Inicio Mi Rinconcico Andrés Martínez Rodríguez ITINERARIO CULTURAL POR LA MURALLA MEDIEVAL DE LORCA por Andrés Martínez Rodríguez.

ITINERARIO CULTURAL POR LA MURALLA MEDIEVAL DE LORCA por Andrés Martínez Rodríguez.

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ITINERARIO CULTURAL POR LA MURALLA MEDIEVAL DE LORCA por Andrés Martínez Rodríguez.

Aprovechando que estamos en el Año Europeo del Patrimonio Cultural (declarado por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea ) y que ha llegado el buen tiempo que trae la primavera alargando las tardes con mayor horas de luz, parece que apetece más estar al aire libre y pasear, por lo que os propongo un interesante e histórico itinerario por la muralla medieval de la ciudad, fechada entre los siglos XII y XV. Es recomendable iniciarlo en el tramo que se conserva en torno a la puerta de la Fuente del Oro, entre las calles Rambla y Pozos, aquí puedes contemplar tras la puerta ocodada situada en un gran torreón, la sucesión de torres de tapias que se alternan con lienzos de mampostería. Durante el paseo por este tramo estarás acompañado por un penetrarte olor a romero, procedente de los parterres ajardinados con esta planta olorosa que preceden a la muralla.
Continuaremos el itinerario subiendo por la calle Cuesta de San Ginés para acceder al segundo tramo de la cerca, conservado en torno a la puerta de San Ginés, actualmente conocida como Porche de San Antonio. Esta entrada también acodada permite acceder a la calle Zapatería, donde se conservan varios torreones inmersos en la trama urbana, a los que no se puede acceder ya que se encuentran dentro de casas particulares. Es recomendable llegar junto al convento de las Madres Mercedarias, donde hay un pequeño solar con un lienzo de muralla reflejado en el pavimento, y si se puede acceder, contemplar el gran desnivel de más de 7 m que existe entre las casas de la calle Zapatería y los patios situados en la parte posterior de las casas de la calle Cava. Este desnivel en época medieval sería mayor, ya que los torreones podrían llegar a tener una altura de 12 m y el adarve entre ellos que era por donde circulaban los centinelas, podría estar a unos 10 m.
Desde el Porche de San Antonio, también puedes seguir por la calle Gigante, hasta desembocar a la calle Cava, si te fijas puedes observar en el pavimento de la calle, una banda enmarcada con una losa blanca que refleja por donde iría la antemuralla, por lo tanto el corto tramo que se anda por la calle del Gigante, es el que en época medieval los ciudadanos y visitantes realizaban por la liza, espacio entre la muralla y la antemuralla que llevaba hasta la puerta. Seguiremos por la calle Cava, que es donde en el Medievo estaba el foso de la muralla, hasta llegar a la plaza de Simón Mellado o patio del Conservatorio de Música “Narciso Yepes”, en el fondo, justo detrás de la escultura del insigne músico, se conserva otro de los torreones de la muralla, reutilizado en el mencionado conservatorio, en cuyo interior se conservan dos lienzos de muralla y la planta de otro torreón en un patio interior, limitando con las paredes del camarín de la Virgen del Alcázar, que se encuentra dentro de la colegiata de San Patricio.

Al final de la calle Cava y siguiendo el itinerario, desembocaremos en la Plaza de España, es recomendable ponerse en el centro de esta y mirando en dirección a la antigua casa del Corregidor, actuales Juzgados, observar el remate en ladrillo de otro torreón, cuyo nombre es la torre del Reloj, parte de la cual se encuentra conservada entre el edificio de los Juzgados y el Pósito de los Panaderos, recientemente restaurado, y en cuyas dependencias se podrá contemplar una esquina de la mencionada torre del Reloj.
El itinerario continua al pie de la denominada torre de Rojano, cuyo distintivo es tener una de sus esquinas redondeadas. Desde este torreón la muralla se pierde entre la trama urbana, en dirección hacía la iglesia de San Pedro, donde estaba situada la puerta del Albollón de San Pedro. Esperemos que pronto se pueda acceder al nuevo espacio que se está preparando para contemplar los restos de esta iglesia que quedaría intramuros.
Si aún tienes ganas de pasear, puedes visitar otro resto de muralla de la ciudad, denominado El Paredón, nombre que hace alusión a que solo se conserva un trozo de lienzo de mampostería, ubicado en un pequeño cerro frente a la iglesia de San Pedro, pero al otro lado de la rambla de los Albaricos. Para acceder al Paredón, debes tomar la subida hacía la iglesia de Santa María, pasar por debajo del arco que encontrarás junto a la iglesia y una vez que has llegado a una redonda, debes coger el acceso al Castillo que queda al pie de la cara meridional y soleada de la fortaleza, hasta llega al Paredón, después de recorrer unos 300 m cuesta arriba. No te desanimes que la bajada será cuesta abajo y habrás disfrutado de torres, puertas, lienzos, calles y monumentos, y sobre todo entenderás el espacio que ocupó la ciudad fortificada encerrado por la muralla urbana de más de 2 km de longitud, que nacía y finalizada en la alcazaba, fortaleza que paso a ser castillo tras la capitulación de los gobernantes andalusíes de Lurca al príncipe Alfonso, allá por junio de 1244, luego hace casi 775 años.