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RINCONES DE LORCA CON ENCANTO PARA PASEAR EN LOS ATARDECERES DEL VERANO

Lorca es un hermosa ciudad para pasear y descubrir sus calles y nobles edificios, que según la hora y la estación del año ofrecen diferente contemplación. 

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RINCONES DE LORCA CON ENCANTO PARA PASEAR EN LOS ATARDECERES DEL VERANO.

Cuando llegan los calurosos días del verano hay que esperar a que comience a descender el sol para pasear y disfrutar de las plazas, los altos campanarios de las iglesias, los nobles y blasonados caserones, la sucesión de balconadas y de cornisas coloreadas de albero o de almagra. De vez en cuando te encontrarás con el placer de recalar en pequeños rincones con encanto, donde siempre hay una pequeña fuente rodeada de arbolado y unos bancos para sentarte.

Una tarde cualquiera de verano al entrar en la calle Abad de los Arcos flanqueando el lateral de la colegiata de San Patricio, se puede sentir el constante tintineo de las gotas de agua cayendo de pileta en pileta de la pequeña fuente que centra la placeta. Es recomendable sentarte para contemplar bajo el frescor de los arboles, la alta fachada repleta de ventanales del Colegio de la Purísima (actual conservatorio de Música “Narciso Yepes”) y si aún no ha terminado el curso escolar, escuchar como suena una bella partitura al piano o la música sacada del saxofón.

Otra acogedora plaza la encontramos al bajar del Porche de San Antonio, atravesando la recientemente nombrada como placeta de Manuel Muñoz Barberán, para llegar a un pequeño espacio trapezoidal y escalonado donde suenan los cuatro chorros de agua de una pequeña fuente cuadrada. Es curioso leer en la cartela que adorna la marmórea fuente blanca “Año de 1861”, lo que informa que estamos ante una encantadora fuente que desde hace más de 150 años centraba la histórica placeta del Ibreňo.

Hay otras plazas que han perdido el sonido del agua al caer en la fuente o el pilón, como la placeta del Negrito o la plaza del Caño. Eran fuentes que daban vida y que abastecían a la población antes de la implantación del agua corriente, si recuperaran los chorros darían sensación de frescor y bienestar al viandante.

Algo común en estas placetas son los árboles, los bancos, la tranquilidad que se siente, el sonido del agua que mana de las fuentes y que se encuentran cercanas a monumentales edificios históricos, como la placeta de la Bordadora, la de la Hermandad de la Curia o el nuevo espacio ajardinado junto a la Fuente del Oro.

En los atardeceres del verano es agradable pasear por Lorca y descubrir los rincones con encanto y escuchar el refrescante sonido del agua.