Los vecinos del barrio exigen más seguridad en las calles para impedir que se incumpla el confinamiento.
La convivencia, antes de las medidas excepcionales impuestas por el coronavirus, también es «complicada» con la población inmigrante, que en ocasiones no cumple las normas. En las tiendas marroquíes que abundan por el barrio y en la zona de San Diego, «tienen género en la calle, tiran basura a cualquier hora del día y está todo lleno de cartones». Las terrazas instaladas en las puertas de los cafetines obstaculizan el paso de peatones, se queja Fermina. «Hay interés» por parte de la Policía, reconoce, pero faltan efectivos.
La convivencia, antes de las medidas excepcionales impuestas por el coronavirus, también es «complicada» con la población inmigrante, que en ocasiones no cumple las normas. En las tiendas marroquíes que abundan por el barrio y en la zona de San Diego, «tienen género en la calle, tiran basura a cualquier hora del día y está todo lleno de cartones». Las terrazas instaladas en las puertas de los cafetines obstaculizan el paso de peatones, se queja Fermina. «Hay interés» por parte de la Policía, reconoce, pero faltan efectivos.
Era frecuente ver muebles en la calle, ropa tendida en los balcones y alimentos en la puerta de los establecimientos comerciales, pero estos comportamientos se están atajando, afirma el edil, y «ha mejorado mucho la imagen del barrio». La ocupación de viviendas de forma ilegal, que había generado gran alarma social, se ha reducido a la mitad en seis meses. El concejal afirma que las casas ocupadas han pasado de ocho a cuatro y la Policía no tiene constancia de que se haya ocupado ninguna vivienda abandonada en los últimos quince días.
La mediación de los agentes ha logrado que los okupas abandonaran voluntariamente los inmuebles en algunos casos y la vigilancia de las patrullas para prevenir la entrada ilegal es diaria. En este punto coincide la representante vecinal, «vemos más control».
Pendientes del cuartelillo
El equipo de gobierno sigue en su empeño por abrir un cuartelillo de la Policía Local en San Cristóbal. Era un compromiso electoral, pero el rechazo de los presupuestos municipales ha paralizado el proyecto de momento. «Para nosotros es irrenunciable, buscaremos un punto de encuentro» para lograr la modificación presupuestaria, la negociación con IU-Verdes sigue abierta, afirma. El Ayuntamiento persigue un modelo de policía de proximidad y mediación entre los vecinos, «que eduque e informe y sepa todo lo que pasa en el barrio, para que la convivencia mejore».