La plantilla lorquina de Coopbox Hispania, en pie de guerra para evitar el ERE.

Los trabajadores de la empresa Coopbox Hispania, dedicada a la fabricación de bandejas de uso alimentario, uno de cuyos centros de trabajo se encuentra ubicado en el polígono de Saprelorca, en La Torrecilla, tienen previsto acudir mañana al Ayuntamiento para estar presentes durante la celebración del Pleno ordinario correspondiente al mes de octubre, que se celebra ese día, en el que el grupo municipal de Izquierda Unida-Verdes presentará una moción sobre la situación del sector industrial en el municipio.

La plantilla, inmersa en un proceso de Expediente de Regulación de Empleo (ERE), tiene previsto también recibir a sus directivos italianos que mañana visitan las instalaciones en cuyo exterior han colocado una pancarta en la que se puede leer: ‘Coopbox Lorca. ¡No más mentiras! Directivos incompetentes. 108 familias al paro’.

El ERE que hay en marcha supondrá el cierre del centro de trabajo de Alcalá de Henares con 107 trabajadores y la reducción, al menos, a la mitad, de la planta de Lorca, hasta que un grupo inversor se haga cargo de la actividad, según confirmó hace unos días a esta Redacción Francisco Javier González, representante del Comité de Empresa.

Con respecto al centro de trabajo de Lorca se han marcado el plazo de un mes para decidir cómo se va a llevar a cabo el proceso mientras esperan que otra empresa se haga cargo de una actividad que, según los trabajadores, sigue siendo rentable.

En Lorca, el ERE afecta al 50% de extinción de una plantilla de 108 trabajadores mientras que el 50% restante queda en situación de suspensión «porque necesitan tiempo hasta encontrar al posible nuevo inversor que se haga cargo de la empresa», según Francisco Javier González.

El centro de trabajo de Lorca lleva funcionando más de 20 años y, según el representante sindical, «nunca nos ha faltado el trabajo» a lo que hay que añadir el valor estratégico con el que cuenta la empresa a la hora de la fabricación de este tipo de bandejas.

Los trabajadores, pese a todo, siguen con la esperanza puesta en las negociaciones que hay en marcha y tienen previsto nuevas reuniones con representantes del Instituto de Fomento para seguir luchando por el futuro de la empresa, convencidos de que no arrojarán la toalla.