El Ayuntamiento convertirá el casco antiguo en un oasis de sombra para rebajar la temperatura en los itinerarios turísticos.
«Queremos convertir el casco antiguo de la ciudad en un oasis de sombra para acabar con las ‘islas de calor’. Estamos embarcados en un proyecto que pretende ampliar de forma considerable los espacios bajo toldo. En nuestra ciudad no es nuevo, ya que históricamente en las calles de la ‘vieja ciudad’ se utilizaban estas infraestructuras. De ello, dan cuenta los anclajes que aún permanecen en las fachadas de algunas calles como Santiago», ha afirmado este miércoles la edil de Medio Ambiente, María Hernández Benítez.
Lo hacía poco antes de la celebración de la Junta de Gobierno Local en la que se aprobaba una partida para el montaje de los toldos en las calles Corredera, Alporchones y adyacentes, a las que en breve se sumarán otras como Pío XII desde el Casino Artístico Literario hasta su confluencia con la calle Zorrilla. «Son calles en las que está comprobado que la presencia de estas techumbres permiten rebajar la temperatura del aire entre 5 y 9 grados. Vías enlosadas en las que sus dimensiones no permiten colocar masa vegetal de gran tamaño, por lo que el toldo se convierte en un recurso indispensable y que se suman a los 350 metros cuadrados de sombra permanente de la Plaza Arcoíris», ha explicado Hernández Benítez.
La actuación cuenta con un presupuesto de algo más de 115.000 euros que incluye la retirada de los toldos y su instalación. «Y contamos con un remanente disponible para la ampliación de esta infraestructura en calles adyacente, lo que nos va a permitir aportar nuevos espacios amables en los meses de altas temperaturas en el casco antiguo de la ciudad», ha añadido.
El recinto histórico recuperaba los espacios de sombra bajo toldo hace seis años al integrarse en una acción piloto dentro del marco del proyecto Life Adaptate, en el que participaban también Portugal y Letonia. Durante el proyecto se ejecutaron mediciones de temperaturas en sol y sombra. A su término se constató que estos elementos disuasorios de los rayos del sol lograban rebajar la temperatura hasta en cinco grados, pero que podían llegar hasta los 9. Y la temperatura del suelo en zonas donde permanece expuesto al sol- durante las ‘olas de calor’ descendían entre 10 y 15 grados, llegando en algún momento incluso a 20 grados menos.
La edil de Medio Ambiente ha asegurado que a los más de 1.500 metros cuadrados de sombras bajo toldo de las calles Corredera y Alporchones, y los 350 de la Plaza de Arcoíris, se sumarán paulatinamente nuevos espacios. «La adquisición será a través de los fondos del Plan de Sostenibilidad Turística, de los Fondos Next Generation de la Unión Europea, que incluye propuestas para mejorar y modernizar la infraestructura turística basándose en criterios de sostenibilidad, accesibilidad, digitalización, innovación, movilidad, eficiencia energética y transición verde».
Hernández Benítez ha aportado que se trabaja en nuevos proyectos tendentes a embellecer el recinto histórico de la ciudad con jardines verticales que «no sólo harán más agradable esta zona de la ciudad en calles que no permiten la implantación de arboleda, sino que ofrecerán frescor y aromas». Y ha recordado la importancia que antaño tenían las macetas de balcones y rejas. «Al caer la noche los vecinos regaban las plantas que en la mayoría de casos estaban en tiestos de barro. Aportaban humedad al ambiente, pero también las variedades incluidas jazmines, lavandas, damas de noche, hierbabuena- aromatizaban el ambiente. Esa es la filosofía que queremos recuperar. Hay que restaurar el casco antiguo, pero también recuperar esas imágenes que hacían tan agradable el paseo por sus calles a cualquier hora».