Los toldos no podrán ser instalados en algunas calles por la negativa de algunos vecinos a engancharlos en sus fachadas.
El Ayuntamiento de Lorca está dispuesto a realizar el proyecto de instalación de toldos en las calles más céntricas de la ciudad para amortiguar los efectos de las altas temperaturas, pese a no contar con la unanimidad de los vecinos, según ha anunciado la concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Saturnina Martínez.
El consistorio no quiere desaprovechar la subvención europea que existe para ello y confía en poder instalarlos para el próximo mes de julio.
Pese a las reuniones mantenidas con los vecinos de las zonas donde se van a instalar los toldos y al reparto de más de 400 cartas informando de qué se pretende hacer, las conclusiones son que solamente hay autorización para colocar dichos toldos en la zona comprendida entre la Plaza de la Concordia y la zona conocida como Cuatro Cantones, cerca del edificio de la Comunidad de Regantes.
Sin embargo, no hay autorización hasta el momento para continuar por la calle Corredera hasta la esquina con la calle Álamo, que es el lugar hasta donde estaba previsto hacerlo.
No obstante, la edil ha dicho que »vamos a comenzar el proceso de colocación de las lonas en ese tramo, porque cuando los vecinos vean los resultados se irán sumando a la iniciativa y aunque sea más tarde y limitado el trayecto, lo vamos a acometer». Lo que se va a poder ejecutar, según la concejal »es algo más de un tercio del proyecto».
La iniciativa se extiende también a la calle Alporchones, que es la comprendida entre Corredera y Lope Gisbert, aunque solo en un tramo que cuenta con la autorización vecinal, lo mismo que en la calle Pío XII e inmediaciones del casino artístico y literario.
Los trabajos comenzarán en julio y lo que se pretende, según Martínez, »es que los vecinos vean las ventajas que tiene el proyecto que les beneficiará, no solamente a ellos, sino también a los comercios y público en general que suelen frecuentar estos espacios de la ciudad».
Los toldos, según Martínez, »disminuyen el efecto de la contaminación y emisión de CO2 a la atmósfera y evitan el calentamiento del suelo». La idea es que puedan permanecer instalados durante los meses de julio, agosto y septiembre.
El presupuesto previsto alcanza los 327.953 euros, de los que la Unión Europea, a través de la iniciativa Life Adaptate, aporta 179.615 euros y el Ayuntamiento corre con el resto.
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