El PP propone instalar cámaras de vigilancia en el Huerto de la Rueda para atajar los pinchazos sufridos por al menos tres menores el pasado sábado durante un concierto en la Feria Chica.

Tras los hechos acontecidos en la noche del pasado sábado en el transcurso de una actuación musical que tenía lugar en la Virgen de las Huertas, con motivo de la «Feria Chica», decenas de ciudadanos se han puesto en contacto con esta formación política para trasladarnos su preocupación por pinchazos a niñas menores de edad.

La concejal de Seguridad en el ayuntamiento de Lorca por el Partido Popular, María Belén Pérez, ha manifestado que llevamos semanas advirtiendo de la necesidad de que se activara un protocolo antipinchazos, pero ni el actual gobierno socialista de Lorca, ni la delegación del gobierno han sido sensibles a una propuesta que respondía al más elemental sentido común. Ni han sabido ser previsores, ni han sido capaces de aceptar esta iniciativa constructiva, y las consecuencias no se han hecho esperar.

El resultado es que al menos tres niñas, menores de edad, sufrieron este tipo de agresiones en la noche del pasado sábado. Las niñas presentaban laceraciones en las piernas, e incluso una de ellas sangraba, por lo que tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios.

La Junta Local de Seguridad se tenía que haber reunido antes del inicio de la Feria Chica, tal y como reclamamos desde el PP, para preparar con el tiempo preciso el dispositivo de seguridad que tiene que estar operativo con el fin de prestar cobertura a todos los eventos que se desarrollan durante el mes de septiembre en nuestro municipio.

Ante esta situación, volvemos a poner una propuesta sobre la mesa para que pueda ser implementada con el objetivo de garantizar la seguridad en nuestra Feria, como es la instalación de un circuito de cámaras de videovigilancia que permita controlar lo que ocurre en cada momento. Está claro que la situación lo exige y que se deben activar todos los resortes administrativos necesarios para hacerlo posible.

Estamos hablando de un recurso con el que cuentan numerosos municipios y ciudades españolas, que ofrece una versatilidad extraordinaria y una notable capacidad de disuasión, que debe activarse de forma paralela al establecimiento de patrullas con agentes de paisano en aquellos sitios que registren mayor acumulación de ciudadanos.