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La Asociación de Padres y Madres Contra la Droga rinde homenaje a su fundador, José Martínez Segado

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La Asociación de Padres y Madres Contra la Droga rinde homenaje a su fundador, José Martínez Segado.

Cuando se han cumplido 25 años de la creación y puesta en marcha de la Asociación de Padres y Madres Contra la Droga de Lorca, la actual junta directiva ha decidido rendir un homenaje a su fundador, José Martínez Segado.

El acto consistió en una comida sorpresa en el restaurante Antonia Navarro de La Hoya a la que asistieron familiares y amigos y donde no faltaron las palabras de agradecimiento a la labor desarrollada por parte del actual presidente, Manuel López Valero, quien en nombre de la asociación hizo entrega al homenajeado de una placa de agradecimiento.

La Asociación Lorquina de Padres y Madres Contra la Droga surgió de la mano de José Martínez Segado, en el año 1992 después de un triste balance de 16 fallecidos durante un mismo año a causa de esta lacra. «Ante la situación que se vivía en Lorca, un grupo de personas nos dimos cuenta de que había que hacer algo y nos lanzamos a ello porque nadie hacía nada». Se organizaron charlas en el barrio de El Calvario a las que asistían las madres de los jóvenes toxicómanos con la esperanza puesta en encontrar una solución al problema. Según Martínez Segado, ‘Pepico’, como se le conocía popularmente, «la sociedad lorquina no nos veía con buenos ojos y tuvimos que batallar, no solo con la sociedad, sino también con las autoridades y hasta con los propios camellos».

No disponían de personal especializado para ayudarles en la difícil tarea que habían emprendido y optaron por sacar a los toxicómanos de su hábitat de cara a su rehabilitación. Con esa intención se pusieron en contacto con la Asociación Engelmajer El Patriarca, dedicada a la rehabilitación de toxicómanos en ambiente comunitario. Los afectados que querían desintoxicarse fueron llevados a países, como Portugal, Canadá, Francia, Alemania u Holanda. Martínez Segado reconoce que hubo familias lorquinas que les ayudaron pero destaca, sobre todo, «el coraje» de un grupo madres por solucionar el problema. «Hasta el punto de que detectamos una furgoneta roja desde la cual se vendía droga y optábamos en salir tras ella con nuestros coches y activando las bocinas, hasta que desaparecía».

José Martínez Segado trabajaba entonces en la antigua Hidroeléctrica Española, que tenía su sede en la avenida Juan Carlos I. A la vez que hacía contratos a los clientes, atendía a las familias que tenían algún problema con la drogadicción y todo ello con el visto bueno de los jefes, «que eran comprensivos con el problema», dice.

Veinticinco años después, Martínez Segado se siente orgulloso de aquella etapa, «donde lo primero era reconocer la enfermedad y a continuación actuar en consecuencia para resolver el problema». Afirma que durante la etapa que estuvo al frente de la asociación «sentía miedo» cada vez que entraba en su casa por lo que le «pudieran hacer». El problema de la droga, se daba, según Martínez, «entre todas las clases sociales y edades», reconociendo que, incluso, a la asociación acudían personas mayores y empresarios, dispuestos a acabar con el problema.