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SOLO PASA AQUÍ por Antonio de Cayetano

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SOLO PASA AQUÍ

En los días previos a la Semana Santa, en el espacio La Chincheta de un diario regional, se mostraba y aún se muestra, un bordillo roto de la alameda de “Las Columnas”, comentando a pie de foto, la mala imagen que se daba de cara a los que nos visitaban en esas señaladas fechas. Lo sorprendente es que no es ese bordillo el que peor está de la alameda de la Constitución, sino que son muchos los que necesitan ser repuestos, encontrándose tramos enteros desaparecidos por completo, porque aquí de inauguraciones sabemos mucho, pero de su mantenimiento más bien poco, dejando a su suerte todo lo que se hace, con el consiguiente deterioro y malgasto de dinero público.

Muchos son los ejemplos que podemos poner de la desidia, del abandono en que se encuentran muchos rincones de Lorca, pero para determinados medios de comunicación lo que afea la imagen de la ciudad son simplezas como esta. Ni para ellos ni para los responsables municipales, tiene mayor importancia que en el mes de mayo sigan colocadas todavía, las estructuras de los arcos luminosos que se ponen a la entrada del Huerto de La Rueda y en el puente de Santa Quiteria con motivo de la feria de septiembre. Tampoco que un lateral del citado puente continúe años y años sujetado por puntales, cuando la rotura de esa viga fue causada por un vehículo que trabajaba en la colocación de tuberías a presión para el regadío lorquino, vehículo que debería tener su seguro y seguro que se tendría que haber hecho cargo de la reparación del daño.

Pero no, aquí no se exige, ni a la empresa que hace una obra ni a la que luego tiene que actuar en ella por cualquier motivo. Ahí está como ejemplo el parche de hormigón en las mismas puertas del AyuntaMIENTO, una burla sobre el granito de la recién remodelada plaza de España en el corazón del casco histórico. Casco viejo que se nos va cayendo a pedazos sin que nadie lo remedie, edificios salpicados de cables que dicen mucho del desinterés municipal por conservar y adecentar nuestro patrimonio, esto sí que es una mala imagen para una ciudad que quiere vivir del turismo. Como lorquino sentí vergüenza presenciando la procesión del Silencio en la calle Mayor del Barrio de San Cristóbal, pues indignaba ver en la acera de enfrente de donde estaba, la gran montonera de cables que enmarcan la fachada de una conocida confitería.

Es vergonzoso que desde la administración municipal se tenga esta desgana por resolver este y otros problemas que afectan al decoro y la imagen de nuestra ciudad. Este año ni tan siquiera se han limpiado y acondicionado los solares que sirven de aparcamiento durante la Semana Santa, estando amontonada la basura en el que hay próximo al Complejo Deportivo Felipe VI. Tampoco se le ha dado un repaso al centenario puente del barrio, que luce las malas hierbas entre sus piedras, abundando los hierbajos sobre parte de las luminarias y teniendo incluso una higuera en uno de sus extremos, higuera que con sus raíces va deteriorando poco a poco su estructura. Luego está la pasarela, dejada a su suerte, incluso ya se está oxidando también, a pesar del poco tiempo que lleva colocada, la placa que le da el nombre del desaparecido alcalde Miguel Navarro Molina y que fue su precursor.

El río y su fuente ahí siguen tal como quedaron tras la riada de 2012, hoy en vez de contener agua su fuente, sirve como ejemplo del descontrol que llevan los encargados de la señalización de la Policía Local de Lorca, pues en su lecho hay tres vallas tiradas y otras tantas señales de tráfico, igual que ocurre con otras señalizaciones que hay dispersas por diversos puntos de la ciudad, que se ponen cuando son necesarias pero que luego no se acuerdan de retirarlas, dejando el obstáculo meses y meses y terminando luego en cualquier sitio menos en el almacén municipal, incluso algún cono de los que forman parte del equipamiento de los vehículos policiales está tirado en la rambla de Tiata con su indicativo de Policía Local de Lorca.

Pero eso sí, nuestra Policía Local se lució el Viernes Santo que es lo que interesa, abriendo paso a la procesión con su Unidad Canina, quizá otra ocurrencia más de su responsable política. Creo que comenzar el desfile con la Policía Local a caballo, tal como se ha hecho en otros tiempos está fenomenal, pero ir con dos perros antidroga no tiene justificación alguna, como tampoco las pasadas del helicóptero del 112 sobre la ciudad, intentando demostrar que estábamos bajo control en cuanto a seguridad ciudadana se refiere, cuando ni los perros ni el aparato estaban capacitados para ello ni es su competencia, pero así son nuestros políticos. Llama la atención que los que dirigen el 112 en la Comunidad digan que se puede prescindir del helicóptero para traslados de emergencia, pues nuestra región tiene buenas comunicaciones con los principales hospitales a través de la gran red de carreteras y autovías y que por otra parte, se malgaste el dinero llevando a cabo vuelos de exhibicionismo o de recreo de la clase política y sus familiares, suponiendo estos caprichosos vuelos un coste de hasta 5.000 euros por hora.

Siguiendo con la mala imagen de Lorca relativa a la Semana Santa, sería deseable que cuando se colocan las tribunas, se les haga una limpieza a fondo, pues las cintas y los papeles que se colocan en los pasillos, quedan colgando de un año para otro sin que nadie se preocupe de quitar los viejos colgajos y adecentarlas. Lo mismo ocurre con las papeleras que llevan integradas las farolas de Juan Carlos I, que se ponen las tribunas sin vaciarlas previamente, por lo que sus basuras (suelen estar llenas), permanecen ahí más de quince días a la vista de los que transitan por la acera. También los jardines del Instituto de Enseñanza Media Ibáñez Martín dan una pésima imagen de abandono, cuando esos jardines estaban cuidados con mimo en otros tiempos. Pienso que si sus responsables no son capaces de su mantenimiento, estos deberían de pasar al municipio y de esta forma ser gestionados por el AyuntaMiENTO para el disfrute de todos los lorquinos y en especial para los vecinos de la zona.

Esperemos que el nuevo alcalde se preocupe un poco más por las pequeñas cosas, que no solo esté pendiente de los grandes anuncios e inauguraciones, sino que ponga todo su empeño en acicalar la bonita ciudad que tenemos, comenzando por la rotonda de la carretera de Caravaca bajo la autovía, una rotonda que deja mucho que desear y que es lo primero que ven los que vienen a hospedarse al Parador, al ser por esta ruta la dirección marcada para dirigirse a él. Lorca necesita un lavado de cara urgente, no puede ser que los arboles que se plantan estén a los dos días ya sueltos de su tutor, inclinados por el golpeo de vehículos o por la acción de los gamberros y que nadie se dedique a revisarlos y enderezarlos, igual pasa con las señales de tráfico, bolardos, farolas y otros elementos del mobiliario urbano, que parece que están borrachos todo el año.

In situ es una expresión que significa en el sitio o en el lugar, e IN SITU es también el servicio puesto en marcha por el ayuntamiento de Murcia para este menester, un servicio al que pueden llamar los ciudadanos las 24 horas del día y los 365 días del año comunicando cualquier incidencia relacionada con el mantenimiento y la conservación de la ciudad, aparte de tener su propia página web donde se le puede hacer un seguimiento a la incidencia hasta que esta ha sido solucionada. Algo así es lo que necesita Lorca, unos dirigentes que tengan sincera voluntad de solucionar los problemas y unos vecinos que quieran implicarse en que lo público esté en mejores condiciones para el disfrute de todos.

Claro que en Lorca tenemos de todo, desde dirigentes que le importa poco que lo público se deteriore e incluso se pierda o pase a manos privadas, a vecinos que aprovechándose de las circunstancias se hacen dueños y señores de lo que anteriormente era de uso común. Y me refiero una vez más a lo que ha sucedido con unos cuatrocientos metros cuadrados de vial que ya han pasado a manos particulares en el antiguo camino del Quijero de Tiata. Han sido cinco las veces que he tocado este tema desde febrero del pasado año anunciando lo que se veía venir, la última vez preguntándome que uso se le iba a dar ahora a ese espacio sin urbanizar del nuevo tramo de la ronda central.

Y tal como se esperaba, ya se le ha dado uso, plantando la propiedad lindante un seto perimetral para que nadie pase y un total de ocho palmeras en plan malaleche, pues en vez de plantarlas al centro del terreno, se han cargado para el lado de la acera, así una vez tengan las hojas sueltas, nadie podrá acercarse a este espacio público, que de la noche a la mañana ha pasado a manos privadas por arte de magia. Pero eso sí, ha sido acondicionado igual que la parte de enfrente, pues el trabajo lo ha hecho la empresa familiar que ha ejecutado parte de la obras del nuevo vial, así la cosa parece también pública, pero no nos engañemos, ahora ya solo queda sacar la valla, tiempo al tiempo.