Inicio Ferias y Eventos Toros en Lorca 41 aniversario de la alternativa de Pepín Jimenez

41 aniversario de la alternativa de Pepín Jimenez

El 5 de septiembre de 1981 Pepín Jiménez comenzó su carrera de torero en Murcia. Paco Camino le dio la alternativa y Dámaso González fue testigo de ello. Logró cortar una oreja a cada uno de los dos toros de Juan Pedro Domecq que lidió.

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41 aniversario de la alternativa de Pepín Jimenez.

Pepín Jiménez Alcázar es el nombre completo de este diestro lorquino nacido en Lorca el 9 de septiembre de 1961. Debutó con picadores en Cartagena el 6 de abril de 1979 y dos años más tarde se presentó en Las Ventas con novillos de Lisardo Sánchez y en un cartel de diestros que han tenido fortuna en su profesión: Juan Mora y Víctor Méndez.Hoy se cumplen 41 años de su alternativa el 5 de septiembre de 1981, en Murcia, como no podía ser de otro modo para un diestro que ha mostrado en toda su carrera un particular aire mediterráneo. El cartel fue de lujo: Paco Camino como padrino y Dámaso González por testigo.

En una entrevista a Manolo Guillen recordó aquella experiencia. “Si especial es el día en que matas tu primer becerro -explica Pepín-; el día, si llega, de ponerte el traje de luces por primera vez; el día, si llega, de poder debutar con picadores,… el día de tomar la alternativa es aún más especial, porque es el día que sueña todo aquel que emprende el camino de querer ser torero”. Con ese “si llega”, Pepín pone de manifiesto lo difícil que es la aventura del toreo para cualquiera que la intenta. Son escalones que hay que ir subiendo, peldaño a peldaño, que no todo el mundo los consigue subir. Muchos son los llamados y pocos los elegidos.

Aunque había toreado varios festivales junto a matadores de toros consagrados: “no es lo mismo. Para nada”, señalaba Pepín. Torear en un festival un novillo, reglamentariamente despuntado, es diferente a actuar en una corrida de toros y viendo de cerca a Paco Camino y Dámaso González.

El Maestro Pepín recuerda aquella jornada como un día de mucho ajetreo. No tuvo tiempo de deleitarse, ni detenerse un momento para reflexionar sobre la metamorfosis que experimenta el cuerpo y la mente al pasar de ser novillero a matador: “Afortunadamente -y dice Pepín lo de afortunadamente con la cautela necesaria- no pude disfrutar como debiera de un día tan especial. No hubo tiempo de paladear el momento, pues nada más terminar la corrida emprendía camino hacia Palencia, donde toreaba al día siguiente; y al otro, volvía a torear en la Feria de Murcia”.

Triunfar, triunfar y triunfar. Es lo único que valía. La competitividad y rivalidad era un hecho. Había que destacar, por mucho que Pepín siempre defiende que la tauromaquia no es cuestión de números. “El toreo es un arte de emociones y no de estadísticas”, repite a modo de lema. Aunque aquella tarde era consciente de que las orejas eran como goles y había que tratar de conseguir un resultado lo más abultado posible. La espada le privó de cortar las dos orejas y el rabo de “Supuesto”, número 1 -que así se llamaba el toro de la alternativa-, y el premio quedó reducido a una oreja; y en el sexto sumó un nuevo apéndice que le permitió salir por la puerta grande. Dos días después, en su segunda tarde en la feria, salió por la otra puerta, la de la enfermería.

Pepín Jiménez no es conocido en cuanto al número de festejos por temporada pese a ello, ha continuado fiel a un personal estilo que le ha valido ser uno de los matadores más respetados del actual escalafón.

Se da la circunstancia de que Jiménez ejerce desde hace años como maestro de escuela en su Murcia natal.
Grande entre los grandes maestro!

Fuente Manolo Guillen: PERIODISTASRM  

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