El Museo Arqueológico ha sido sometido a un gran cambio de imagen. Será distinto, más homogéneo y fácil de entender para el visitante, con nuevas vitrinas antisísmicas e ilustraciones didácticas para comprender el valor y el contexto en el que se sitúan las piezas más emblemáticas. En el edificio trabajan sin descanso, preparándolo todo para que sea reinaugurado a finales de septiembre. Han sido meses de mucho esfuerzo, de estudio, de clasificación y selección de las piezas.
Los terremotos de 2011 provocaron importantes daños en el museo, inaugurado en 1992, y en la colección expuesta. Desde entonces, solo reabrió sus puertas de forma parcial con una exposición temporal de piezas restauradas, que ya incorporaron la novedad de las primeras vitrinas antiseísmos existentes en España, especialmente diseñadas para este museo.
El Arqueológico abrirá ahora definitivamente todas sus salas con un concepto más moderno. «Hemos tenido que estudiar pieza a pieza, cada una llevará anclajes adaptados para prevenir daños ante un nuevo terremoto», explica el director del centro, Andrés Martínez. Las vitrinas repartidas por todas la salas serán idénticas y su principal característica es que la base está diseñada para que el movimiento no repercuta en el espacio en que se exponen los objetos. Incluyen elementos de sismorresistencia en los materiales y anclajes al suelo y en el interior de la urna para mantener las piezas inmóviles.
Según Martínez, las piezas estarán ahora más separadas entre sí que antes de los terremotos, para evitar posibles roces, por lo que se ha reducido el número de objetos expuestos: «Los elementos comenzarán a ser colocados en las vitrinas a partir del lunes, pero lo más complicado ha sido trabajar con un plazo de ejecución tan corto, de solo dos meses», explica. El mobiliario también se ha renovado, casi en su totalidad. La exposición se complementará con nuevas ilustraciones, dibujos históricos en blanco y negro con los que se explica una historia que llega a integrarse con las piezas de mayor simbolismo, para una descripción más global.
Se ha utilizado un criterio más didáctico para situar al espectador en el contexto de los principales objetos que atesora el museo y poder explicar mejor su significado. «Antes había dibujos pero no con el criterio unitario que ahora hemos perseguido», señala el concejal de Cultura, Agustín Llamas. También se utilizarán otros soportes explicativos como maquetas y nuevos audiovisuales.
Juguetes y dados judíos
Las salas en las que se está actuando son las destinadas a la cultura ibérica, la cultura andalusí, la ciudad bajomedieval, la Lorca judía y la que reúne la colección numismática. La de mayor tamaño, 130 metros cuadrados, será la dedicada a la cultura judía. Habrá dos salas más que antes de los seísmos, por lo que tras la redistribución del espacio dispondrá de un total de trece estancias.
Está previsto incorporar una veintena de piezas halladas en las últimas excavaciones realizadas en la judería de Lorca. Las más curiosas son juguetes de cerámica y dados. También se mostrarán arcos de las casas. En esta sala se explica cómo era una judería a través de objetos recuperados, como cerámicas, paneles de yeserías, azulejos y lámparas, para mostrar la vida cotidiana de dicha comunidad en época medieval.
Se ha reservado una vitrina especial para las lámparas rituales de aceite con las que los judíos celebraban la fiesta de las luminarias o Hánuka. El museo dispone de 26 de estas lámparas de vidrio del siglo XV, que fueron halladas en las excavaciones de la sinagoga del Castillo, además de otra que se encuentra temporalmente en el museo sefardí de Toledo. «Son piezas importantísimas», remarca el director de la instalación, «ya que se trata de los primeros elementos judaicos de este tipo localizados en la Región y los únicos recuperados hasta ahora en España».
La inversión realizada en la adecuación del museo ha sido de 356.000 euros financiados por el Plan Director para la Recuperación del Patrimonio Cultural de Lorca de la Comunidad Autónoma.
El edil afirmó que a partir de la nueva apertura del edificio esperan una gran afluencia de público, ya que las exposiciones permanentes no se han podido contemplar desde los terremotos. Confían en superar ampliamente la media de 1.4000 visitantes que tiene anualmente de media el Arqueológico
