO DIGA DE LLOVER FUERTE QUÉ? – Antonio de Cayetano

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¿Y CUANDO DIGA DE LLOVER FUERTE QUÉ? – Antonio de Cayetano.

Han llegado a su fin las obras de la hasta ahora conocida como Ronda Sur, sin duda ha sido un acierto la remodelación de esta vía, estaba pidiendo a gritos la renovación de su asfalto y la total reparación de su acera, levantada por las raíces de los grandes árboles allí situados, ahora ese margen que va junto a la rambla de Tiata se ha quedado en tierra compactada, una buena solución para el posterior crecimiento de las raíces y a cambio, se ha hecho otra acera en el otro lado, así como la incorporación de un carril bici y zona ajardinada.

También ha sido todo un cierto el renombrarla como Avenida José López Fuentes, así recordaremos siempre al primer alcalde electo de la democracia, un alcalde que no se le conocerá por grandes obras, si por grandes nos referimos al tamaño de las mismas, pero que si que fueron grandes para muchos vecinos de parajes alejados de la población, que hasta entonces carecían de servicios tan elementales como luz y agua, servicios que entonces se pusieron en marcha, junto al arreglo de caminos o la potenciación de los servicios sociales municipales, que tanto hicieron en aquellos años por la gente necesitada de nuestra ciudad. Solo estuvo una legislatura y gobernando en minoría con solo 9 concejales, pero el consenso y su entrega, junto a su honestidad política, hicieron que fuese respetado por todos los lorquinos.

Y si un acierto ha sido poner su nombre a esta vía de circunvalación, no lo ha sido tanto la forma y la terminación del trabajo allí realizado. Y no me refiero a los bordillos que se han puesto como separación entre la zona ajardinada y el carril bici, que se han dejado con el hueco y sin la junta de cemento que los una, estando algunos ya con inclinación. Ni a los de la mediana central que lo mismo tienen una junta de un centímetro que de tres y que no se han unido con mortero a los ya existentes, estando mal alineados unos con otros. Tampoco me refiero a la poca profundidad con que se han plantado los grandes árboles de la acera nueva y que luego causarán problemas en el pavimento, tal como ha sucedido con las viejas plataneras orientales de la acera antigua. Ni siquiera al trozo de muro nuevo que se ha hecho en la rambla frente a la estación de servicio, cerrando la antigua cuesta y que se ha realizado solo de hormigón y de mala manera, en vez de guardar la estética y hacerlo en piedra tal como está el resto de obra vieja.

Tampoco me refiero al muro de enfrente, en el Quijero, que entraba su restauración como contrapartida a la Comunidad de Regantes por la cesión de la rambla, y que se ha remendado también de mala manera. Ni a los restos de poda de los grandes ejemplares que allí hay y que con motivo de las obras se han tenido que recortar, quedando en el lecho de la rambla todo el ramaje seco. Tampoco me refiero al arranque de las pequeñas coníferas y los cientos de rosales que había en esa mediana de la Ronda Sur y que se dijo que se quitaban por el mantenimiento que ello conlleva en una zona de elevado tráfico, y que sin embargo ahora (quizá por las críticas actuales) se ha replantado de nuevo sin estar previstos en el proyecto, esta vez con un centenar de arbustos, que también necesitan de su mantenimiento, pues hay que recortar periódicamente su abundante follaje.

Esto me recuerda cuando se arrancaron las grandes moreras que ya formaban arcos entre sí en la alameda Poeta Gimeno Castellar, con motivo de las obras del Plan E, se nos dijo entonces que se quitaban porque echaban moras y manchaban el suelo, no poniendo luego otro tipo de árbol diferente como se había anunciado, sino que de nuevo se plantaron MORERAS. Parece que a nuestros gobernantes actuales lo viejo no le gusta, la cosa es cambiar por cambiar, sacrificar por sacrificar, aunque luego los resultados no sean los idóneos o se agraven las carencias que ya existían.

Y a eso es a lo que me refiero, en la renovación de esta vía se le ha incorporado una nueva acera en el lado opuesto y un carril bici, cogiendo para ello terreno de los linderos y construyéndose un muro de hormigón armado con su valla metálica entre la vía y las fincas, cosa que me parece perfecta. Pero lo que ya no es tanto, es que al cruzar el paso del agua pluvial que hay entre el camino Hondo de Sutullena y la rambla de Tiata, (junto a la gasolinera) no se haya previsto rebajar el suelo de ese cauce, para así compensar la reducción de altura que se ha producido como consecuencia del ensanchamiento de la calzada con la nueva acera y carril bici. Ese camino que viene de la pequeña rotonda de la avenida de Sutullena, es en realidad la desembocadura de la rambla de Las Chatas, rambla que nace en la ladera sur de la sierra del Caño, cruza la autovía, pasa entre la Quinta y el tanatorio, luego por las faldas del parvulario del colegio Alfonso X, para entubarse después en la calle Rubén Darío y llegar soterrada hasta la ctra. de Granada junto al edificio Princesa, quedando a cielo abierto de nuevo y tras atravesar el camino Viejo del Puerto y el ferrocarril, llegar hasta la rambla de Tiata, recogiendo a su paso otras aportaciones de agua pluvial.

En Lorca no es que llueva mucho, pero cuando dice de llover llueve, en la primera imagen de las que acompaño a esta publicación, se ve el cauce de la rambla de Las Chatas a su paso por San José y Alfonso X, con falta de limpieza y estrecha, pero aceptable. En la segunda imagen vemos el final del tramo entubado junto al camino Viejo del Puerto, una infraestructura suficiente que a simple vista nos da confianza para el paso de las aguas pluviales. Pero en la tercera imagen ya vemos un paso a todas luces pequeño, cuando es el paso final y previo a la desembocadura a la rambla de Tiata, y más si tenemos en cuenta las bardomeras que se pueden ocasionar en ese lugar, debido principalmente a los arrastres que se recogen al pasar el agua por los tramos sin limpiar, como es el caso del anterior a la avenida de Sutullena.

Es incomprensible que los técnicos de una obra como esta y los políticos responsables, no hayan pensado en las consecuencias de dejar ahí un embudo como este, con el consiguiente peligro para los vecinos que viven en los márgenes de la “rambla” y con sus propiedades por debajo del nivel de esta, así como para el paso de vehículos por la renovada vía, pues de no tragar lo suficiente ante fuertes precipitaciones, el agua se desbordará a la calzada ocasionando serios problemas en la circulación rodada.

Este tramo de camino-rambla debería de estar entubado hace ya mucho tiempo, cuando se hizo la avenida de Sutullena aprovechando el paso del canal del trasvase hacia Almería, pues no es tanta su distancia y por ello la inversión a realizar, pero ya que no se hizo entonces y se nos dejó esa horrible rotonda-badén que todos conocemos, si que se debería de haber hecho ahora aprovechando esta gran obra del tramo 4º de la Ronda Central, en la que se ha incluido este otro tramo conocido como Ronda Sur.

Son pocos los vecinos allí residentes y por ello poca la fuerza que puedan hacer, pero como no es solo una cuestión vecinal, sino que nos afecta a todos los lorquinos, todos deberíamos de pedir al menos, que entre tanto llega la solución definitiva del entubamiento, se drague de inmediato el punto situado junto a la carretera, dejando un amplio y profundo paso para que el agua discurra rápida y sin obstáculos, pues bajo la calzada sí que tiene buena sección, pero no así su entrada tras estas obras y otras realizadas con anterioridad para diferentes conducciones.