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Alimentos funcionales: Ayudantes preventivos para nuestro organismo

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Alimentos funcionales: Ayudantes preventivos para nuestro organismo.

Alguna vez habrás oído hablar de los alimentos funcionales. Se denomina así a aquellos que aportan algún beneficio a una o varias funciones del organismo: ¿Por qué? Pues porque nos ayuda a mejorar nuestro bienestar, aparte, por supuesto, de los nutrientes que nos aportan.

Su principal ventaja es que desempeñan un papel preventivo, ya que reducen ciertos factores de riesgo para la aparición de enfermedades.

Los alimentos funcionales responden a los avances en el campo de la nutrición. En una dieta adecuada se busca que nos proporcione lo que necesitamos para cubrir déficits y carencias. Ahora, además, queremos que sea “óptima”. Es decir, que también sean positivas a la hora de mejorar nuestra calidad de vida y salud integral.

 “Alimentos funcionales: un papel clave en la prevención”

Puede decirse que ahora, a la hora de alimentarnos, también tenemos un enfoque terapéutico y preventivo. Sabemos que la reducción de ciertos hábitos y la introducción de alimentos naturales, pueden tener también un buen efecto.

¿A qué se consideran alimentos funcionales?

Primordial, recordar que son, ante todo, alimentos. Por tanto, debe ser consumido por sus buenos efectos dentro de una dieta equilibrada y en la cantidad en que es ingerido habitualmente.

En el grupo de alimentos funcionales se incluyen aquellos que tienen varios elementos. Puede ser naturales o modificados, nutrientes o no nutrientes o esenciales o no esenciales. Incluso puede establecerse una agrupación por categorías. Lo más importante, siempre es intentar acudir a todo lo que sea natural, lo más natural posible.

1- Probióticos, prebióticos y simbióticos:

Los probióticos se caracterizan porque tienen microorganismos vivos. Se trata de productos fermentados por bifidobacterias y lactobacilos. Un claro ejemplo es el yogur. Un producto que se obtienetras la fermentación de la leche por Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus termophilus. Los probióticos se consumen como alimentos funcionales. Además, puede ingerirse como nutracéuticos. Esto es, en forma de prescripción como sobres, cápsulas, u otras presentaciones. Esta alternativa es una buena opción para aquellos que no quieran o no puedan consumir yogures.

Por su parte, al hablar de prebióticos se hace referencia a son sustancias no digeribles por el ser humano. Si bien, sí que sirven como alimento a los microorganismos probióticos. Esto significa que estimulan de manera selectiva el la actividad o el crecimiento de una o algunas bacterias intestinales beneficiosas.

En este grupo podrían destacarse las denominadas “fibras solubles”. En ellas, uno de los representantes más relevantes es la inulina. Por último están los simbióticos. Se trata de la asociación de un probiótico con un prebiótico.

2- Los conocidos ácidos grasos omega 3 y ácido oleico:

El Omega 3 y el ácido oleico se encuentran, como ácidos grasos EPA y DHA, especialmente en pescado azul. ¿Qué papel tienen? Están muy indicados por su función como “anti”, es decir, preventivos. Se trata de anti arrítmicos naturales, antiinflamatorios, anticoagulantes, anti agregantes plaquetarios. Además, son vasodilatadores y protectores del sistema cardiovascular.

Cabe destacar junto a él que el ácido alfa linolénico está presente en fuentes vegetales. Es decir en aceites como el de lino o camelina. También en las semillas de chía.

Respecto al aceite de olvida, hay que subrayan que lo más recomendado es consumirlo sin refinar, como aceite de oliva virgen. De esta forma, se obtienen mejor los beneficios de los activos antioxidantes. El ácido oleico tiene también destacadas propiedades vasodilatadoras y anti agregantes plaquetarias. Es un buen aliado para reducir los triglicéridos, el colesterol total y, especialmente, el LDL (el “malo”). Eso sí, incrementa el colesterol HDL, al que conocemos como “el bueno”.

3. Fruta, verdura y legumbres:

Ricas, sana, económicas y variadas. No deben faltan en cualquier dieta por su gran valor nutricional. Apostar por ellas es también encontrar alimentos funcionales. Precisamente, estamos en el año de las legumbres.

4- Fibra dietética:

Es concepto que define a las sustancias de origen vegetal no digeridas por las enzimas humanas. Son fermentadas por las bacterias intestinales. Las de fibra dietética puede ser de dos clases:

La fibra insoluble: Presente en frutas, vegetales y tubérculos, en distintos grados. Ejemplo, la hemicelulosa y la celulosa. Estimulan el movimiento intestinal y la formación del bolo fecal. Asimismo, ayudan a la excreción de ácidos biliares. También reducen el colesterol.

La fibra soluble: Se trata de una fibra presente en los cereales integrales.Se forma por gomas, pectinas y mucílagos. Atrapan el agua formando geles viscosos de poder laxante. Asimismo, incrementan la calidad y consistencia del bolo fecal. Mejoran el tránsito intestinal y la absorción de hidratos de carbono. Además de dar una sensación de plenitud. Son buenos aliados para reducir los niveles de colesterol y de triglicéridos. Quizá, su contraindicación es Hay que destacar que, al ser fermentadas por las bacterias colónicas, pueden producir gases y aumento de la flatulencia, pero sus beneficios son importantes. Otro beneficio es que producen un ácido graso denominado butirato del que se nutren las células del colon. Así, le aportan energía y salud intestinal.

5- Compuestos fenólicos:

Estos compuestos son una defensa natural de las plantas ante las parasitaciones y patógenos. Hay una enorme variedad de compuestos fenónilos. A continuación, tres de ellos:

-Las antocianinas: Se encuentran en los frutos rojos y de color violáceos. Por ejemplo, frutos del bosque, uvas o manzanas rojas.

Los órgano sulfurados: Están en muchos miembros de la familia de las coles como la berza, el repollo, la coliflor o las pequeñas coles de Bruselas.

-Los triterpenos: Estos compuestos se encuentran en la mayoría de los organismos, especialmente dentro del reino vegetal como limones, mandarinas y uvas. Tienen una importante actividad antiinflamatoria y efectos citoprotectores.

-Los flavonoides: Se componen de una amplia familia con diversas denominaciones químicas (flavononas, flavonas, etc). Se encuentra en naranjas , uvas, té verde y negro vino tinto, cacao o sidra.

-Resveratrol: Este compuesto fenólico está en la piel de las uvas y el vino tino. Tambien, aunque en menor cantidad, el blanco. Es concocido por sus propiedades antioxidantes y actúa como protector cardiovascular. Asimismo, actúa como anti inflamatorio, inhibe la oxidación del colesterol y la agregacion plaquetaria.