La restauración completa del Escaranbrujo costará casi cuatro millones de euros.
Las obras de consolidación estructural del complejo hidráulico de El Escarambrujo, que comenzaron hace siete meses, han impedido que los históricos molinos de El Cubo, La Alceña y El Batán, con una superficie de 3.000 metros cuadrados, se vinieran abajo. Este tiempo ha servido también a los expertos para analizar el conjunto arquitectónico que se construyó en el siglo XVIII. Las catas arqueológicas y los estudios estratigráficos han ayudado a conocer los diferentes tiempos constructivos del inmueble.
Los arqueólogos han sacado a la luz las conducciones que transportaban el agua por el exterior de las edificaciones desde la acequia de Alcalá del siglo XIII, que fue la principal de Lorca, y que hacía funcionar los molinos harineros, cuya maquinaria aún se conserva, y que convirtieron los jardines en un vergel.
Los trabajos se demorarán tres meses y medio sobre el plazo inicialmente previsto y concluirán en abril debido a la complejidad técnica que está suponiendo la reparación de los tejados, gravemente dañados por los terremotos de 2011, una nevada posterior y las filtraciones de agua. Se han recuperado las vigas de madera originales y se han repuesto las que estaban en muy mal estado, los cañizos y la teja árabe utilizando técnicas tradicionales y «no ha sido fácil encontrar estos materiales», aseguró el arquitecto. El molino de El Batán, que fue transformado en vivienda durante el siglo XX, ya ha recuperado el tejado y se han demolido los añadidos posteriores, que no tenían interés constructivo. Las catas arqueológicas han servido también para comprobar que debajo de dos metros de relleno de tierra arrancan los espectaculares arcos de piedra de sillería del siglo XVIII de los que solo se podía ver una pequeña parte.
Fachada restaurada
También se ha reconstruido la fachada del molino de El Cubo que se desplomó con la nevada de 2017 y esto ha permitido recuperar el letrero tallado en piedra con la inscripción ‘Molino Grande’. Se documentó pieza a pieza y se montó como un puzle, explicó el arquitecto. Al retirar la techumbre de la edificación se ha comprobado el mal estado de los muros que, en algunas zonas, presentan un desplazamiento de 20 centímetros y «hay que llevarlos a su sitio, no se pueden derribar y construir de nuevo al tratarse de un Bien de Interés Cultural», explicó Gallardo.
Work in progress! 👷♀️💪📷 Os mostramos como estamos llevando a cabo el levantamiento fotogramétrico de uno de los paramentos del Molino Batán, uno de los edificios que conforman el BIC del Molino del Escarambrujo (Lorca) pic.twitter.com/MCRGJe1jEk
— Patrimonio Inteligente (@pat_inteligente) September 8, 2021
Esta primera fase de estabilización estructural y consolidación de muros, forjados y cubiertas cuenta con un presupuesto de 784.000 euros y está incluida en el Plan Director para la Recuperación del Patrimonio Cultural de Lorca tras los seísmos de 2011, que financia la Comunidad Autónoma y ejecuta el Ayuntamiento. Serán necesarias al menos otras dos intervenciones para la total restauración y puesta en valor del conjunto para destinarlo a un uso concreto, que costarán tres millones de euros adicionales, calculó Gallardo.
La concejala de Cultura aseguró que el Ayuntamiento recurrirá a los fondos europeos para avanzar en la restauración y poder analizar mejor las utilidades del complejo, pero sin renunciar a su «cesión a una entidad o empresa privada» para un uso hostelero, que se combinaría con su explotación turística como museo sobre el uso de los ingenios hidráulicos. Los trabajos incluirán la recuperación del exuberante jardín de la finca.
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