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El Cristo de la Misericordia desciende del Calvario para su emotivo encuentro con el Cristo del Perdón

El Cristo de la Misericordia y el del Perdón se funden en un histórico y sobrecogedor encuentro bajo las estrellas ✝️🕯️ #SemanaSantaLorca #EncuentroMorado #PasiónLorca

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El Cristo de la Misericordia desciende del Calvario para su emotivo encuentro con el Cristo del Perdón

Lorca, madrugada del Jueves Santo – Bajo un cielo estrellado y envuelto en la penumbra de la noche, el Cristo de la Misericordia volvió a recorrer las calles de Lorca en una procesión marcada por el recogimiento y la devoción. La imagen, una de las más veneradas de la Semana Santa lorquina, partió desde la capilla principal del Calvario —donde se custodia el preciado Lignum Crucis, recibido por la Hermandad en 1700— para protagonizar su esperado encuentro con el Cristo del Perdón en el convento del Carmen.

El cortejo estuvo encabezado por la Hermandad del Cristo de la Misericordia, cuyos cofrades, vestidos con túnicas moradas, portaron la imagen sobre sus hombros en un acto de profunda fe. Entre ellos destacaba Antonio Martínez García, hermano mayor, quien no ocultaba la emoción: “Es una noche que llevamos todo el año esperando. El silencio, el esfuerzo, el camino… todo cobra sentido al ver al Cristo del Perdón en la distancia”, comentó visiblemente conmovido.

El trayecto, que serpentea por las callejuelas de los barrios del Calvario, San Lázaro y el Carmen, estuvo acompañado por decenas de penitentes y numerosos fieles que aguardaban en balcones y esquinas con cirios encendidos. Las únicas luces eran las de las velas que marcaban la marcha del Crucificado, envuelto en el eco sordo de los tambores.

La Hermandad del Socorro fue la encargada de portar el paso del Cristo de la Misericordia, en perfecta coordinación con los cofrades del Perdón. Desde su sede en el Carmen, el Cristo del Perdón, guiado por el hermano mayor de su hermandad, José Ángel Ruiz Valverde, esperaba el momento del encuentro con solemnidad. “Cada año, esta madrugada se convierte en un puente entre el cielo y la tierra”, señaló.

Entre los presentes, el alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, destacó el valor patrimonial y emocional del momento: “Este encuentro simboliza la esencia de nuestra Semana Santa: tradición, espiritualidad y el compromiso de un pueblo con su historia. Lorca vuelve a demostrar que su fe y su cultura son un legado vivo”.

Por su parte, Ángel Latorre, presidente del Paso Morado, resaltó el esfuerzo de todos los hermanos que hacen posible esta cita cada año: “No es solo una procesión, es una expresión de fe construida con el alma de todo un pueblo. Ver al Cristo de la Misericordia descender para abrazarse con el Perdón es un privilegio que nos conecta con nuestra identidad más profunda”.

Con el Castillo y los barrios de San Pedro, Santa María y San Juan como telón de fondo, la escena culminó con el sobrecogedor encuentro entre ambas imágenes. Fue entonces cuando las campanas rompieron el silencio, anunciando no solo el nuevo día, sino también el inicio simbólico del barroquismo morado que tomará las calles en los días grandes de la Semana Santa lorquina.