Stop al acoso escolar en las aulas de murcia.
Empujones, patadas, golpes, insultos, motes, burlas o humillaciones. Estas son las principales conductas hostiles que definen la relación hoy en día entre los agresores escolares y los compañeros a los que hacen ‘bullying’ en las aulas murcianas. En concreto, un alumno por cada clase de Primaria y Secundaria en la Región de Murcia denuncia que sufre algún tipo de acoso por parte de sus compañeros con una frecuencia diaria. A su vez, un 3,19% del alumnado reconoce haber maltratado a algún compañero. Estos datos se desprenden de un estudio realizado por un equipo de investigación del Servicio de Psicología Aplicada (SEPA) de la Universidad de Murcia, en el marco del programa ‘Cuenta Conmigo’, llevado a cabo durante el curso 2016/2017 en diez centros de Primaria y Secundaria de la Región y que ha buscado durante un año mejorar la convivencia escolar y la prevención de la violencia escolar para reducir las conductas hostiles entre el alumnado murciano.
El estudio, realizado a 747 menores de cinco colegios y cinco institutos de Secundaria de la Región, que comprenden nueve municipios (Murcia, Cartagena, Molina de Segura, Lorca, la pedanía caravaqueña de Archivel, Mazarrón, Cieza y Yecla), y que se presentó ayer en el edificio de Convalecencia, determina que el 4,3% de los alumnos -mayor en chicos (5,25%), que en chicas (3,75%)- se sienten maltratados por sus compañeros a diario, es decir, al menos uno de cada 25 estudiantes. «Los alumnos acosados, cuando más se sienten maltratados es a través de conductas verbales, físicas o sociales contra ellos», explica José Antonio Ruiz, jefe del SEPA y coordinador del equipo de investigación que lleva a cabo el programa ‘Cuenta Conmigo’. La violencia por diversión, por falta de autoestima, por carencias de habilidades sociales o porque los agresores escolares se sienten legitimados para acosar a sus víctimas son los principales factores que hoy en día definen a quienes hacen ‘bullying’.
Entre las diferentes formas en las que se lleva a cabo el maltrato, el SEPA subraya que las que implican denigración verbal, como insultos, motes o provocaciones, son las que más se cometen en las aulas murcianas. Estas conductas recogen entre un 15 y un 13,2% del alumnado que admite haberlas padecido. Le siguen de cerca las físicas, donde el 18,3% de los acosados admite recibir empujones, el 7,4% recibe patadas o golpes y un 6,4% admiten que les han pegado.
En lo social, las burlas, rumores, humillaciones o los gestos de aislamiento recogen al 6,6 de los alumnos murcianos que padecen estas conductas por parte de los acosadores. Jose Antonio Ruiz concluye que, tras el estudio realizado, a los menores «les duelen más las conductas hostiles sociales que las verbales o físicas».
Intervención escolar
El programa ‘Cuenta Conmigo’ funciona a tres niveles: prevención, intervención temprana e intervención avanzada. Para conseguir los resultados se establece un plan de formación a docentes y padres para que puedan aplicar sus principios desde sus respectivas perspectivas; se elabora un código de buenas prácticas y un decálogo para la convivencia que debe asumir la comunidad educativa. Este proyecto ha consistido en movilizar a la comunidad educativa y buscar un compromiso para que se acepten las normas de convivencia a nivel de centros escolares, padres y alumnos.
Entre los aspectos significativos que han mejorado en los centros que han participado en el estudio destacan, por ejemplo, una reducción de las agresiones físicas en un 50%. Empujones, patadas y otros tipos de violencia física se han reducido de forma significativa. Por lo que respecta a las agresiones verbales, el descenso detectado casi llega al 35%; mientras que las sociales (burlas, humillaciones, aislamiento, difusión de rumores?) han registrado una bajada del 45%. La caída más significativa de conductas se da en lo que se consideran ataques o abusos utilizando las nuevas tecnologías. En este campo los investigadores han detectado un descenso del 83%.
«Buscamos también la sensibilización de las consecuencias que tiene la violencia en las aulas, incidir sobre las actitudes violentas para que no se utilicen como forma de diversión ni de llegar a una meta, desarrollar habilidades de autocontrol, buscar el papel de iguales entre alumnos y alumnas y crear equipos de menores que contribuyan dentro de las aulas a la comunicación entre compañeros», detalla el psicólogo Ruiz, que subraya que «es difícil invertir en intervención y prevención» en los centros educativos.
Y sin embargo destaca en esta línea que acometer un plan de actuación sobre el acoso y la violencia en las aulas mejorará el clima de convivencia escolar. «Proponemos desde el programa intervenciones más cortas y breves con los alumnos, que vayan al núcleo del problema. No podemos abarcar todos los parámetros de violencia que se puede dar en las aulas escolares, así que nos centramos en las que definen el bullying que nos encontramos en los centros murcianos».