Vecinos de la Avenida de Santa Clara denuncian «pegotes y zonas sin intervención» en las obras de regeneración urbana.
Los medios de comunicación locales eran convocados esta mañana por el portavoz municipal de IU-V, Pedro Sosa, ante la pequeña «isla urbana» existente entre la Avenida de Santa Clara y el Callejón de los Frailes. Un «triángulo caótico» que salva el desnivel de ambas calles y que incluye un jardín con pocas atenciones, una caseta de Aguas de Lorca, un transformador eléctrico, varias señales de tráfico, un palo de telégrafos con muchos años y mucha solera que sirve de soporte a una maraña de cables, y unas escaleras de cemento que se caen a pedazos, no accesibles para personas con movilidad reducida y que comunican el Callejón de los Frailes con el inicio de Santa Clara casi a la altura del Puente Viejo de San Cristóbal.
Los vecinos de la zona, que han acompañado a Sosa en la rueda de prensa, no entienden que quienes han planificado y ejecutado las obras en Santa Clara y su entorno se hayan dejado un «pegote» tan significativo como el citado sin arreglar, y han exigido, apelando a su condición de ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos, que se atiendan sus demandas al considerarlas muy razonables.
Sosa ha afirmado que éste y otros vicios -ocultos y no tan ocultos- que se observan en muchos puntos de Lorca una vez que las obras de regeneración urbana han concluido y los trabajadores han desaparecido, son achacables a tres causas: 1) No se ha dejado que los vecinos de los entornos, ni tampoco los comerciantes, participen en el diseño de las obras. 2) El diseño se ha hecho desde despachos lejanos a Lorca en los que se desconoce la realidad urbana de nuestra ciudad. Y 3) La concejalía de Obras, tanto en la etapa de gobierno del PP como en los casi tres años de Gobierno local del bipartito PSOE-Ciudadano, ha estado muy poco acertada en su labor de control en la ejecución de esos proyectos en nuestra trama urbana.
Por ello, Sosa ha pedido al Gobierno local respeto y atención a las demandas de los vecinos, que se les arreglen unas escaleras de cemento que se caen a pedazos y que incumplen la normativa de accesibilidad, que se atienda regularmente por parte del servicio municipal de jardines este pequeño triángulo urbano semi abandonado, que se dé solución a la maraña de cables que hay colgando de un palo de telégrafos que ya es casi una reliquia, y que se procure la mejor integración urbana posible de las dos infraestructuras de agua potable y de luz eléctrica allí existentes.
