El nuevo ataque del PSOE contra el trasvase destruirá 5.000 empleos en Lorca.
La destrucción de empleos que el PSOE va a provocar con su decisión de recortar a la mitad el agua que llega a nuestra ciudad procedentes del trasvase Tajo-Segura alcanzará los 5.000 puestos de trabajos entre directos, indirectos e inducidos, mientras que las pérdidas económicas alcanzarán los 100 millones de euros anuales. Según un reciente estudio de la Cátedra de Competitividad del Colegio de Economistas y el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) se van a perder 21.500 puestos de trabajo en nuestra Región. A nivel local, los análisis realizados por el tejido productivo son igualmente alarmantes.
Nuestro municipio y su comarca se enfrentan a un cataclismo social y económico de consecuencias más que inquietantes que va a afectar a todos los ciudadanos. No es un problema sólo de la agricultura, sino que nos va a afectar a todos. Las consecuencias conllevan pérdida de puestos de trabajo, deslocalización de empresas, abandono de hectáreas y hectáreas de tierras de cultivo por la afección a la competitividad, pérdida de cuotas de mercado nacional e internacional para empresas y cooperativas, deslocalización de empresas, pérdida de competitividad, incremento del precio del agua, despoblación en pedanías y vía libre a la desertización.
El presidente del Partido Popular de Lorca y portavoz en el Ayuntamiento, Fulgencio Gil, ha manifestado que nos encontramos ante la peor noticia que Lorca podía recibir para comenzar el año. ¿Qué va a pasar con todas las personas que actualmente trabajan en el sector primario cuando comiencen a perder sus respectivos puestos de trabajo? Estamos ante el peor escenario posible provocado por una decisión política y frívola que carece de aval técnico. Devuelve a Lorca a los años 60, al blanco y negro, y si no se corrige, volveremos a ver a lorquinos haciendo las maletas. El retroceso no ha sido evaluado desde ningún punto de vista.
Estamos hablando de una cuestión de gran conflictividad que va a golpear con fuerza a todos los sectores profesionales y también a los hogares, ya que la reducción de los caudales de agua procedente del trasvase va a obligar a comprar más agua desalada, un agua mucho más cara y de peor calidad, que tendremos que pagar todos y cada uno de los ciudadanos en nuestros recibos.
Esta situación exige un plan de reconversión integral de la economía de nuestra comarca, financiado desde las administraciones que han tomado esta decisión, con millones de euros comprometidos encima de la mesa y una planificación fruto del consenso social ¿De qué piensan que vivamos ahora? Nadie se ha parado a pensar en las consecuencias de esta barbaridad que constituye el peor error que se haya cometido en nuestro país contra el sector agroalimentario, como tampoco han sopesado con seriedad el fallo garrafal de condenar a los españoles a llenar su despensa con productos de terceros países, comprometiendo el autoabastecimiento alimentario.
El PSOE se ha obsesionado en ejecutar una sustitución forzosa del agua del trasvase por agua desalada, planificada desde la etapa de Zapatero con los socialistas murcianos como palmeros. La palabrería de algunos de sus dirigentes forma parte de una estrategia pactada con su dirección nacional, pero no engañan a nadie porque son lo mismo.
Fulgencio Gil ha anticipado que ente esta situación, hemos decidido que el primer acuerdo que será incluido en el Pleno Extraordinario que hemos forzado que se celebre en nuestro Ayuntamiento sobre agua será el de la revocación inmediata de la decisión del gobierno de Pedro Sánchez de recortar la mitad el agua procedente del trasvase.