Es el único puente de hierro de este tipo destinado al ferrocarril que existe en la Región de Murcia. No es una gran obra de ingeniería pero simboliza la modernización de Lorca a finales del siglo XIX y su prosperidad industrial y minera. El puente fue colocado en 1891 para salvar el cauce del Guadalentín toda vez que se hacía necesaria la unión de las dos estaciones férreas de la ciudad, San Diego (inicio de la línea a Murcia, 1885) y Sutullena (inicio de la línea a Águilas y Baza, 1890). Con dos tramos de 38,5 metros, fue proyectado por el inglés N. Kennedy y muestra pilares de piedra y celosías de hierro redoblado que forman módulos cúbicos equilibrados por medio de tirantes. En 1993 fue sustituido por otro más moderno y recuperado para la ciudad.