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Las guarderías y escuelas infantiles privadas lanzan un SOS pidiendo medidas para poder seguir trabajando

Leyeron un manifiesto, donde piden "un protocolo claro y común para todos, no unas recomendaciones que además de inviables e imposibles de llevar a cabo, son un camino a que muchas de nosotras no podamos volver a abrir o tengamos que cerrar a los pocos días".

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Las guarderías y escuelas infantiles privadas lanzan un SOS pidiendo medidas para poder seguir trabajando.

Propietarias y trabajadoras de las guarderías privadas y escuelas infantiles de Lorca se han concentrado este jueves en la Plaza de España para leer una manifiesto en el que exigen a la administración regional apoyo a su sector, que vive una situación de «gran incertidumbre laboral y económica».

En ese manifiesto, piden «un protocolo claro y común para todos, no unas recomendaciones que además de inviables e imposibles de llevar a cabo, son un camino a que muchas de nosotras no podamos volver a abrir o tengamos que cerrar a los pocos días».

«Nos sentimos olvidadas y abrumadas», ha dicho Isabel Montiel, de Guardería Las Palmeras: «Tres meses después del confinamiento, muchos negocios están volviendo, se les han dado recomendaciones, pero a nuestro sector no se les está dando la importancia que tiene».

«No entendemos que se hayan regulado ya protocolos para bares, para mercados… pero a nosotras, que somos un sector fundamental para la conciliación laboral, no se nos diga lo que tenemos que hacer», dice otra de las afectadas, Francis Reverte, de Guardería Anaïs.

Las recomendaciones que han recibido hasta ahora son «insuficientes», dicen, y difícil de aplicar con niños de 0-3 años, sobre todo en lo que se refiere a la distancia social. «Queremos darle una solución a las familias, pero no a cualquier precio», añade Isabel Montiel.

Se quejan sobre todo de que las ratios son «económicamente imposibles de sostener». «Yo no me niego a abrir mi centro con un 25% de capacidad, pero con cinco niños por aula, yo me arruino», dice Francis Reverte. Es por esto por lo que piden ayudas económicas a la administración para poder continuar con su labor.

Mientras tanto, aseguran que desde que cerraron sus negocios «seguimos con una parte del educativo en ERTE y el resto con cese de actividad, que no es suficiente para hacer frente a los gastos de alquiler, impuestos, asesoría, agua, luz, seguros obligatorios, empresas de prevención…».