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Fulgencio Gil exige al actual alcalde que ejecute el acuerdo de pleno que le obligaba a bajar el IBI, IAE y a eximir a los hosteleros del pago por las terrazas

• Son medidas indispensables para incentivar la actividad económica y ayudar a las familias. El actual gobierno local ha convertido a Lorca en el municipio con más familias en riesgo de pobreza de toda la región, con un porcentaje del 31%, y en la segunda área urbana con menor renta de toda España, con 9.126 euros. • Gil Jódar respalda la petición de Ceclor de bajar los impuestos municipales "porque los lorquinos no pueden esperar hasta 2023 para que les rebajen los impuestos. Sería demasiado tarde para muchas familias y negocios, una auténtica temeridad".

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Fulgencio Gil exige al actual alcalde que ejecute el acuerdo de pleno que le obligaba a bajar el IBI, IAE y a eximir a los hosteleros del pago por las terrazas.

El presidente del Partido Popular de Lorca, Fulgencio Gil, ha afirmado que los lorquinos tendrían que haber cerrado este año con la seguridad de que el ayuntamiento les iba a bajar los impuestos, tal y como se ordenó al actual alcalde hace dos meses. Los lorquinos se merecían cerrar el año con esta buena noticia, pero Diego José Mateos se lo ha negado.

Estamos hablando de una rebaja del 10% del IBI y del sello del coche, la rebaja del 5% de la tasa por la basura y del IAE, así como la exención del pago por instalación de terrazas a los hosteleros.

Coincidimos plenamente con las reivindicaciones expresadas por parte de la Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales (Ceclor) que ha reclamado la rebaja de impuestos, y de forma especial, la exención a los hosteleros de la tasa que les cobra el ayuntamiento por instalar terrazas. El pasado 25 de octubre logramos sacar adelante esta exención en una iniciativa ante el Pleno del Ayuntamiento que fue aprobada por mayoría absoluta, pero que Diego José Mateos ha incumplido.

La presión fiscal que sufren las familias lorquinas es insoportable, y está arruinando la economía de muchos hogares. Esta situación se está viendo agravada tras dispararse el recibió de la luz, el gas, todos los alimentos y productos de la cesta de la compra, los seguros, la gasolina…

Los impuestos municipales para 2022 tienen que ajustarse a la realidad social y económica del municipio. De acuerdo con los datos aportados por la consultora AIS, Lorca es el municipio de la Región de Murcia con más familias en riesgo de pobreza, con un porcentaje que alcanza el 31%. Las cifras transmitidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), indican que Lorca es la segunda área urbana con menor renta media anual por habitante de España, con 9.126 euros.

Vivir en Lorca en 2022 será más caro y seguiremos teniendo las calles más sucias que nunca, las pedanías totalmente abandonadas y desprotegidas, y encima los impuestos más caros de la historia, porque sencillamente nos van a cobrar por todo.

Mateos no ha articulado ninguna medida que permita a los lorquinos amortiguar los graves efectos que produjo la decisión de su partido de suprimir la bonificación del 50% del IBI a los damnificados por los terremotos, y que tuvo como consecuencia directa una pérdida de 8,5 millones de euros.

Donde mejor puede estar el dinero del superávit del Ayuntamiento es el bolsillo de todos los ciudadanos, porque ofrecerá un rendimiento social al estimular el movimiento económico en todo el municipio

Para combatir la incertidumbre y la inestabilidad, el gobierno del PSOE tiene que ejecutar los acuerdos de pleno impulsados por el Partido Popular, y bajar los impuestos a los ciudadanos. Los lorquinos no pueden esperar hasta 2023 para que les rebajen los impuestos. Sería demasiado tarde para muchas familias y negocios, una auténtica temeridad.

El superávit de 5,5 millones que dejamos en las cuentas del Ayuntamiento se tendría que emplear para bajar impuestos, no para despilfarrarlos como están haciendo.

Los gastos habituales de las familias lorquinas se han disparado en los últimos dos años, sufriendo subidas brutales de impuestos, tasas, precios públicos, la cesta de la compra, la luz, el agua el gas… El precio que tienen que pagar las familias es un disparate, alcanzando una subida interanual del 395%, mientras que el gas también alcanza máximos históricos, con la bombona de butano a un precio de 20 euros.