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Las obras de Juan Carlos I deberán adaptarse a la vida comercial y de los ciudadanos

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Las obras de Juan Carlos I deberán adaptarse a la vida comercial y de los ciudadanos.

El ayuntamiento de Lorca mantiene abierta la consulta ciudadana sobre la remodelación de la avenida Juan Carlos I, la principal arteria comercial y de tráfico de la ciudad para que el proyecto, que acaba de salir a licitación por 6,3 millones de euros, goce del máximo consenso y para intentar sufrir las mínimas molestias posibles y no perjudicar al comercio del área.

Ya se ha presentado en el BORM el anuncio para la presentación de ofertas a la redacción del proyecto de construcción y la ejecución de los trabajos y ha abundado en que el ayuntamiento seguirá manteniendo contactos con colectivos ciudadanos para que hagan aportaciones al diseño.

Los trabajos prevén la renovación de los viales, la eliminación del aparcamiento en superficie, la ampliación de las aceras, el incremento de zonas verdes y la renovación total de las infraestructuras subterráneas y en superficie así como una avanzada red de fibra e internet, incluyendo tres tipos de iluminación destinada a diferentes tipos de eventos a celebrar.

Se pretende que los materiales utilizados sean de muy buena calidad y acabado. Se instalará jardinería transportable puesto que por motivos de la celebración de los desfiles de Semana Santa no se puede plantar arbolado permanente.

Las obras previstas incluyen la eliminación de uno de los carriles de circulación para hacer más anchas las aceras, potenciar la iluminación, el soterramiento de contenedores, eliminación de barreras arquitectónicas y la posible colocación de arboles y jardinería. Lo que tiene enfrentados a los vecinos de la ciudad es la desaparición de las zonas de aparcamiento en superficie, teniendo que optar por aparcamientos públicos de las inmediaciones.

«Estamos muy contentos con la futura remodelación porque la Avenida Juan Carlos I necesitaba una obra de este tipo desde hace mucho tiempo. El terremoto llevó a que se ejecutarán obras en otras partes de la ciudad, retrasando esta calle. Nosotros siempre hemos reclamado un proyecto así al Ayuntamiento de Lorca, aunque hemos pedido que la lleve a cabo el consistorio, y no una empresa de Murcia, porque es una obra emblemática que tiene que hacerse en unos tiempos muy concretos y zonas para no perjudicar al comercio y a la ciudad de Lorca”, explica Juan Montoya, presidente de la Unión Comarcal de Comerciantes.

«La eliminación de los aparcamientos no supondrá un grave problema, ya que en las proximidades de la avenida existe, por ejemplo, el parking de Poncemar, que hasta ahora se ha venido fomentando su uso pensando precisamente en la futura obra de Juan Carlos I. Además, podemos encontrar cerca el de la Plaza de Colón y la Glorieta de San Vicente, todos ellos con mayor capacidad de aparcamiento que la avenida y con un coste global más económico por día que la zona azul”, cuenta Montoya.

Algo de historia:

http://i0.wp.com/cosasdelorca.com/wp-content/uploads/2015/03/AVENIDA-DE-LOS-MARTIRES-CON-JARDIN-CINEMA.jpg?resize=431%2C420La Avenida de Juan Carlos I fue en otro tiempo una alameda que nació en el siglo XIX como ensanche de la ciudad, acogiendo los edificios privados más importantes, aunque hoy día sólo queda en pie el Huerto Ruano, construido en 1877 por el financiero Raimundo Ruano, en la actualidad propiedad municipal.

Otro edificio relevante en esta calle fue la casa de los Martínez de Miguel, residencia familiar construida en 1910 y donde, en la actualidad, se encuentra un enorme edificio apodado ‘La Tortada’. El Circo Gallistico, en el que se celebraban peleas de gallos a las que era muy aficionada la sociedad de aquel tiempo; el Parque Avenida, un local polivalente que incluía piscina de verano, gran novedad en la Lorca de aquellos tiempos, sala de baile y cine; o la fábrica de confección de Bertrand son otros de los lugares de los que ha sido testigo esta emblemática calle.

Con el paso de los años, la construcción de grandes edificios ha cambiado la fisonomía de esta avenida, un pasadizo al que se asoman cientos de viviendas y un potente comercio que la ha transformado en el eje principal de la ciudad moderna, con una circulación intensa.