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Jaguar F-Pace, un felino en su hábitat natural

Inauguramos una nueva sección de Motor, donde semanalmente iremos compartiendo algunas noticias interesantes sobre los modelos más novedosos dentro de la automoción, motocicletas, y otros vehiculos.

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Jaguar F-Pace, un felino en su hábitat natural.

Jaguar ya tiene su todocamino de tamaño medio. Llega con motores de entre 180 y 360 CV y precios de 45.000 a 100.000 euros.

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Ya no hay prejuicios. Todas las marcas de lujo (con la única excepción de Ferrari) tienen o van a tener en breve un todocamino, incluso la deportivas. Así que, ¿por qué no Jaguar? Pues bien, la marca inglesa estrena el F-Pace, el coche con el que entra en un segmento que alcanzará en 2020 los 1,4 millones de clientes, un 50 por ciento más que hoy día. Y que en 9 de cada 10 unidades que venda será a nuevos clientes para la marca.

El Jaguar F-Pace entra a competir con SUV medianos de otras marcas premium como el BMW X4 o el Porsche Macan, dos modelos que el año pasado acapararon más de 55.000 unidades en el caso del bávaro y más de 80.000 en el de Stuttgart, que además se convirtió en el coche de más éxito de Porsche.

Después de conducirlo podemos decir que el Jaguar F-Pace debera ser considerado por quienes estén pensando en comprar un todocamino premium. La versión más asequible parte de 45.000 euros en el caso del diésel de 180 caballos, con tracción trasera y cambio manual de seis marchas. Por contra, el F-Pace más caro -el gasolina de 380 CV en edición limitada First Edition- supera los 100.000 euros.

Es un coche que entra por los ojos incluso en su versión más «barata» con llantas de 18 pulgadas. En tráfico, junto al resto de coches, tiene una gran presencia. Pero, además, es el Jaguar más funcional construido nunca. Tiene una carrocería de 4,73 metros de largo, con una notable distancia entre ejes (2,87 metros) que dan lugar a un habitáculo bastante amplio, en especial en las plazas traseras, aunque la del medio es muy incómoda.

Los acabados son buenos, no extremadamente lujosos aunque algunos plásticos desmerecen. También debería haber huecos más grandes para dejar objetos. La banqueta posterior es reclinable (incluso de forma eléctrica), pero no se puede desplazar longitudinalmente. Tras ella encontramos un maletero enorme, con doble fondo y la mayor capacidad del segmento: 650 litros.

El F-Pace es el tercer modelo de la marca desarrollado a partir de la denominada arquitectura de aluminio, después de los XE y XF, aunque tiene un 81% de piezas nuevas. También se emplean otros materiales ligeros como el magnesio. La carrocería (un 80% de ellas es aluminio) pesa 300 kilos y cada lateral (excluidas las puertas) esté hecho de una sola pieza de seis kilos. Esto le convierte en el modelo más ligero de la categoría con 1.665 kilos.

Ágil al volante

Aunque hemos empezado resaltando su vertiente práctica, el Jaguar F-Pace es un SUV muy dinámico. Su suspensión tiene un punto de dureza antes que confortable, lo que hace que el F-Pace admita una conducción muy viva, sin inercias exageradas cuando saltamos de una curva a otra. Según la motorización escogida, nos podemos encontrar con un automóvil rápido pero frugal (el diésel de 180 caballos solo gasta 4,9 litros y emite 129 gramos de CO2 por kilómetro); otro impresionante por sus posibilidades y equilibrio (el diésel de 300 caballos) y una ‘bestia’ con una respuesta muy bruta y un sonido que encandila, caso del F-Pace gasolina V6 de 380 caballos.

Esas fueron las tres versiones probadas, por lo que nos quedó solo la gasolina de 340 caballos. Todos los automóviles llevaban el cambio automático de ocho velocidades. Una caja, por cierto, suave y lo bastante rápida aunque con un salto más grande de lo esperado entre las últimas relaciones.

Además, si se usa en el modo secuencial deportivo con el programa dinámico de conducción, respeta plenamente las decisiones del conductor: es decir, que solo cambia cuando este lo decida, lo que supone que ni sube marchas ni las baja aunque la selección del conductor sea clamorosamente errónea.

El F-Pace ofrece sistemas novedosos como el control de crucero que mantiene la velocidad constante entre tres y 30 km/h para movernos por campo ocupándonos solo del acelerador; dispone de programas dinámicos (cuatro) que adaptan la respuesta del vehículo a distintos escenarios según la adherencia; una cámara que ofrece una visión de todo lo que pasa en el exterior; incluso se puede montar una suspensión que se ajusta de manera continua.

La tracción puede ser trasera (sólo con el motor diésel pequeño) o integral conectable. Esta última es normalmente posterior, pero puede variar la entrega a cada eje con un reparto máximo del 90% a cada uno de ellos. La altura libre al suelo es de 21 centímetros, una cifra muy buena para un todocamino premium.

Nuevos equipos de seguridad

Hay que destacar que es el primer modelo de la marca en llevar una cámara estereoscópica que permite ofrecer funcionalidades como el sistema antiatropello con reconocimiento de peatones, el de mantenimiento de carril o el lector de señales. Muy llamtativa es la doble pantalla de las versiones tope de gama, una de 12,3 pulgadas, configurable, para la instrumentación y otra central (de hasta 10,2 pulgadas) que da acceso a funcionalidades como la navegación, avisos de si tenemos suficiente combustible para llegar a destino o envío de mensajes a nuestros conocidos sobre nuestra hora prevista de llegada.

Aunque llama la atención un dispositivo mucho más sencillo. Se llama ‘Activity Key’ y es una pulsera similar a las deportivas. De hecho, está orientada a usuarios que hagan actividades en el exterior (es sumergible hasta 20 metros) y no quieran llevar consigo la llave tradicional, que se queda a buen recaudo dentro del coche y bloqueada hasta que regresemos.

Jaguar comercializa el F-Pace con cuatro acabados, aunque el First Edition está reservado sólo a 2.000 unidades en todo el mundo. El equipamiento es muy completo y puede ser apabullante a medida que subimos de acabado o vamos escogiendo extras de todo tipo. Pero también veremos cómo se dispara la factura hasta cifras prohibitivas.