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DOCTOR RAFAEL MENDEZ MARTINEZ

Hace unos dias mi amigo Antonio García hizo referencia en una de sus publicaciones, al ilustre Doctor Rafael Méndez Martínez (1906-1991) y aprovechando esta ocasión me gustaría profundizar un poquito más en la historia de esta irrepetible persona.

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La historia de Lorca tiene en su haber varias personalidades que han dado nombre a calles, teatros, centros culturales e instituciones sanitarias, una manera de conseguir que sus «padrinos» permanezcan en la memoria colectiva de los ciudadanos que las visitan.

El hospital Rafael Méndez recuerda a los lorquinos a uno de sus científicos más relevantes, farmacólogo con más de sesenta años de actividad científica que nunca olvidaría sus orígenes a pesar de la distancia que le separara de ellos durante muchos años.

El doctor Don Rafael Méndez Martinez, fue una de las personalidades científicas que compartió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, junto a grandes literatos, filósofos e investigadores, uno de los momentos de mayor esplendor de la cultura española. Los nombres de García Lorca o Severo Ochoa formaron parte de sus vivencias, vivencias que dejaría reflejadas en sus memorias.

Entre las distinciones que recibió en su tierra natal, destacan el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Murcia en 1982, el nombramiento de Hijo Predilecto de la Región y de Lorca en 1990, y la ya mencionada nominación del hospital de su ciudad natal con su nombre.

HISTORIA

Rafael Méndez Martínez nació el 19 de agosto de 1906 en el barrio de San Cristóbal. Fue el menor de siete hermanos. Su padre, José, se ganaba la vida entre la agricultura y la ganadería. Su madre, Águeda, repartía su jornada entre las labores de la casa y el negocio familiar, una confitería céntrica del mencionado barrio. Pocos imaginaban que aquel pequeño nacido en el seno de una familia numerosa se convertiría en una figura importante en el mundo de la Medicina.

Su formación comenzó con los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Allí cursó Primaria aunque el Bachillerato lo hizo por libre presentándose sólo a los exámenes que se realizaban en Murcia. Dos de sus hermanos influyeron en su elección por la Medicina. Uno era médico y el otro farmaceútico. El camino estaba trazado. En 1921 iniciaba sus estudios en la Facultad de Medicina de Madrid.

No todos los aspirantes a médico pueden presumir de contar entre sus amistades con personalidades de la talla de Severo Ochoa, Luis Buñuel, Federico García Lorca, y Salvador Dalí.

Obtiene la titulación, y aún antes de graduarse, opta por la investigación farmacológica, impulsado por sus maestros Teófilo Hernando y Juan Negrín.

Precisamente de la mano de Negrín entraría en Política. «Después de delicadas misiones en París y Washington vuelve a España, donde es designado sucesivamente, director de carabineros y Subsecretario de Gobernación.

Al final de la guerra, cumple unas últimas tareas para el gobierno republicano al fungir como cónsul español en Perpignan, ciudad francesa a donde emigran miles de españoles republicanos que se ven obligados a dejar su patria», recuerda en un artículo el director del Centro para la Innovación Tecnológica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Jaime Martuscelli.

Su primera mujer Angelita

El lorquino decidió marcharse a Estados Unidos. «Después de varios años como investigador en las universidades de Harvard y Loyola, acepta en 1946 una invitación del maestro Ignacio Chávez para ser jefe del departamento de Farmacología del entonces recién creado Instituto Nacional de Cardiología. Permanece como investigador los siguientes 40 años de su vida».

En el año 1945 murió su primera mujer, Angelita, y ya en México volvió a casarse con otra refugiada española, Marga.

Con su segunda mujer Marga en Mexico

En el año 1963 el gobierno franquista dio permiso al doctor Méndez para que volviera a España cuando lo desease. Sus visitas a su país de origen se hicieron constantes «y durante la transición colaboró estrechamente con Manuel Fraga Iribarne para facilitar el regreso de los refugiados políticos españoles». El Rey Juan Carlos I le entrega en 1981 la Gran Cruz del Mérito Civil.

En el año 1982 la Universidad de Murcia de otorgó el doctorado Honoris Causa. Tres años después, de vuelta en su país de adopción, fue designado coordinador de los Institutos Nacionales de Salud, puesto que ocupó hasta su fallecimiento. «No es fácil imaginarse el Instituto de Cardiología sin la presencia de Rafael Méndez, hombre en quien todo el que se le acercaba encontraba siempre el consejo sabio o la frase amable y conciliadora», relata Martuscelli.

Con amigos en el exilio de México

Durante su cerca de medio siglo en México publicó un centenar de artículos de manera ininterrumpida. También creó una escuela de Farmacología Cardiológica que incluyó estudios sobre los digitálicos, las drogas con actividad antiarrítmica y la circulación coronaria.

Los que lo conocieron dicen que no era amigo de reconocimientos, pero tuvo varios: el de la Academia Nacional de Medicina de México, el de la Sociedad Mexicana de Cardiología, el Nacional de Ciencias, el Luis Elizondo, el de la Fundación Rodríguez Pascual y el de la Universidad Nacional.

En 1983 recibió el título de Hijo Predilecto de Lorca y Murcia. En 1990, el propio Méndez acudía a la inauguración del hospital comarcal que lleva su nombre.

A los 84 años se despidió de la vida en el país que lo había acogido y en el que desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional. «Hombre discreto y de vivir austero, ejemplo de rectitud y honestidad, de ideales firmes, no tolerante de la mediocridad, fiel a las instituciones, de comportamiento independiente, nunca dado a la actitud servil pero siempre listo a ofrecer el mejor consejo». Así describe su colega al médico lorquino más internacional.

Falleció el 24 de marzo de 1.991. DEP.