Las pintadas aparecidas en el Santuario de la Salud de la Hoya generan indignación en los vecinos.
En esta ocasión han destrozado la cadena de acceso al santuario que sirve para limitar y controlar el acceso de vehículos al mismo. Dicho acceso permanece abierto siempre que se celebra cualquier acontecimiento mientras que el resto de días permanece cerrado.
Los vándalos han realizado pintadas de color rojo frente a la puerta del santuario sobre el empedrado allí existente, lo mismo que en los muros que protegen el recinto y sobre las mesas de madera distribuidas por el parque donde vecinos y visitantes suelen pasar los fines de semana. De igual manera han pintado las paredes de la zona donde se encuentra el depósito de agua que abastece el santuario y sus alrededores, situado bajo la cruz de hierro que preside todo el espacio natural, situado al pie de la sierra de Tercia. No es la primera vez que ocurre un hecho similar, ya que en ocasiones precedentes los actos vandálicos han consistido en destrozar y hacer desaparecer los lavabos de los aseos, rotura de puertas, destrozos en el mobiliario y el robo de todo el material de hierro que había en las barbacoas donde los vecinos suelen cocinar.
No hace muchos meses que el santuario permaneció a oscuras durante varias semanas después de que unos desconocidos se llevaran todo el cableado de cobre que había bajo tierra dejando sin luz el alumbrado público de la zona. Tanto el santuario como el parque que hay a su alrededor fue construido por el Ayuntamiento de Lorca a principios de este siglo como lugar para el disfrute y la convivencia, no solo de los vecinos de La Hoya, sino también de quienes cada día deseen utilizarlo, algo que se lleva a cabo, fundamentalmente, los fines de semana y festivos. Los vecinos han solicitado en reiteradas ocasiones una mayor vigilancia en la zona, algo que realiza la Policía Local, aunque pese a ello, continúan registrándose los actos vandálicos.
Por otra parte, el portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida-Verdes en el Ayuntamiento de Lorca, Pedro Sosa, solicita actuaciones urgentes frente a lo que considera como «un comportamiento incívico y conflictivo de algunas personas en el barrio de San Cristóbal». Sosa solicita al equipo de Gobierno del Partido Popular que «deje de mirar para otro lado y empiece a tomar medidas para disminuir el clima de xenofobia que se está dando actualmente y evitar que se produzca alguna desgracia irreparable».
Dos de estas personas, según Sosa, son usuarios de los servicios sociales municipales y «viejos conocidos de la barriada por los constantes altercados e inseguridad que siguen originando».
Uno de ellos, según el concejal vive junto a la iglesia de San Cristóbal y son muchas y variadas las riñas que protagoniza cuando se encuentra en estado de embriaguez y el otro reside en las viviendas sociales de Ramblilla de Tejares, el cual suele ir pidiendo dinero por los parkings y plazas de forma intimidatoria y amenazante. Además, según Sosa, hay otro individuo de origen subsahariano, con sus facultades mentales perturbadas, al parecer, que protagoniza numerosos incidentes con los vecinos de la zona.