La rambla de Tiata (desde el Puente Nuevo, en el barrio de San Fernando, y hasta unos metros más abajo de la rotonda donde se inicia la autovía de Águilas) muestra desde hace unos días encharcamientos de aguas negras. Los vecinos muestran su preocupación no solo por el olor que desprenden, sino también por el riesgo de que proliferen plagas de insectos si se registra una subida de las temperaturas.
Entre los que se han quejado también hay muchos viandantes que, a primera hora de la mañana y a última de la tarde, suelen transitar por la zona mientras practican deporte. Uno de ellos, Javier Pérez, asegura que «parecen aguas fecales, porque son de color oscuro y el olor es insoportable». Junto a él suele recorrer el lugar cada día Isabel García, que explica que «en los últimos días algunos de los charcos han crecido de forma considerable. El agua está estancada, por lo que parece que si no es absorbida por la tierra del cauce permanecerá ahí mucho tiempo. Sería aconsejable que la retirasen cuanto antes para evitar más inconvenientes».
Otra vecina, María López, cuenta que no es la primera vez que se producen estos episodios de «charcos malolientes» y señala que en las anteriores ocasiones también se ha dado la circunstancia de que tenían lugar tras producirse varias jornadas de lluvia. «No creo que sea agua producto de las precipitaciones de los últimos días, porque huele bastante mal. Quizás es de alguna tubería que se ha roto», indica.
El concejal de Medio Ambiente, Melchor Morales, tras ser consultado ayer por ‘La Verdad’, confirmó que el agua encharcada procede del colector del polígono Saprelorca. «Cuando entra en carga, la tubería desagua, para que no se vea sobredimensionada. Cuenta con unos aliviaderos que descargan en la rambla de Tiata. Es un desagüe que está autorizado». Añade que la tubería recoge «aguas fecales pero también pluviales que se mezclan y que cuando llegan a la rambla continúan su camino al ser arrastradas por las precipitaciones en forma de lluvia». En esta ocasión -detalló- al no haber sido diluidas y arrastradas a lo largo del cauce, se han quedado en forma de charco, aunque está previsto que en los próximos días se dé una solución al problema.
«La intención es que en el momento en que se pueda introducir en el cauce la maquinaria necesaria, se retire el agua, aunque deberán pasar algunos días, porque tal y como está el terreno es imposible hacerse esta operación», señala el concejal de Medio Ambiente. Insiste en que la normativa permite este tipo de «alivios puntuales» y matiza que con la puesta en marcha del nuevo colector de Saprelorca «desaparecerán todos estos problemas». El proyecto ya está redactado y en estos momentos se trabaja en la expropiación de los terrenos. Está previsto que en breve espacio de tiempo salga a licitación. Las obras para propiciar el entubamiento se desarrollarán durante este y el próximo año. «Esperamos licitarlas en breve», concluyó.