LAS ANTIGUAS POSADAS.
En Lorca hemos tenido muchas y buenas posadas, en donde se albergaban las personas, caballerías y carruajes, de las gentes del campo que venían a vender sus productos , que eran principalmente huevos, pollos, conejos y pavos y a comprar comestibles, ropa y demás cosas necesarias para el desenvolvimiento de su vida normal.
Era sobre todo los jueves que se celebraba el mercado semanal, donde la ciudad se transformaba en un trasiego populoso e intenso de personas y animales que alteraban y movían la vida y el comercio local.
Este mercado remonta sus orígenes a mediados del siglo XV cuando Enrique IV otorga a Lorca un mercado franco los días jueves, el cual se celebraba en un principio en las inmediaciones a la Iglesia Mayor de Santa María. Luego pasó a la plaza de las Barandillas, de allí a la plaza de la Constitución y a otras plazas, pero es en la calle del Álamo donde mas ha perdurado.
Actualmente tiene una espléndida zona acondicionada en Santa Quiteria, en el antiguo campo de La Rueda.
Las principales posadas estaban a la entrada de la ciudad, por la parte de La Velica, había varias, solo recuerdo el nombre de una que le decían del Tio Jaro.
Por la entrada del Puerto Lumbreras y carretera de Aguilas, estaba la mas famosa, la Posada del Óvalo, en la misma esquina, entre ambas demarcaciones.
Y la de mayor categoría y que ha perdurado hasta 1990 era la de enfrente del Cristal Cinema, que en el amplísimo bajo, últimamente guardaban cientos de bicicletas. Y en los pisos superiores se instaló la Pensión Avenida, que empezó con ocho camas y acabó con cuarenta. Pero la burbuja inmobiliaria y la avanzada edad del propietario don Antonio Torrecillas, hombre serio, amable y muy trabajador, obligó a deshacerse de su querido negocio familiar.
/ Foto antigua de una posada de Lorca /.
