Fue en mayo de 1990, cuando se descubrieron dos nuevas escenas de pinturas rupestres en los abrigos de El Mojao y en el de Los Gavilanes, próximos al pantano de Valdeinfierno (Lorca).
Las pinturas del El Mojao se encontraban en las paredes calizas que son vía de paso para el río Luchena. Las escenas narraban situaciones de caza, como la de un arquero con un gran arco que se dirige hacia un grupo de 4 cuadrúpedos.
El desastre ocurrió a los 5 meses de su descubrimiento. Todas las pinturas de este abrigo fueron intencionadamente destruidas. Nunca se supo quien o quienes fueron los vándalos.
Lo cierto es que todos los ciudadanos tenemos no solo el deber de proteger y cuidar nuestro patrimonio, si no la obligación de denunciar a las autoridades si en alguna ocasión somos testigos de algún acto de esta calaña.
El Consejo de Gobierno ha aprobado, a propuesta de la Consejería de Cultura y Portavocía, la delimitación del entorno de protección del Bien de Interés Cultural (BIC) de las pinturas rupestres del conjunto de los abrigos de El Mojao y Los Gavilanes, situados en el área el pantano de Valdeinfierno en Lorca.
El acuerdo establece la descripción, delimitación y criterios de protección del BIC, con categoría de Monumento, conforme a las alegaciones, informes y estudios técnicos, y cuenta con los informes favorables de la Universidad de Murcia y la Real Academia Alfonso X el Sabio.
Este conjunto está localizado en las estribaciones de la Sierra del Pericay, junto al paso natural a través de la Rambla Seca que comunica el valle del Luchena (Lorca) con la comarca del Alcaide (Murcia y Almería).
Se trata de un asentamiento prehistórico, posiblemente del Neolítico Final, y las pinturas que se hallan son de carácter esquemático y levantinas, con una escena de caza, en el caso de El Mojao; y de carácter esquemático en el de Los Gavilanes, que cuenta con la singularidad de un saliente rocoso impregnado en su totalidad de forma continua con pigmento rojo.
La delimitación del Bien engloba el farrallón rocoso donde se localizan los dos abrigos con manifestaciones de arte rupestre, El Mojao y Los Gavilanes, y el yacimiento situado en su cima. Este perímetro tiene forma poligonal, acorazonada, y limita por el norte con los frentes actuales de la cantera; por el oeste discurre por el pie de monte de la elevación donde se encuentra el asentamiento prehistórico; y por el este por la media ladera hasta enlazar con una de las listas de acceso a la cantera.