El Museo Azul de la Semana Santa (Mass) será inaugurado el viernes 29, a las ocho de la tarde. El rehabilitado convento de San Francisco se convertirá así en el museo más grande de la Región, con más de 3.500 metros cuadrados, ya que a las dependencias conventuales que se han musealizado se sumarán otras de la iglesia de San Francisco. La rehabilitación del monumento -que sucumbió en parte al terremoto de mayo de 2011- está concluida y estos días se trabaja en la recta final de la musealización y restauración de las pinturas que fueron halladas en distintas dependencias del viejo convento franciscano.
AL DETALLE
3.500 metros cuadrados tendrá el nuevo museo, que se convertirá en el espacio expositivo más grande de la Región.
2,2 millones de euros se han invertido en la rehabilitación y la musealización del antiguo convento.
La apertura del nuevo museo ayudará a la revitalización del recinto histórico de la ciudad, ya que se prevé que solo el primer año de funcionamiento será visitado por más de 50.000 personas. Su situación privilegiada, en la ruta turística monumental, lo convierte en un lugar de visita obligada. Un recorrido por la galería será imprescindible para conocer el significado de los Desfiles Bíblico Pasionales de la Semana Santa lorquina, según aseguró ayer el presidente de la Fundación Paso Azul, Andrés Espinosa Carrasco.
Los técnicos trabajan estos días en el montaje de las vitrinas que mostrarán los mantos más valiosos del Paso Azul. La tecnología aplicada en el museo está a la vanguardia y es comparable con la del Reina Sofía o El Prado, según el director del Mass, Joaquín Bastida, quien argumentó que la galería pretende no solo acoger los bordados en oro y sedas más valiosos de la cofradía, sino que además exhibirá documentos históricos de la Hermandad de Labradores.
Una sala especialmente diseñada mostrará las joyas de la Santísima Virgen de los Dolores. El manto azul de Cayuela y las coronas y puñales de la titular del Paso Azul podrán contemplarse durante la visita que incluirá también un recorrido por el taller de bordados. Así los visitantes podrán ver como trabajan no solo las bordadoras, sino también los directores artísticos de la cofradía.
La restauración ha dedicado una especial atención a poner en valor cualquier elemento hallado durante los trabajos. De esta forma, estos días se rehabilitan las pinturas que fueron encontradas tras picar las paredes en el Carrerón de San Francisco. Se han recuperado todos los fragmentos posibles, con el fin de que el visitante pueda conocer los distintos usos que ha tenido el edificio a lo largo de su historia. Entre los hallazgos están algunos diagnósticos que dejaron a lápiz en las paredes del inmueble los médicos que lo utilizaron durante su uso como hospital de San Juan de Dios. Un soldado con aires napoleónicos y algunos fragmentos de pinturas realizados por los frailes franciscanos se mantendrán para deleite de los que lo recorran.
Sala para investigadores
El nuevo museo aportará a la ciudad una sala de exposiciones temporales de grandes dimensiones, según el presidente del Paso Azul, quien añadió que también habrá un espacio destinado exclusivamente a los investigadores que tendrán a su disposición los fondos bibliográficos de la cofradía. Presentaciones y otros acontecimientos de la vida de la ciudad tendrán cabida en su patio central que ha sido acristalado con un tratamiento especial que evita los rayos solares. Esta zona cobra protagonismo por situarse en su planta baja una radiografía de la procesión azul. «En grandes paneles se muestran estandartes, carros, carrozas, el graderío… y, por supuesto, una cuadriga al galope. Delante de ellos, se colocarán los mantos más representativos de la procesión azul. La intención es introducir al visitante en la carrera. Que pueda verla, percibirla y lograr que se sienta parte de ella».