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“MATA AL REY Y VETE A LORCA” – Antonio de Cayetano

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“MATA AL REY Y VETE A LORCA”  – Antonio de Cayetano.

Si el pasado sábado hablaba de San Vicente Ferrer y la expresión que aquí nos dejó, hoy le toca a otro dicho de la misma época, que si bien no está tanto en boca, no es por ello menos conocido, recordándonoslo en tono despectivo más bien en broma, cuando decimos fuera de nuestra región que somos de aquí. Me refiero al de “mata al rey y vete a Lorca” o “mata al rey y vete a Murcia” que es otra variante del mismo, el cual viene de cuando esta zona era frontera con el reino de Granada, estando expuesta a frecuentes escaramuzas e incursiones de los moros, que de vez en cuando hacían su entrada en este territorio, saqueando a sus habitantes, robándoles cosechas y ganado y haciéndolos cautivos.

La historia de Lorca nos habla de muchos episodios de este tipo en aquella época, no hay que olvidar que fue frontera entre Granada y Castilla durante casi 250 años. Cuando los musulmanes querían inquietar a Castilla este era el lugar por donde empezaban, cuando los castellanos o aragoneses querían reconquistar territorios musulmanes, esta era la zona donde se concentraban y partían. Lorca a pesar de las treguas estaba permanentemente en actividad bélica y cuando no, era el territorio apetecible por los musulmanes de la frontera para hacer sus fechorías, musulmanes que habitaban en tierra de nadie y que hacían del saqueo al territorio cristiano su medio de vida.

Aunque también sabíamos defendernos de ese bandidaje y darles su merecido, destacando tres celebres batallas libradas en nuestros campos, como fueron la de Nogalte, La Escucha y la de Velillas, esta última cercana al paraje de Cazalla donde hoy se encuentran las ruinas de la torre del infante Sancho Manuel, torre que fue mandada hacer como protección y vigía de esos campos por este infante cuando era alcaide de nuestro castillo, infante que era hijo bastardo del que fuera también alcaide de Lorca el infante Juan Manuel, nieto de Fernando III el Santo, hijo de Manuel de Castilla y sobrino de Alfonso X el Sabio.

Tras la reconquista de Lorca se hizo el reparto de tierras entre los que habían participado en ella, igual que se repobló con cristianos de distintas procedencias, sobretodo aragoneses, (por ello la tradición del cante y baile de la jota) pero los venidos aquí no estaban por la labor de quedarse, y todo por el peligro constante a que estaba sometido este territorio fronterizo con los moros, la amenaza y la inseguridad eran constantes, el peligro estaba siempre presente, bien para los agricultores y ganaderos o para los propios guardianes, es por ello por lo que la permanencia aquí era corta, despoblándose amplias zonas de este territorio, pues al permanente estado de guerra y la revuelta de los mudéjares, se le unía también los largos periodos de sequia y perdidas de cosecha.

Es por ello por lo que el rey Alfonso X el Sabio firmó un privilegio por el cual a todo el que tuviese deudas de todo tipo con la Ley, tanto de robo como de sangre, estas se saldaban a cambio de residir aquí y contribuir con ello a su poblamiento y defensa, por lo que ese salvoconducto hizo de Lorca y la región un lugar seguro para todo tipo de delincuentes y asesinos, sin miedo a ser perseguidos y apresados.

Cuenta la leyenda, que años después en Valencia, una joven y hermosa mujer llamada Isabel quedó sin padre, heredando de este una gran fortuna, pero con la condición de casarse con un primo del rey Jaime I. Así fue previsto por el rey y entretanto se celebraba la boda, la mujer que no amaba al que iba a ser su esposo, conoció a un joven del que se enamoró perdidamente, por lo que enterado el que iba a ser su esposo, retó al desconocido a duelo, muriendo en este acto el primo del rey, y aunque los padrinos de ambos dijeron que el enfrentamiento había sido justo, el joven fue acusado de asesinato y buscado por la guardia del rey, por lo que este tuvo que huir refugiándose en nuestra región al amparo del privilegio.

Enterado el rey Jaime I de lo sucedido, este escribió a su yerno Alfonso X para que suprimiera tal gracia, pues aseguraba que con esta cualquiera podía matar al rey y venirse a Murcia siendo perdonado su castigo, firmando Alfonso X el Sabio el 10 de agosto de 1268 en Sevilla, una orden por la que dejaba sin efecto el privilegio para los que hubiesen cometido delitos en el reino de Aragón, ordenando por tanto su apresamiento y encarcelamiento.

Y de ahí parece que viene esta frase, dicho que tienen otras poblaciones como Utrera en Sevilla, Tarifa en Cádiz, Alcalá la Real en Jaén, Antequera en Málaga, Málaga capital y hasta nuestro castillo de Xiquena, conquistado casi 200 años después que el de Lorca, en 1433 durante el reinado de Juan II, rey que para defender su frontera dictó también privilegios de perdón a los que huyendo de la justicia se refugiaran en estos castillos fronterizos y contribuyeran a su defensa.

También Xiquena junto con otros castillos, era donde cumplían penas de destierro nobles caballeros y escuderos condenados por algún percance en la corte, a los que se le conmutaba incluso la pena de muerte a cambio de permanecer durante un tiempo en este lugar bélico, expuesto permanente al acoso de los moros. Quizá con el acierto de estos privilegios se reforzó la frontera impidiendo la vuelta de los moros, si ello ha sido para mayor gloria de Castilla y de España, pues bienvenida sea esta exclamación de mata al rey y vete a Lorca, sintámonos orgullosos de nuestros bravos guerreros que defendían con su vida esta tierra nuestra.