La fundación ecologista ANSE compra cabo Cope por medio millón de euros al banco malo.
El veterano grupo ecologista, fundado en 1973, ha hecho coincidir con el Día de la Tierra el anuncio de la compra más importante de un espacio natural en la costa española en los últimos cincuenta años por una entidad conservacionista, en la estela de la adquisición de la Reserva Biológica de Doñana por Adena (hoy WWF) en 1963.
ANSE ha comprado toda la superficie del promontorio montañoso, una finca de 270 hectáreas delimitada por la carretera de Calabardina hacia la Torre de Cope de la que están excluidos varios pequeños enclavados con viviendas particulares. La importante transacción económica, que incluye algunas parcelas al otro lado del asfalto, se ha formalizado ante Solvia, comercializadora del Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria). Cope perteneció a Bankia —antes Cajamadrid– durante décadas y últimamente estaba en manos del ‘banco malo’..
La adquisición, a través de la Fundación ANSE y con la colaboración de la oficina española de WWF, se ha financiado con un préstamo bancario y recursos propios. Los ecologistas esperan sufragar la compra de Cabo Cope con el lanzamiento de una campaña internacional de captación de fondos.
«Un sueño hecho realidad»
La organización ecologista informa de que mantuvo reuniones a finales de la anterior legislatura con la alcaldesa de Águilas, María del Carmen Moreno, y con el entonces consejero de Medio Ambiente, Javier Celdrán, «para pedirles que hicieran lo posible para que Cabo Cope fuera adquirido por una o varias administraciones públicas, con el fin de evitar que pudiera terminar en manos de algún fondo de inversión especulativo». El resultado infructuoso de esta propuesta fue el impulso definitivo para que la Asociación de Naturalistas del Sureste diera un paso al frente. «Este sueño hecho realidad no hubiera sido posible sin la confianza de una Junta Directiva de apasionados por la conservación, grandes naturalistas e investigadores, y tampoco sin el respaldo incondicional de WWF», explica a LA VERDAD el director de ANSE, Pedro García.
Pero, ¿por qué comprar un espacio protegido que ya está blindado por la ley y donde en teoría no se puede poner un ladrillo? «Para garantizar la protección definitiva de Cabo Cope e impulsar la conservación del conjunto del Parque Regional Cabo Cope-Puntas de Calnegre y la aprobación de su Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN)», aseguran ANSE y WWF sobre una montaña costera que también está catalogada como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA)
Futura reserva marina
«Vamos a trabajar durante los próximos años en impulsar medidas de protección tanto para Cabo Cope como para la costa de la Marina y su entorno con propuestas que iremos anunciando en los próximos meses», detallan las organizaciones conservacionistas. Una de ellas será la creación de una Reserva Marina de Interés Pesquero, iniciativa que fue prometida por el presidente regional, Fernando López Miras, durante la campaña de las últimas elecciones autonómicas y locales.
El principal empeño de ANSE y WWF es desterrar definitivamente el proyecto de urbanizar el espacio protegido, imposible en Cabo Cope pero que Iberdrola sigue tratando de desarrollar en la llanura litoral de la Marina: este ‘sueño inmobiliario’ de la etapa de Ramón Luis Valcárcel al frente del Gobierno regional —en una estrategia de desarrollo económico ligado al turismo de la que también formaban parte la autopista Cartagena-Vera y el aeropuerto de Corvera– quedó truncado en diciembre de 2012 cuando el Tribunal Constitucional declaró ilegal la desprotección de gran parte del parque; casi toda la planicie central, entre los promontorios de Cabo Cope y el Lomo de Bas, en los extremos sur (Águilas) y norte (Lorca).
Los nuevos propietarios quieren evitar que el espacio protegido acabe en manos de «un fondo de inversión especulativo»
Con el impulso de la plataforma ciudadana Prolitoral, diferentes sentencias han ido desactivando en los últimos años cambios normativos enfocados en su día a facilitar la construcción de 9.000 viviendas, hoteles, centros deportivos, campos de golf y una marina interior. Solo queda un coletazo judicial para que se descarten completamente los derechos de edificación: el recurso ante el Supremo de Iberdrola y la Asociación Colaboradora de Propietarios para que quede sin efecto la anulación de la modificación de los planes urbanos de Águilas y Lorca, que se adaptaron en su momento al futuro ‘resort’.
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