Inicio Mi Rinconcico Andrés Martínez Rodríguez CENTENARIO DEL BELLO ESTANDARTE DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO, PASO BLANCO

CENTENARIO DEL BELLO ESTANDARTE DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO, PASO BLANCO

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CENTENARIO DEL BELLO ESTANDARTE DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO, PASO BLANCO

Mirar las cosas bellas reconforta el alma. Esa sensación pudo llegar a muchos ciudadanos cuando pudieron ver el maravilloso bordado de la “Oración en el Huerto” en la procesión extraordinaria organizada ayer tarde, 6 de octubre, por el Paso Blanco para celebrar su centenario.

La luz de la tarde otoñal esperaba la salida del “Paño de las flores”, que llevado por sus mayordomos inicio el itinerario en un lugar de honor en la procesión que lo llevó hasta el hermoso entorno de la plaza de España. Marco monumental engalanado para la ocasión con primorosos adornos de flores que buscaban aproximarse a la delicada cenefa del estandarte, al igual que el ornamento floral artísticamente dispuesto a los pies del Cristo de la Oración, que precedía al estandarte llevado por sus portapasos, los cuales avanzaban rítmicamente a los acordes de las bandas de la Agrupación Musical Ntra. Sra. la Virgen de la Amargura.

Y el momento más emotivo de la celebración de la Eucaristía llegó con las poéticas y sentidas palabras en la homilía del obispo de la Diócesis, D. José Manuel Lorca Planes, que vestía para la ocasión una preciosa casulla con más de 200 años de antigüedad. Todo rozaba la mayor exquisitez y estaba en su adecuado lugar: el trono, el altar, las autoridades, los Blancos, la familia Felices, los estandartes de las cofradías invitadas, la música y destacando en este perfecto marco, el estandarte de la “Oración en el Huerto”, movido por el leve viento que se levantó a la caída de la tarde.

Una vez terminada la misa comenzó el regreso a la capilla del Rosario. La alegría y la satisfacción era el común denominador de todos los Blancos que orgullosos acompañaban al Cristo bordado y al Cristo esculpido a su casa en Santo Domingo.
A los acordes del himno nacional entraban los dos Cristos bajo el arco de la capilla del Rosario, y allí con la profunda querencia de todos los Blancos se produjo el apogeo, con la banderas al aire y los reiterados aplausos bajo los sentidos acordes de la música blanca.
Ver las cosas es un arte y recordarlas también, por eso cuando se miran las finas, perfectas y coloridas puntadas en seda del “Paño de las Rosas”, podemos evocar las primorosas manos de las bordadoras que admirablemente dirigidas por D. Emilio Felices Barnés crearon el “Paño de las Flores”, con el objetivo de coronar el palio de la Virgen de la Amargura, asimismo al Coro de Damas que lo hizo posible.

El día de ayer, irrepetible y mágico, ha quedado bordado con puntadas de seda y oro en los anales de la historia del Paso Blanco y en el corazón de todos los que allí estuvimos.