Turista nacional, con una media de alojamiento de tres días como máximo y que aprovecha su estancia en el municipio para ir a la playa, que se encuentra a muy pocos kilómetros. Ese es el perfil de los clientes que se alojan en los hoteles de la ciudad en los meses de verano. La ocupación hotelera alcanza en agosto solo el 56%, según dijo a ‘La Verdad’ el presidente de Hostelor, Joaquín Piernas.
Los clientes «se benefician de las ofertas de los hoteles de interior» y durante el día suelen hacer excursiones a las playas de Águilas o Puntas de Calnegre, para regresar por la tarde «y darse un baño en la piscina del hotel». El turismo extranjero queda reservado casi en su totalidad para el parador nacional del castillo. «Los extranjeros que visitan Lorca, sobre todo alemanes e ingleses, prefieren este establecimiento».
Piscina y barbacoa
La ocupación en las 21 casas rurales repartidas por todo el término municipal es del 85%. La primera quincena de agosto es la más solicitada y la demanda es «casi exclusivamente de turismo familiar», reconoce el presidente de Lorca Rural, Sebastián Navarro. Los usuarios, que se alojan de media una semana, buscan sobre todo que la vivienda disponga de piscina y barbacoa. «Quieren tranquilidad, una casa para ellos solos para disfrutarla sin imposiciones de horarios», añade Navarro.
Los clientes que optan por el turismo rural son nacionales casi en su totalidad y proceden fundamentalmente de la Región y de las provincias de Alicante y Almería, y en menor medida de otros puntos de España como Extremadura o Madrid. Lorca Rural tiene pendiente «atraer al turista extranjero» porque actualmente «la información que ofrecemos en internet no está traducida a otros idiomas y la comunicación es más difícil».
El albergue de Coy, vacío
En los albergues municipales, con un total de 72 plazas en Puntas de Calnegre, Coy y Casa Iglesias, la ocupación es muy dispar. Mientras que en el de la costa es del 70%, no se ha alojado nadie ni hay reservas en el de Coy, donde se llevan a cabo obras de mejora, «pero no está cerrado al público», aclaró el concejal de Turismo, Francisco Montiel.
El albergue de Calnegre es el que más tirón tiene porque se sitúa a escasos metros de la playa. En este caso, el perfil de los clientes es muy variado, desde grupos de amigos a familias enteras y la ocupación media es de tres o cuatro días, según fuentes de El Molino, empresa gestora de este servicio municipal.
El albergue de Casa Iglesias, en la sierra de La Culebrina tiene estos días una ocupación del 20%, aunque solo hay reservas hasta el 12 de agosto. Dispone de piscina pero no está operativa desde el terremoto de 2011 y eso «resta aliciente para los posibles clientes», según las mismas fuentes. El goteo de turistas en la oficina de turismo «es incesante», según una de sus responsables, Jay Ruzafa. No hay datos oficiales sobre el número de visitas, pero asegura que proceden en su mayoría de Madrid, Barcelona, Andalucía y Comunidad Valenciana. «Se interesan mucho por la gastronomía» y el 80% de los que vienen a pasar el día, se quedan a comer.