Desarrollan microburbujas explosivas que eliminan el cáncer de mama sin cirugía
La técnica combina microburbujas con ultrasonido para destruir células cancerosas sin afectar los tejidos sanos, eliminando la necesidad de cirugía.
Una nueva forma de atacar el cáncer
El tratamiento consiste en inyectar microburbujas —pequeñas esferas llenas de gas— en el torrente sanguíneo. Estas burbujas, comúnmente utilizadas para mejorar imágenes por ecografía, son activadas por ultrasonido para que vibren o exploten de forma controlada dentro del tumor. Esto genera presión localizada, abre poros en las células tumorales y facilita la entrada de medicamentos, amplificando su efecto destructivo sobre el cáncer.
Publicado en una revista científica especializada
La investigación, liderada por los científicos Deepa Sharma y Gregory Czarnota, fue publicada en Cancer and Metastasis Reviews, y propone una estrategia combinada: microburbujas, ultrasonido y tratamientos clásicos como la quimioterapia o la radioterapia.
Así funciona el tratamiento
El procedimiento combina tres elementos clave:
Microburbujas inyectadas en el cuerpo.
Ondas de ultrasonido dirigidas hacia el tumor.
Aplicación simultánea de quimioterapia o radiación.
El ultrasonido activa las microburbujas justo en la zona tumoral, lo que mejora la permeabilidad de los vasos sanguíneos del tumor y permite una mayor penetración de los fármacos. Las explosiones también dañan directamente las membranas de las células cancerosas.
Resultados prometedores
Tanto en estudios de laboratorio como en ensayos clínicos, los resultados han sido alentadores. En modelos animales se observó una mayor tasa de destrucción celular y un incremento en la eficacia de los tratamientos convencionales. En humanos, la técnica demostró ser segura y mostró una mejor respuesta de los tumores tratados.
Beneficios clave observados:
Mayor absorción de medicamentos en el tumor.
Reducción del daño a tejidos sanos.
Disminución de efectos secundarios.
Posible reducción en la dosis necesaria de quimio o radioterapia.
Aplicación clínica precisa y no invasiva
El tratamiento puede aplicarse con ultrasonido convencional o mediante dispositivos integrados en equipos de resonancia magnética (RM), lo que permite tratar zonas profundas como el cerebro o el hígado. No requiere cirugía ni hospitalización prolongada, y ya está disponible en algunos centros hospitalarios.
Mecanismo biológico del tratamiento
El proceso activa una vía celular conocida como “proapoptótica de esfingolípidos”, que induce la autodestrucción de células malignas. También se genera daño en los vasos del tumor, lo que impide su crecimiento posterior.
Retos y próximos pasos
Aunque los avances son prometedores, los investigadores aún deben definir:
Qué tipos de cáncer responden mejor.
La dosis óptima de ultrasonido y microburbujas.
Protocolos estándar para su implementación.
Posibles riesgos en tejidos delicados como el cerebral.
Una nueva herramienta en la lucha contra el cáncer
Este avance podría revolucionar el tratamiento del cáncer al potenciar la eficacia de terapias tradicionales sin efectos secundarios severos. De seguir en esta dirección, podría aplicarse a múltiples tipos de tumores, incluso los más resistentes, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes.