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DESAPRENSIVO REINCIDENTE – Antonio de Cayetano

Casi todas las semanas, el edil de Seguridad Ciudadana de nuestro ayuntamiento, nos informa de las diferentes actuaciones llevadas a cabo por la Policía Local de nuestra ciudad, detallando las diversas sanciones impuestas por los agentes y los numerosos operativos en que han intervenido.

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DESAPRENSIVO REINCIDENTE
Una labor policial, que pese a no salir tan a menudo en los medios, también desarrolla cada día las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado presentes en nuestro municipio. Pero siendo loable el trabajo que desempeña la Policía Local de Lorca, se echa en falta en nuestra ciudad, que siendo uno de sus cometidos, no se actúe con más eficacia como policía administrativa, sancionando severamente a los que no cumplen con las ordenanzas y demás disposiciones municipales. Y me estoy refiriendo a la cantidad de papeles y pegatinas adheridas en el mobiliario urbano, elementos que siguen siendo utilizados como tablón de anuncios por parte de algunos desaprensivos que no se atienen a las normas.
Algo que no es nuevo en nuestra ciudad ni es la primera vez que lo denuncio por este medio, aprobándose en marzo de 2010 una ordenanza municipal sobre protección de la convivencia ciudadana y prevención de actuaciones antisociales que pretendía acabar con esta y otras incívicas actuaciones. Pero que por las razones que sean, no parece haber hecho efecto, encontrándonos en estos días con una nueva remesa de pegatinas publicitarias en el centro de la ciudad, unos adhesivos que lo mismo han sido colocados en semáforos, que en farolas o señales de tráfico y sin tener en cuenta el colocado anteriormente por el mismo individuo o individuos, por lo que un mismo elemento luce ya varias pegatinas del mismo anuncio y en diferentes estados de degradación, lo que contribuye al deterioro y al mal aspecto de nuestros espacios públicos. Un anuncio que muestro en la imagen y que como es obvio, figura claramente el teléfono de contacto del mensajero, por lo que fácil lo tienen nuestras autoridades para dar con él y sancionarlo por su continua reincidencia.
Y es que desde los barrios al centro de la ciudad, cualquier elemento del mobiliario urbano, ya sea nuevo o viejo, luce el mensaje de esta empresa de construcciones y reformas de todo tipo. Una empresa que por sus reiterados anuncios y sus actuaciones incívicas, parece no haber sido sancionada nunca por nuestro Ayuntamiento, pues de haberlo hecho, hubiese desistido ya de utilizar el mobiliario urbano como escaparate. Una infracción que está considerada como leve y con multa de 30 a 750 €, pero a la que también se le puede añadir, la exigencia al infractor de la reposición de la situación alterada a su estado original, pagando de su cuenta los daños y perjuicios ocasionados (Articulo 32), lo que por la cantidad de elementos afectados y las circunstancias agravantes de reincidencia, les hubiese costado mucho más las sanciones y daños causados que el beneficio obtenido tras la colocación de estos adhesivos.
Pero claro eso es la teoría, porque de legislación, disposiciones, normas, reglamentos y ordenanzas vamos más que sobrados los ciudadanos, pero no en cuanto a su ejecución o cumplimiento, siendo las propias instituciones unos de sus infractores, siendo lamentable el aspecto que presenta desde hace meses el pavimento de la alameda de La Constitución, una alameda que a finales del pasado año acogió una edición especial de FERAMUR, la feria que organiza cada año la Cámara de Comercio de nuestra ciudad. Una exposición que ha dejado tras su desmantelamiento, decenas de grandes pegatinas adheridas al pavimento de la alameda, adhesivos que degradan ese espacio público y que ni organización ni Ayuntamiento se les ha ocurrido quitar. Como tampoco alguno de los colocados en muchos metros de acera por un edil municipal y que a su vez es comerciante, colocando corazones rojos con el nombre de su establecimiento y con motivo de la festividad de San Valentín.
Creo que todos debemos de tener una actitud cívica respecto a los elementos que configuran la imagen pública de la ciudad, utilizando correctamente sus espacios públicos y el mobiliario urbano que sobre ellos se asienta, contribuyendo así a la mejora y belleza de nuestro municipio. Pero también la administración municipal, la que tiene la potestad sancionadora sobre las conductas incívicas, debería de exigir el total cumplimiento de todas y cada una de las disposiciones administrativas detalladas en la ordenanza antes referida. Una ordenanza en la que también se prohíbe los aparcacoches no autorizados en los espacios públicos (gorrillas), continuando los mismos en extraña convivencia con los conductores que utilizamos esos espacios regulados por la ORA, conductores que aparte de pagar nuestra correspondiente tasa, nos vemos coaccionados a dar también la “propina”.