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VARIOS LORQUINOS PARTICIPAN Y TERMINAN LA DURÍSIMA PRUEBA DE LOS 101 KM. DE RONDA 2016

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Francisco Javier Gonzalez Martinez, "el Bala" terminó en 11,25 horas.

VARIOS LORQUINOS PARTICIPAN Y TERMINAN LA DURÍSIMA PRUEBA DE LOS 101 KM. DE RONDA 2016

Son varios los lorquinos que participaron, Juan Pedro Sola Montero y Eduardo Sanchez Millán y Miguel Angel Salas Pastor entre otros que lo hicieron a pie, en bicicleta participó Antonio José Miñarro Méndez.

Entre ellos se encuentra el lorquino Francisco Javier Gonzalez Martinez «el Bala» para los amigos, que terminó en 11,25 horas los 101 km. de Ronda de esta edición, una durísima prueba donde cerca de medio millar de participantes abandonaron la prueba sin poder terminarla.

No existe el desánimo entre los participantes de esta prueba mítica. Todos los que consiguen el preciado dorsal saben que el desafío va más allá de la fortaleza física. Hay una lucha asumida por los deportistas contra el cansancio, el sol, las pendientes casi verticales y el barro que alarga la ruta más allá de lo previsible.

Sin embargo, el verdadero combate es el que se libra con uno mismo, cuando las heridas en las plantas de los pies, los dolorosos calambres o las caídas bombardean el cerebro al borde de la resistencia. Pero no hemos llegado hasta aquí para abandonar ahora. La aventura continuará durante la noche y la fila de luces con la que hemos soñado durante todo el año volverá a cruzar la serranía.

Son los 101 km de La Legión de Ronda, el municipio malagueño que se engalana para recibir a los más de 8.000 deportistas de toda España, hombres y mujeres, que aceptan el reto. Casi 24 horas corriendo, andando sin descanso o pedaleando sobre la bicicleta.

La solidaridad de los vecinos a ambos lados del camino, el paisaje tan verde en esta edición y, sobre todo, el sueño de saborear la meta infundirán el coraje necesario para lograr la victoria personal. El dolor es efímero, la gloria eterna.

La carrera de este año nos dejó a priori muchos temores que, sólo en el embarrado epílogo, descubriremos. De antemano se esperaba una jornada difícil por el tiempo. La semana había sido muy lluviosa pero el sábado fue un día excepcional. Suave durante el día y fresco, tirando a frío, durante la noche.

La salida como siempre espectacular y emocionante. Sólo se echa en falta a la famosa cabra. Los ciclistas pronto se alejan por las calles de Ronda aunque precedidos de algún molesto tapón en los primeros kilómetros. Los primeros estaban de vuelta a las cuatro horas. Los últimos entraron pasadas las diez de la noche con las bicicletas repletas de lodo. «He tardado en 20 kilómetros cuatro horas«, decía uno de ellos. «No te puedes imaginar el barro que había. Era imposible pedalear, todo lleno de cieno y todos buscando un tramo de hierba imposible», agregaba otro participante. El fango provocó averías en las bicicletas y desazón en muchos de los participantes que no contaban con un obstáculo tan pegajoso en momentos de tanta flaqueza. Yo le pregunté a mis amigos ciclistas si no había nadie con una manguera para aliviarles la carga de barro en el kilómetro 90. «Ojala hubiese habido una como ocurre en el Soplao donde hay hasta un miembro de la organización con una manguera a presión», señaló uno de ellos.