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POSTERGANDO A NARCISO YEPES – Antonio de Cayetano

Hoy hace 25 años del último concierto de Narciso Yepes, fue el viernes uno de marzo de 1996 en la ciudad de Santander, donde nuestro ilustre lorquino actuó por última vez, ya que el avanzado estado de la enfermedad que padecía (cáncer linfático) terminó con su vida apenas un año después.

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POSTERGANDO A NARCISO YEPES
 Una vida dedicada por completo a la música y a la guitarra, como intérprete, compositor, investigador, e incluso autor de bandas sonoras para películas, siendo por ello merecedor de los numerosos nombramientos y distinciones con los que ha sido homenajeado a lo largo de su vida. Pero el motivo de esta publicación no es recordar la trayectoria de este lorquino universal, ni lo mucho que a la música aportó, la finalidad de este artículo, es evidenciar el poco interés que las administraciones local y regional muestran por el legado de nuestro genial músico.
Un legado que si no nos afanamos, si nos quedamos dormidos, puede terminar muy lejos de nosotros, yendo seguramente a parar, a alguna de esas ciudades estadounidenses o japonesas donde tanto se le admira, donde llenaba sus salas y se contaban por éxitos cada una de sus actuaciones, ciudades donde en la actualidad, sí que se le recuerda y se le rinden infinidad de homenajes. Actos que igualmente tienen lugar en nuestro país, destacando el homenaje que recibió en el año 2013 en el Festival de la Guitarra de Córdoba o dos años más tarde en Almería, donde se montó una larga exposición dedicada a la figura de nuestro paisano. Una exposición que fue inaugurada el 14 de noviembre de 2015, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento y que fue clausurada casi seis meses más tarde, el 3 de mayo de 2016 (aniversario de su muerte).
Un homenaje patrocinado por la Caja Rural de Almería y el ayuntamiento de aquella ciudad, y en el que se pudo disfrutar de una pequeña muestra de su legado, sobresaliendo la exposición de 14 instrumentos entre los que destacaba su famosa guitarra de 10 cuerdas inventada por él mismo en 1964 y otra del año 1812 adquirida como coleccionista, pudiéndose también contemplar las diversas medallas y condecoraciones que se le concedieron durante el más de medio siglo que estuvo entregado a la música, así como diferentes partituras, libros, fotografías y discos (tiene la discoteca más extensa grabada hasta el momento por un guitarrista), además de diversos objetos personales y una recreación de su estudio, con el asiento, el apoya pie y el atril que utilizó hasta poco antes de su muerte.
Un óbito que tuvo lugar el 3 de mayo de 1997 en el Hospital Morales Meseguer de Murcia (aunque residía en Madrid y también veraneaba y descansaba fuera de la región, en Cabo Roig). Un fallecimiento, donde tras los mensajes de condolencia de toda la sociedad murciana, del ayuntamiento de Lorca y del gobierno regional, se declararon dos días de luto en la región y se sucedieron los elogios y alabanzas al guitarrista, comprometiéndose nuestras autoridades, a gestionar una fundación que con el nombre de Narciso Yepes velase por la difusión y conservación de todo su legado. Pero tras pasar más de dos décadas de aquellas buenas intenciones y pese haber preparado en su día el borrador de los estatutos y reglamentos que la regulase, esta fundación sigue aún sin constituirse. Algo de lo que se lamentó en 2013 Marysia, la viuda de nuestro paisano, cuando en agosto de ese año visitó junto a sus hijos Ignacio y Ana la pedanía de Marchena y la iglesia de Santa Gertrudis, lugares donde nació y fue bautizado nuestro célebre guitarrista, añadiendo lo lamentable que sería, que por falta de interés de nuestros políticos, este legado acabase en el extranjero.
También en marzo de 2017, el año en que se cumplían 90 años de su nacimiento y 20 de su fallecimiento, el ayuntamiento de Lorca puso en marcha el I Festival Internacional de Guitarra Narciso Yepes, un certamen que se echaba de menos en nuestra ciudad y más cuando en Andorra lleva celebrándose uno con el nombre de nuestro músico cerca ya de 40 años. Pero un festival el de Lorca, que se quedó solo en su primera edición, pues no se celebró al año siguiente y no supimos más de él. Como tampoco se sabe nada de aquel museo que conservase su legado y que honrase su memoria, un museo que sería una referencia cultural no solo para Lorca, sino también a nivel nacional e internacional. Un museo que el Pleno de nuestro ayuntamiento aprobó por unanimidad de todos los partidos en junio de 2017 y a propuesta de Ciudadanos (representado en la anterior legislatura por el músico Antonio Meca), moción en la que se planteaba la creación en nuestra ciudad de un museo dedicado a Narciso Yepes, anunciándose en septiembre de ese mismo año, la formación de una comisión de doce expertos que llevase a cabo el proyecto.
Pero un propósito del que nunca más se supo a pesar de haber transcurrido ya casi cuatro años de aquello. Aunque esto es algo que no debe sorprender a los lorquinos, pues también por unanimidad de todos los grupos políticos presentes en el ayuntamiento, se aprobó la creación de un Museo de la Minería en la pedanía de Almendricos, museo que lleva esperando más de una década y habiendo fallecido ya su promotor y donante, que no era otro que Bartolomé García Ruiz, un empresario que dedicó toda su vida a la explotación minera de la zona y que atesoraba varios centenares de rocas y minerales de distintas características y tamaños, además de una buena cantidad de útiles y herramientas de minería, así como planos, expedientes y concesiones de los cotos mineros que explotaba. Una colección de minerales y documentos que ya en febrero de 2011 estaba totalmente catalogada, anunciándose que ya solo faltaba por conseguir el local donde ubicarla, barajándose como sede un edificio de Adif en desuso y próximo a la estación de Almendricos.
Un inmueble de más de 350 metros cuadrados que ya fue donado al municipio a primeros de 2016, pero que cinco años después aún sigue esperando el inicio de las obras. Un museo que serviría para que conociésemos los mayores nuestro reciente pasado y la riqueza mineral de nuestro entorno y como un nuevo recurso educativo para los colegios, al poder mostrar a los niños el fascinante mundo de la mineralogía. Además de servir igualmente como reclamo turístico de Almendricos, al ser un complemento y también poder compartir, muchos de los visitantes de la cercana geoda del Pilar de Jaravía, una cavidad descubierta hace apenas 20 años y que con sumo acierto ha sido puesta en valor por el vecino municipio de Pulpí.
Se dice que desde que nacemos los seres humanos somos unos imitadores natos, que copiamos y repetimos todo lo que admiramos o nos gusta de los demás, imitando siempre su proceder y comportamiento. Pero por los hechos no parece, que ciertos políticos y dirigentes sean de la misma especie humana, pues viendo las pautas que en otros municipios se siguen, resulta muy extraño que aquí no se haga nada, que teniendo Lorca los recursos que a su alcance tiene, estos no se pongan en valor y se continúe año tras año con la depreciación y el deterioro de su casco histórico. Un malogrado casco histórico que necesita con urgencia su recuperación, así como enriquecerlo con todos esos museos o espacios expositivos que a lo largo de estos años se han ido proponiendo para ubicarlos en él. Y es que mientras el museo de Almendricos se ha ido borrando de la mente de nuestros políticos, no exigiendo con firmeza de que aquel acuerdo de Pleno se cumpla ya de una vez, se han ido sucediendo por parte de la oposición y gobierno municipal, hasta siete peticiones y anuncios de nuevos museos para la ciudad.
Museos como el Regional Agropecuario y del Agua, el Etnográfico y el de Manuel Muñoz Barberán, tres peticiones hechas en distintas ocasiones por el PSOE y para un mismo emplazamiento, el inmueble de la antigua Cámara Agraria, un edificio propiedad de la Comunidad Autónoma y que aún está pendiente de su restauración interior, a pesar de que en 2015 se anunció que para el 2016 estaría totalmente terminado. Por su parte el PP y por boca del entonces alcalde Francisco Jódar, anunció a finales de 2015 un museo dedicado al Terremoto en el viejo edificio de la antigua cárcel, aunque una ubicación que tres meses después, también se adjudicó para un futuro museo Etnológico. Pero es que a finales de 2017 y tras haberse aprobado ya el de Narciso Yepes, se nos anuncian otros dos nuevos museos para la ciudad, uno Taurino y otro de Carruajes, ambos a ubicar en la plaza de toros y una vez concluya su restauración (cosa que por lo que se ve no será pronto).
Así que si las pretensiones de quienes nos gobiernan se llevan a cabo, si ponen todo su empeño en que se ejecuten, pudiera ser cierto aquel eslogan de “Lorca ciudad de museos”, un lema que se acuñó entre finales del siglo pasado y principio del actual cuando también se hablaba de un museo de Arte Sacro en San Patricio y otro dedicado a la Militaría, siendo promovido este último por coleccionistas privados de nuestro municipio, museos que como tantas cosas en nuestra querida Lorca no llegaron a fraguar y se quedaron solo en deseo. También quedarán en el camino alguno de los ahora propuestos, bien por ser una simple ocurrencia del regidor de turno o por carecer de fundamento, pero sí que hay otros que no deben de esperar más, siendo este el caso del Etnográfico, el de la Minería, la pinacoteca dedicada a Muñoz Barberán o la Fundación Narciso Yepes que hoy nos ocupa.
Es lamentable que mientras otros municipios ponen todo su esfuerzo en la tenencia y exhibición de cualquier valor cultural que se precie y los dan a conocer, pujando continuamente por la cesión o donación del legado de sus más distinguidos hijos, siendo ejemplo de ello los museos Ramón Gaya de Murcia o de Carmen Conde en Cartagena, Lorca arrincone y casi menosprecie al genial Narciso Yepes, al hombre que supo sacar los mejores sonidos de la guitarra. El lorquino más universal, el que ha llevado el nombre de Lorca a los cinco continentes, el que ha tocado en las más importantes salas del mundo interpretando su exitosa versión del Concierto de Aranjuez. Una composición musical para guitarra y orquesta del compositor Joaquín Rodrigo y que Narciso grabó por primera vez en 1954, convirtiéndose durante años en el disco más vendido en Europa, América y Japón. Un concierto que nuestro guitarrista interpretó por vez primera con solo 20 años de edad, el día 17 de diciembre de 1947 en el Teatro Español de Madrid y junto a la Orquesta de Cámara de esta ciudad dirigida por Ataúlfo Argenta.
Un pianista y director de orquesta que fue el responsable de que nuestro paisano Narciso marchase hasta Madrid, ciudad donde le fue presentado al maestro Rodrigo, el compositor que tras oír lo bien que la guitarra tocaba, accedió a que interpretase su obra maestra, el Concierto de Aranjuez. Y si Joaquín Rodrigo quedó prendado de las cualidades musicales de Narciso Yepes, no lo fue menos Ataúlfo Argenta cuando en 1945 accedió en Lorca a la petición del joven Narciso de que lo oyese tocar la guitarra, llevándoselo inmediatamente a Madrid consciente de su aptitud, un talento que le ha llevado a ser junto a Andrés Segovia el mejor guitarrista del siglo XX. Un Andrés Segovia que desde el 2020 tiene en su pueblo natal, Linares, un museo y fundación dedicados a su figura. Un museo ubicado en el Palacio de Orozco, un inmueble del siglo XVII donde desde el 4 de junio de 2002 también descansan los restos del genial guitarrista.
Una ciudad la de Linares, en la que también tienen su museo otros tres ilustres linarenses, Carmen Linares, Palomo Linares y Raphael, estos compartiendo espacio en el Centro de Interpretación de la Ciudad ubicado en el edificio del Pósito. Pero es que otro genial guitarrista, Paco de Lucía, también está a punto de tener un museo en su Algeciras natal, un centro de interpretación financiado por fondos europeos (Inversión Territorial Integrada) y por un importe de 1,2 millones de euros, la mitad de lo que aquí se pretendía invertir en un ascensor al castillo, afirmando entonces que era un clamor de la sociedad lorquina, cuando lo que necesitamos los lorquinos es la puesta en valor de todos nuestros recursos turísticos y culturales, algo que quienes nos dirigen van postergando una y otra vez, lo contrario que sucede en otros municipios en los que incluso sacan provecho hasta de la floración de sus frutales. Pues a seguir así, que así nos va.