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Diego José Mateos intenta eliminar la Agencia Tributaria Local, que recuperó 27,7 millones en 5 años gestionando las deudas de los grandes morosos

• El alcalde de los socialistas quiere implantar un "chiringuito" con dinero del ayuntamiento para colocar a tres personas con sueldos de 60.000 por cabeza. Dos de ellas no tendrán ni siquiera que ser funcionarios, sino personas afines designadas "a dedo" por el sanchismo lorquino. • Los socialistas quieren que las deudas pierdan su carácter anónimo, y que ahora pasen con nombres y apellidos por el filtro político de la Junta de Gobierno, en la que sólo hay concejales del PSOE.

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Diego José Mateos intenta eliminar la Agencia Tributaria Local, que recuperó 27,7 millones en 5 años gestionando las deudas de los grandes morosos.

El presidente del Partido Popular de Lorca, Fulgencio Gil, ha denunciado que Diego José Mateos, alcalde del PSOE, quiere cargarse el órgano municipal que ataca las bolsas de morosidad y que ha recuperado para los lorquinos más de 27,7 millones de euros. Se trata de la Agencia Tributaria Local, que comenzó su trabajo en 2014, creada a coste cero por el gobierno del Partido Popular, un organismo que tienen todos los ayuntamientos modernos de España, y que ha conseguido un salto cualitativo y cuantitativo en la gestión de la deuda acumulada por grandes morosos contra las arcas municipales.

Gil Jódar ha recordado que entre los años 2014 y 2018, conseguimos recuperar 27.746.479,24 euros. Logramos, además, una mejora del 30% del índice de morosidad. Sirva como ejemplo el caso de una potente empresa de suministros que, contando con sobrada solvencia económica, no quería pagar 600.000€ en impuestos que le debía al ayuntamiento, una cantidad que conseguimos recuperar en 2017. Esta Agencia es un órgano moderno, eficaz y profesionalizado, enmarcado en modelo que funciona perfectamente y se caracteriza por su perfil técnico, objetivo, profesional y apolítico.

Ahora, repentinamente y sin ningún tipo de justificación seria, el alcalde de los socialistas quiere cargarse de un plumazo este equipo de trabajo, provocando un retroceso de 40 años en el trabajo contra la morosidad, y devolver esta gestión a los años 80. Mateos quiere imponer a los ciudadanos más burocracia, más lentitud, y lo que resulta mucho más preocupante, establecer una intervención política a la gestión del cobro de las deudas, provocando que las deudas pierdan su anonimato, y los nombres y apellidos de estas personas pasen por el filtro político del sanchismo lorquino.

No contentos con esto, y bajo la denominación de Tribunal Económico, los socialistas quieren crear un chiringuito para colocar a tres personas, con sueldos que rondan los 60.000€ anuales, y dos de ellos ni siquiera tendrán que ser funcionarios, sino que podrán ser designados «a dedo» por el Sr Mateos. Esto le va a suponer a todos los ciudadanos más papeleo, más burocracia, más recursos y alargar los plazos y los trámites.

Fulgencio Gil espera que la responsabilidad y el sentido común se impongan en el pleno del próximo lunes, donde se votará este asunto, y la Corporación Municipal impida este disparate con el que Mateos quiere que volvamos a los años 80.

Hemos de señalar, además, que los informes emitidos por los funcionarios, en ningún caso respaldan la supresión de la Agencia Tributaria Local, por lo que no hay excusa para esta eliminación. Esperamos que no caigan tampoco en la «tentación» de ampararse en supuestos «legalismos», ya que el sanchismo es muy aficionado a retorcer la ley para interpretarla a su antojo, pero se olvidan de cumplir, por ejemplo, el mandato que le ha dado el Pleno del Ayuntamiento al actual alcalde para que ejecute una bajada de impuestos el próximo año, una obligación que está evitando a toda costa.

Nos encontramos ante un nuevo ejemplo de la extensa lista de desastres que el PSOE viene acometiendo en materia de economía y hacienda en nuestro Ayuntamiento, y que, de momento, ya ha provocado que no cuenten ni con presupuesto municipal, ni con ordenanzas fiscales, y el Pleno les ha rechazado por mayoría absoluta incluso la cuenta general, algo que no había ocurrido nunca.