Inicio Actualidad «Ellos, desde el cielo, estarán pendientes de vosotros»

«Ellos, desde el cielo, estarán pendientes de vosotros»

Un millar de personas arropan en la misa de funeral a las familias de las dos víctimas de la catástrofe aérea de los Alpes franceses

0

«No han desaparecido. Están con el Señor, en compañía de Jesús, al que le pedimos que os ayude a pasar estos momentos de dificultad». Estas fueron algunas de las palabras que el párroco de la iglesia de Santiago, Eduardo Sánchez Carrasco, pronunció anoche durante la misa de funeral que se ofreció en memoria de Francisco Javier Moreno y Fernando Martínez, los dos murcianos que murieron en la catástrofe aérea de los Alpes franceses.

El templo, que abrió sus puertas hace unos meses tras ser reconstruido después de los terremotos de mayo de 2011, acogió a casi un millar de personas que abarrotaron todos los bancos y las sillas que se habilitaron en la nave central, por lo que muchos tuvieron que seguir la ceremonia de pie e incluso en el atrio de la iglesia.

En los primeros bancos, frente al altar, se situaron las familias de Francisco Javier y Fernando, aún conmocionadas por las circunstancias que han rodeado la pérdida, y respondieron con sollozos y abrazos a las primeras muestras de pésame de amigos y conocidos, antes de que se iniciara la misa.

El sacerdote, al que acompañó el párroco de la Colegiata de San Patricio, Nicolás Poyato, inició la homilía asegurando que estaba allí no solo implicado como párroco, sino también por la amistad que le había unido al abuelo del joven Francisco Javier. «Cuando me dijeron el apellido me di cuenta de quién era su familia y recordé que me he criado con Javier, Pedrín, Vicente… Yo conocía a su abuelo de niño. Y, por ello, me afecta también en el plano personal».

Intentó confortar a las familias asegurando que «Jesús os ilumina en estos momentos y os da esperanza. La muerte no es abocarse a la nada, a la desaparición, sino a la plenitud de estar ante Dios. Ellos, desde el cielo, estarán pendientes de vosotros, pidiendo al Señor que os consuele, que proteja a sus seres queridos».

Tras estas palabras el templo se quedó mudo. Solo se oían los sollozos de la viuda de Francisco Javier al que no solo acompañaron sus familiares de Lorca, sino también de Puerto Lumbreras. No había consuelo para la joven que se abrazó a los que le daban el pésame sin poder articular palabra. Los que han vivido estos días junto a ella, aseguraban ayer que el trance está siendo muy duro y que procura sobreponerse en compañía de sus padres y sus hijos, dos pequeños de cuatro y ocho años. Precisamente, los padres de los compañeros de su hijo que prepara su Primera Comunión fueron los que solicitaron la celebración de una misa en memoria del lorquino fallecido en los Alpes franceses.

El joven transportista tenía 43 años y aunque era natural de Puerto Lumbreras vivía desde que se casó en Lorca. Su sobrino político, Fernando, era vecino de Águilas. Estaba casado y tenía dos niños pequeños. Era muy conocido porque su familia regenta dos pastelerías en Águilas: una en la pedanía de Calabardina y otra en el centro de la ciudad.

A la misa en memoria de los dos fallecidos asistieron la mayor parte de la Corporación municipal. Ocuparon distintos bancos a lo largo de la nave central del templo. El alcalde, Francisco Jódar, no quiso hacer declaraciones a los periodistas. Desde el día del siniestro ha mantenido estrecho contacto telefónico con la familia de Francisco Javier, poniéndose a disposición para cualquier necesidad que tuvieran. Los hermanos del joven de Águilas recibieron el pésame de muchos lorquinos que los conocían de Calabardina. Ellos tampoco podían contener la emoción durante la misa de funeral.