El Alcalde ofrece a la nueva asociación de vecinos de San Pedro un local de 210 m2 en Marmolico y utilizar la iglesia una vez concluyan las obras de recuperación en ejecución, pero los vecinos no contentos se encierran para seguir con su protesta.

El Alcalde ofrece a la nueva asociación de vecinos de San Pedro un local de 210 m2 en Marmolico y utilizar la iglesia una vez concluyan las obras de recuperación en ejecución, pero los vecinos no contentos se encierran para seguir con su protesta.

El Alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, ha vuelto a recibir esta mañana a la asociación de vecinos de San Pedro, recientemente reconstituida, para informarles de que el Ayuntamiento les reitera su ofrecimiento de contar con un local totalmente renovado, con una superficie de 210 metros cuadrados, con 3 plantas, climatización y ascensor. Se trata de un inmueble ubicado en su propio barrio, concretamente en la calle Marmolico, que pasaría a ser sede de este colectivo en el mismo momento que decidan entrar a utilizarlo.

Por parte del Ayuntamiento se les ha ofrecido, además, utilizar parte de la iglesia de San Pedro, que se está beneficiando de una inversión de 600.000 euros para su restauración integral, como sede para la realización de sus actividades, y se le ha anticipado a dicha asociación vecinal la intención del Consistorio de contribuir económicamente en la medida de la disponibilidad presupuestaria, a recuperar la celebración de las fiestas del barrio, tal y como han pedido los interesados.

Hemos de recordar que en los últimos años el barrio de San Pedro está siendo objeto de una cadena de inversiones que supera los 4 millones de euros, con ejemplos tan destacados como la recuperación de la iglesia (600.000 €), la mejora integral de las calles y espacios públicos (3 millones), además de la recuperación del Pósito de Panaderos (240.000 €), a la que se sumará en breve la construcción en este barrio del Palacio de Justicia (8 millones).

Tras la reunión algunas vecinas se han encerrado en el local de calle Galdo para exigir que sea devuelto, rechazando de facto la propuesta del Consistorio y continuando con su presión vecinal, un asunto que ya parece encallado y con necesidad de un acuerdo de mediación para que unos y otros puedan llegar a un consenso lógico y conveniente para todos.