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NUESTRO GOZO EN UN POZO

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NUESTRO GOZO EN UN POZO

Esta era la imagen de Lorca hace justo un año, todos contentos por el comienzo de las obras del tramo uno de la Ronda Central, un proyecto que por las continuas interrupciones que sufre, lleva camino de parecerse a la obra del Escorial. Un monasterio en el que se tardaron 22 años en ser construido (1562-1584), siendo siempre la comparación que todos ponemos cuando algo dura más de lo esperado. Pero lo que no sabe mucha gente, es que en Lorca fuimos once veces más lentos que ellos, dejando a la altura del betún el popular dicho del Escorial, ya que tardamos 247 años en construir San Patricio (1533-1780), 239 años más de lo que inicialmente estaba previsto. Un retraso debido a las zancadillas que nos ponían desde Murcia, ya que no querían otro obispado aquí (se edificó pensando en ser catedral), y también a los numerosos pleitos que tuvo y a la escasez de medios para llevar a cabo una obra de esta envergadura, que es lo que está sucediendo en la actualidad con la rondas proyectadas para Lorca.

Una ronda la central, que iba incluida en el Plan Estratégico 2000-2006 de la Región de Murcia, pero que no llegó a realizarse, seguramente por el distinto color que entonces tenían la administración regional y el ayuntamiento lorquino. Unas obras que en 2007 llevó como bandera electoral el PP de Lorca y que en 2008 se anunció que comenzarían de inmediato, siendo el 2010 el año previsto para su puesta en servicio, hecho que evidentemente tampoco ocurrió. Ya en 2009, se nos anunció la eminente adjudicación del primer tramo, el comprendido entre Apolonia y el Complejo Deportivo Felipe IV, pero el año terminó tal como empezó, sin que la maquinaria se dejase ver por allí. En el año 2010 se repitió de nuevo el anuncio, afirmando entonces que las obras comenzarían en el primer semestre de 2011.

Pero no es hasta agosto de ese año, cuando sale publicada la adjudicación en el B.O.E., anunciándose el comienzo de las obras para el mes de octubre, cosa que no sucedió, como tampoco en los primeros meses de 2012. Contándonos en el mes de mayo de ese año, que tras la adjudicación de las mismas, ADIF no estaba de acuerdo con su trazado, pues todavía no se sabía cómo iba a quedar el recorrido del AVE a su paso por Lorca. Así como que el proyectado puente sobre el ferrocarril en la zona del molino de la Sierra de la pedanía de Tercia, se había diseñado para el cruce de dos vías, cuando las intenciones de ADIF eran tres, al incluir una para el tráfico de mercancías, motivo por el cual, había que modificar el proyecto inicial de la obra.

Luego en 2013, se nos anunció que el proyectado vial de la Ronda Central de Lorca, se incluiría en el “Plan Lorca+” financiado por el gobierno de España , pero ese tan cacareado “plan” resultó ser una maquinación, un perfecto plan para engañar a los lorquinos, porque nada después se ha dicho de él, y casi todas las obras de modernización y regeneración que se han realizado o se están ejecutando en la actualidad, son financiadas con el préstamo concedido por el BEI al gobierno regional, un préstamo que pagaremos todos los murcianos con sus correspondientes intereses.

Así tras más de cuatro años para concretar la modificación del anterior proyecto del tramo uno, el cual solo consistía en alargar el viaducto que cruza el ferrocarril, y que se podría haber realizado al tiempo que se ejecutaba el resto de la obra, en junio de 2016 se adjudicaron de nuevo los trabajos. Pero una adjudicación anómala, ya que tras adjudicarse a la UTE formada por las empresas Sargo y González Soto en 6.904.294 €, el expediente de contratación quedó en suspenso, debido a la interposición de varios recursos por las irregularidades cometidas en su adjudicación, fallando el Tribunal Central de Recursos Contractuales que se procediera de nuevo a su adjudicación por parte de la comunidad autónoma de Murcia.

Tras varios meses de retraso, en marzo de 2017 se adjudica nuevamente la obra, ganando el concurso la UTE integrada por Acciona Construcción y Continental Obras y Mantenimiento, por la cantidad de 6.615.996 €. Pero es impugnada la adjudicación una vez más, haciéndolo esta vez la empresa que había resultado elegida en el primer procedimiento de contratación, siendo obligada de nuevo la Consejería de Fomento a anular la adjudicación y a reiniciar un nuevo expediente. Así una vez solventadas las distintas irregularidades que se fueron produciendo y que confirman las distintas sentencias del citado tribunal, a finales de mayo del año pasado comenzaron por fin los trabajos. Pero nuestro gozo en un pozo, ya que cuando no habían pasado ni tres meses de su inicio, la obra quedó totalmente paralizada, una paralización que aún continua casi diez meses después, cuando la finalización de los trabajos estaba prevista para el próximo mes de julio.

En octubre del pasado año, se nos dijo que el parón era debido a que se tenía que modificar de nuevo el proyecto, ya que para no perjudicar a los vecinos afectados, se había pedido a ADIF que el cruce del ferrocarril por la zona del molino de la Sierra fuese subterráneo, evitando así el paso elevado y su gran impacto visual. Una decisión que sin duda beneficia a los vecinos, pero que quizá no fuese esta la única intención, porque cuatro años es tiempo más que suficiente para haber sopesado cual de las dos formas era la más aconsejable para cruzar el ferrocarril y haber obtenido el correspondiente permiso de ADIF. Por lo que cabe pensar, que esto sea una maniobra política para que el inicio del soterramiento del AVE a su paso por Lorca esté más cerca del río, acortando así el tramo soterrado y por consiguiente sus coste económico.

Un coste que por el contrario, van a sufrir los barrios de Apolonia y San Diego, barrios que van a tener una hipoteca perpetua, una barrera que impedirá su futura expansión natural hacia el nuevo vial. Una carga como la del paso atrincherado del ferrocarril en doble o triple vía en la rampa de descenso hacia el túnel del río. Un soterramiento que debería de abarcar todo el entramado urbano de la ciudad, dejando fuera de este las largas rampas atrincheradas de los extremos. Pero así es la política, no siempre se actúa favoreciendo a la ciudad o al ciudadano, sino a los intereses del gobierno o el partido donde se milita.

Claro que si verdaderamente, la voluntad del municipio ha sido la de favorecer a los vecinos con un paso subterráneo en vez de elevado, se seguirá la misma pauta en otro paso cercano de esa pedanía, el del camino de Villaespesa, un camino que soporta un denso tráfico de vehículos pesados y que también se verá afectado por el trazado del AVE, no vaya a ser que en este caso, lo de beneficiar a los vecinos no tenga ya la misma importancia. Cosa que está sucediendo en el municipio de Totana, que se ha pasado de un proyecto de 2011 donde la incidencia a los vecinos era mínima, al del proyecto actual donde se ven afectadas más de 14 viviendas de primera residencia, siendo al parecer el principal motivo de esa modificación, la incidencia del corredor del AVE con el cruce de la A-7, prefiriendo ignorar o incluso avasallar a unas familias, antes que la trasformación del mencionado cruce.

Pero bueno, el tema de hoy es el retraso en la construcción de nuestra Ronda Central, una ronda que solo tiene ejecutado el último tramo (IV), un tramo financiado por FEDER (fondos europeos para el desarrollo regional) y que fue inaugurado en agosto de 2016. Un tramo para el que se adoptó la mejor de las decisiones, la de tapar la rambla de Tiata, un cauce usado para el regadío y que ya ha quedado obsoleto. Luego está el siguiente tramo, el tercero, otro que también debe de discurrir por la citada rambla, y que según comentó nuestro alcalde hace un año, ya estaba el proyecto terminado y “solo” faltaba su financiación. Aunque añadiendo a continuación que no se sabía lo que se iba hacer con el puente de la Torta, por lo que es difícil de entender que el proyecto estuviese ya concluido. Un puente para el que yo apuntaba una solución el pasado mes de noviembre, solución que consistía en hacer una gran rotonda entorno al mismo, quedándose en su posición actual y sirviendo igualmente como paso peatonal.

Pero he aquí, que ha pasado un año desde que el proyecto estaba “terminado” y todo sigue tal cual, incluso con información contradictoria. Por una parte en julio de 2016, el subsecretario de Fomento de entonces Mario Garcés, anunció una subvención de tres millones de euros para este tramo III, Luego un año después, anunció el actual alcalde Fulgencio Gil, que los PGE (Presupuestos Generales del Estado) incluían una partida de tres millones para el mismo tramo. Y ahora en el mes de mayo, el presidente regional y lorquino, Fernando López Miras, nos anuncia el comienzo de las obras, así tal cual, añadiendo que la inversión a realizar es de 10 millones de euros financiados por la comunidad autónoma. Una cantidad que sobrepasa en más de un 40% los siete millones que se nos dijo en 2016 y casi en un 30% los previstos en 2017, por lo que de seguir así, siempre nos faltará dinero para acabar obra. Lo que no se, es en qué estado se encuentran aquellos 3 millones que se nos anunciaron iba a invertir el gobierno de España en este proyecto. Una infraestructura fundamental y que está siendo muy necesaria para la ciudad y parte de la huerta.

Pero es que luego está el tramo II, el puente que cruza el río, un tramo que salió a licitación hace ya dos años y que en mayo de 2017 se nos anunció que su adjudicación iba a ser en breve y que se iba a ejecutar de forma simultánea al tramo uno. Y claro que va a ser así, con los dos primeros tramos parados no cabe la menor duda, y más con las dependencias de Limusa entorpeciendo su recorrido. Es indignante que sabiendo la administración municipal que ese espacio tenía que ser ocupado por el nuevo vial, no hayan sido lo suficientemente agiles como para dejar libres esos terrenos y que dieran comienzo por fin las obras. Una obra que por los continuos retrasos que lleva, se verán viendo incrementados sus costes, hablando ya de unos 33 millones la inversión total en toda la ronda, casi un 40% más de lo presupuestado inicialmente. Pero aquí está quien to lo paga.