Aprueban la demolición de parte de la casa que obligó a desalojar a 10 personas.

La Junta de Gobierno de Lorca ha decidido en su última reunión proceder a la demolición de parte de la vivienda que la pasada semana sufrió el derrumbamiento de uno de sus muros, lo que provocó la evacuación de una decena de personas que aún permanecen realojadas en un hotel de la ciudad. La concejala de urbanismo, Saturnina Martínez, afirmó a este periódico que el acuerdo se ha concretado en base a la protección de las viviendas que se encuentran alrededor, en la calle Ponce de León, del lorquino barrio de San Cristóbal.

La medida, según Martínez, se ha tomado «ante el riesgo de colapso y para garantizar la seguridad tanto de los vecinos como de los viandantes que transitan por la zona y que viven en las casas de alrededor».

La parte de la casa que se va a derribar es, concretamente, la que corresponde a la cocina y a una habitación, ya que existe el riesgo de venirse abajo. En el resto de viviendas, según la concejala, «no hay peligro de ruina», aunque afirma que seguirán vigilando «como hasta ahora, actuando con criterios de emergencia». Asimismo, informó de que, «como medida de precaución, se ha decidido cortar la calle para evitar el paso de personas y vehículos».

La concejala aseguró que, a priori, no pueden prever más casos como éste. No obstante señaló que, ante el anuncio de lluvia para este fin de semana, Lorca sigue en alerta «con un total de 200 efectivos dispuestos para afrontar cualquier actuación que se pueda producir». Por su parte, el concejal de emergencias, Juan Miguel Bayonas, añadió que se están vigilando «las zonas más vulnerables del municipio para actuar con rapidez ante cualquier imprevisto».

Mientras tanto, las viviendas de alrededor siguen desalojadas y los diez vecinos afectados residiendo provisionalmente en un hotel. En total, son cuatro las casas en riesgo, de las cuales solo una presentaba daños, mientras que el desalojo de las otras tres se hizo por precaución.

El muro que se derrumbó, en parte, pertenece a una construcción antigua sometida a reformas por parte de su propietario y que ya presentaba grietas y fisuras con anterioridad. Además, carecía de cimientos y bajo el firme presentaba material de relleno, según fuentes del equipo de gobierno. Entre los posibles motivos que provocaron el derrumbamiento se barajan la acumulación de agua por las precipitaciones, daños provocados por los terremotos, inestabilidad del firme, deterioro de materiales por el paso del tiempo, posible mal estado de la red de agua, además de otros factores como la presencia de agua en el subsuelo.

Con motivo de la situación planteada en dicha vivienda, el Grupo Municipal Socialista, a través del concejal David Romera, pidió la paralización inmediata de las obras en el Calvario Viejo mientras no se garantice la seguridad de los vecinos. Los socialistas insisten en que se están ejecutando obras de manera temeraria e imprudente al no tenerse en cuenta las características urbanísticas del barrio de San Cristóbal. Romera recuerda que muchas de estas viviendas carecen de cimientos, por lo que el uso de maquinaria pesada, el rebaje de las calles y la desaparición de aceras afecta sobre manera a la estabilidad de las casas.

Por otro lado, para el portavoz del Izquierda Unida, Pedro Sosa, lo ocurrido se debe «al desconocimiento, dejadez y olvido de la administración», a la vez que ha solicitado a ésta que se haga cargo de la situación.

Según Pedro Franco, el propietario desde hace 16 años de la vivienda afectada, su casa ha ido sufriendo daños como consecuencia de las humedades desde que en 2008 el Ayuntamiento ordenó la retirada de una roca que había a la espalda del edificio, dejando un gran hueco a través del cual se ha ido filtrando el agua, a lo que se suma las obras de remodelación en la zona, que han dejado al descubierto los cimientos de la casa.