LA CASA DEL INQUISIDOR
Está situada en la calle Selgas, también conocida por calle de las Tiendas. Está siendo sostenida con potente andamio durante largos años, ya que la idea y el proyecto es restaurarla. Nosotros la conocimos ya utilizada como casa de pisos y habitada por varias familias. Eran salones enormes, de techos altos y con paredes que aun conservaban restos de tapices y empapelados en boga en la época de su construcción. Como esta última generación de lorquinos no la ha conocido, deseábamos recordarla para ellos y que vieran como era, ya que este frontal está cubierto con una lona y no es visible en la actualidad.
La Iglesia Católica instaura la Santa Inquisición en la provincia de Murcia en el año 1488 por decisión real de los Reyes Católicos y empieza a funcionar el llamado Santo Oficio, que solo tenía competencia sobre cristianos bautizados y trataba de combatir en un principio la herejía cátara y las prácticas judaizantes, pero paulatinamente se fue extendiendo al dogma, la blasfemia y palabras injuriosas para las imágenes y cosas sagradas. Pronto se escribieron muchas páginas negras, por errores en condenas al tormento o la hoguera a víctimas inocentes, pero como las denuncias podían ser anónimas y al acusado no se le decía el delito por el que era perseguido, no había manera de poder defenderse y la condena era casi inevitable. Los interrogatorios eran normalmente con torturas, para los casos de delitos graves y si se les encontraba culpables, se les requisaban sus bienes para sufragar los gastos del proceso y del encarcelamiento. Si se arrepentían de su acusación, en algunos casos, podían ser perdonados y reconciliados con la Iglesia.
Los suplicios eran presenciados por el Inquisidor, un médico, un secretario y un verdugo, que se aplicaban sobre el reo completamente desnudo, excepto cuando eran mujeres.
En Italia Galileo Galilei (1564-1642) fue obligado por la Inquisición a declarar que su teoría heliocéntrica era un error y que era el sol el que giraba y la tierra no se movía.
En España es también famosa la condena a Fray Luis de León, poeta, teólogo y astrónomo, que por haber traducido el Cantar de los Cantares, del ebreo al castellano sin licencia, estuvo cinco años encarcelado y cuando volvió a su cátedra de Salamanca, inició su primera clase con la famosa frase:“ Como decíamos ayer”. También escribió esta bella décima o espinela: “Aquí la envidia y mentira /me tuvieron encerrado./ Dichoso el humilde estado/ del sabio que se retira/ de aqueste mundo malvado/y con pobre mesa y casa/en el campo deleitoso/ con solo Dios se acompasa/ y a solas su vida pasa/ ni envidiado ni envidioso”.
Matar en nombre de Dios es lo mas horrible, por eso esta institución, abolida en las Cortes de Cádiz, en 1812, ha sido tan criticada y odiada.
/Fachada de la casa del Inquisidor, único paredón en pie/