Inicio Historia El yacimiento argárico de los Cipreses en la Torrecilla – Lorca

El yacimiento argárico de los Cipreses en la Torrecilla – Lorca

El yacimiento arqueológico de Los Cipreses se adscribe a la Cultura de El Algar (Edad del Bronce), que se desarrolló en el sudeste de la Península Ibérica, entre los años 2200 y 1500 antes de Cristo. El poblado de Los Cipreses se ubica en una suave ladera con casas aisladas sin ningún tipo de construcción defensiva. Las casas en forma de herradura servía como vivienda y lugar de trabajo, hallándose en su interior el hogar, el telar, los molinos, las tinajas para el almacenamiento y toda una serie de objetos que permiten reconstruir a los arqueólogos la forma de vida de estas gentes. El lugar y la forma de los enterramientos caracterizan a la Cultura Argárica. Por lo general, cistas y urnas protegen la inhumación individual. El cadáver se introduce flexionado, vestido y con objetos de metal, cerámica y adornos personales. El Parque Arqueológico "Los Cipreses" convierte a este yacimiento en el primer poblado del Argar en Ilanura musealizado de la Península Ibérica y en uno de los más destacados dentro de la Prehistoria del sudeste español. En este Parque, además, se recrea el entorno vegetal que pudo haber existido en Lorca hace 4000 años.

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El yacimiento argárico de los Cipreses en la Torrecilla – Lorca. 

El yacimiento argárico de Los Cipreses se encuentra en el paraje de Oñate, perteneciente a la Diputación lorquina de La Torrecilla (Región de Murcia, España). Se sitúa en el piedemonte de la ladera de la montaña, con una suave pendiente de norte a sur. Esta ladera aparece delimitada por dos ramblizos procedentes de la vertiente meridional de la Sierra del Pino, que convergen más abajo formando una rambla que desagua en el valle del Guadalentín.

En la actualidad casi toda la superficie conservada del yacimiento está englobada dentro del recinto general del Parque y Polideportivo Municipal de Lorca. Un pequeño sector se localiza entre éste y la Autovía, pero se trata de una zona que ha sido alterada en el pasado en varias ocasiones. El acceso al yacimiento y Parque Arqueológico debe realizarse a través de los caminos y área ajardinada del Polideportivo.

El yacimiento está articulado por varias cabañas diseminadas en una pequeña extensión de las que cinco han sido excavadas por completo y acondicionadas para su visita y exposición didáctica. Junto a las cabañas también se conservan indicios de otras actividades relacionadas con la vida cotidiana del asentamiento y una variada muestra de enterramientos en cista o en urna que, según la costumbre que caracteriza la cultura argárica, se localizan junto a las viviendas.

Dichas actividades y enterramientos también han sido objeto de trabajos de conservación y adecuación didáctica para su visita. Junto a este espacio musealizado se conserva un sector del yacimiento que se mantiene en reserva arqueológica cuya finalidad es preservar un área destinado a futuras investigaciones siguiendo algunas recomendaciones dictadas al respecto por organismos internacionales.

Las cabañas se encuentran semi excavadas en el terreno, con una planta alargada de perímetro oval, con un lado corto de forma absidial. Tienen forma de herradura y la mayoría están orientadas hacia el sur, aunque en un caso se orienta de este a oeste. Se levantan con zócalos de piedras gruesas trabadas con barro y el alzado con piedras de menores dimensiones con abundancia de ripios, posiblemente enlucidos en su interior.

En el interior de alguna de las cabañas se aprecia la compartimentación del espacio y se identifican determinadas actividades domésticas y de trabajo: hogar, telar, molinos, tinajas para el almacenamiento de comida y agua, y una importante serie de objetos que permiten reconstruir la vida cotidiana del asentamiento.

La cultura argárica

La cultura argárica se desarrolló a lo largo del III y II milenios a. C., en una amplia zona del sureste de la península Ibérica que corresponde a las actuales provincias de Almería, Murcia, Jaén, Granada, Alicante y Albacete. Se caracteriza por la práctica de las inhumaciones individuales en los mismos espacios habitacionales (primero en cistas y más tarde en grandes vasos cerámicos, pithoi), así como por la alta calidad de su cerámica y el alto grado de desarrollo metalúrgico.

Restos argáricos encontrados en yacimiento.

El medio geográfico condicionó el emplazamiento de los asentamientos argáricos. Así, suelen situarse próximos a nacimientos de agua o ramblas, dominando las tierras de aprovechamiento agrícola, ganadero o minero. Los poblados argáricos se establecen en elevaciones naturales o en llano. Los asentamientos en cerro o en altura cierran las zonas de fácil acceso con murallas, que pueden disponer de torres cuadrangulares adosadas como en el Cerro de Las Viñas (Coy). Otro tipo de poblados se asientan en llano o pie de monte, con casas aisladas sin ningún tipo de construcción defensiva. Este modelo de poblamiento en llanura se ha documentado en la comarca de Lorca con las excavaciones de El Rincón de Almendricos y Los Cipreses.

La casa argárica

La vivienda argárica presenta planta rectangular, cuadrada, absidal, trapezoidal o semicircular. Los muros exteriores son de piedra, y se encuentran reforzados con postes de madera verticales. Los muros interiores podían ser de adobe dispuesto sobre un zócalo de piedra. Las casas a la vez que servían de vivienda eran el lugar de trabajo, hallándose en su interior el hogar, las tinajas de almacenamiento, telares, molinos, etc.

En el caso particular de las viviendas inhumadas en Los Cipreses aparecen en el exterior de las viviendas muros en forma de arco a modo de paravientos que permitirían efectuar trabajos en el exterior de la vivienda.

La metalurgia en la cultura argárica

El trabajo de los metales alcanzó un gran desarrollo con los grupos argáricos. Muchos de sus asentamientos se situaron junto a los yacimientos de cobre del sureste de España.

El proceso de explotación del cobre se iniciaba con la extracción del mineral por medio de mazas y martillos de piedra, se trituraba en morteros y se fundía en una tinaja de arcilla o en crisoles de barro. El mineral una vez fundido, se vertía en moldes que tenían la forma del objeto que se quería realizar. Los análisis de objetos de cobre han demostrado que este mineral en su estado natural es portador de otros metales (arsénico, antimonio, plomo, etc.) que se alean de forma natural en el proceso de fundición, dando al objeto una mayor dureza.

En el caso particular de Los Cipreses, y el resto de asentamientos descubiertos en Lorca, los afloramientos de mineral de cobre se sitúan en las cercanas serranías de Tercia y de Enmedio.

La cerámica argárica

La calidad de las cerámicas argáricas es excepcional y demuestra una alta especialización, un dominio de la técnica y un gran comercio desde los centros alfareros. La cerámica se modelaba a mano y generalmente no presentaba decoración. La superficie exterior pulida ofrece un brillo característico de estas piezas, acentuado en las piezas bruñidas. Las vasijas cerámicas tuvieron una doble finalidad: vajilla de cocina y cerámica funeraria.

El enterramiento

El enterramiento argárico característico consiste en la inhumación individual en el interior de los poblados, en el subsuelo de las casas o próximos a ellas. Hay varios tipos de tumba: covacha, fosa, cista y urna.

El cadáver era enterrado flexionado, vestido y con un ajuar compuesto por objetos de metal (útiles y armas), cerámica y objetos de adorno personal. Los recipientes cerámicos y los restos de huesos de animal en el interior de las tumbas son evidencias de un ritual funerario en el que podrían suministrar comida y bebida para un “viaje al más allá”.

La cerámica y los huesos de animal, patas traseras de vacas, ciervos y ovejas, que aparecen en el interior de las tumbas son testimonio de un ritual: suministraban comida y bebida en el interior de vasijas para el viaje al más allá. La exposición de esta sala se centra en mostrar diferentes tipos de enterramiento hallados en Lorca, donde fue muy común el empleo como ataúd de dos vasijas grandes de cerámica afrontadas por su boca.

 

La situación de las tumbas en el interior de los poblados sugiere una estrecha relación entre vivos y muertos y un posible culto a los antepasados.

Los enterramientos se realizaron en cajas de piedra (denominadas cistas) y en tinajas, donde el cadáver se introducía flexionado y acompañado por objetos de metal (útiles y armas), de adorno personal (pendientes, brazaletes…), vasijas cerámicas y comida.

El Parque Arqueológico de Los Cipreses

En la visita al Parque Arqueológico “Los Cipreses” se pueden ver seis casas, trece tumbas y una zona didáctica donde se ha reproducido una de las casas, varias sepulturas en cista y un espacio para la práctica de la molienda del cereal.

Los trabajos de excavación llevados a cabo en Los Cipreses ha permitido conocer la vida cotidiana de sus habitantes en el tercer milenio a.C.

En las diferentes campañas de excavación arqueológica se han documentado restos de ocho casas, todas ellas de carácter individualizado con planta de tendencia oval, con el fondo de forma absidal, semiexcavadas en el terreno adaptándose a la topografía natural del mismo y delimitadas por gruesos muros de piedra.

El interior aparece compartimentado en dos espacios separados por un tabique construido con un zócalo de piedra y un alzado de adobe. La zona interior, más alejada de la entrada y con forma absidal, es más pequeña y se interpreta como posible lugar de almacenamiento debido a los materiales hallados. En el espacio donde se abre la entrada se suelen encontrar el hogar, grandes tinajas de almacenamiento, bancos de piedra, mesas de trabajo y piedras de molino.

Las paredes de las casa pudieron estar enlucidas en su interior, como se ha documentado en la casa 1 (Casa de la Cocina), donde aparecen abundantes enlucidos de color violeta sobre los adobes. De la fase final de utilización de esta casa se recuperaron algunos fragmentos de enlucido con cuatro capas superpuestas que alternan los colores rojo y beige, lo que permite apuntar que estas paredes debieron ser revocadas periódicamente.

Las primeras hiladas de los muros están configuradas con piedras de gran tamaño, mientras que el alzado fue construido con piedras de menores dimensiones con abundancia de ripios, posiblemente empleados para rellenar los huecos entre la cara interior y exterior del muro.

Los suelos hallados son de tierra apisonada, de color anaranjado, generalmente asentado sobre las gravas naturales recortadas. En algunas ocasiones se ha documentado el pavimento de las casas perforado para practicar las fosas de enterramientos (casa 3).

La techumbre estaría construida con un entramado de troncos de madera, cañizo y esparto unidos con barro. El adobe que formaba la techumbre se quemaba para hacerlo más compacto e impermeable. Posiblemente las techumbres sobresalían apoyándose en postes de madera creando estrechos porches junto a los muros. En las cercanías de las casas de este poblado también se disponían hogares y sepulturas.

Las casas eran a la vez vivienda, taller y lugar de enterramiento.

Casa 1 o Casa de la Cocina

Es la casa de mayores dimensiones hallada en el yacimiento de Los Cipreses. Sus paredes estuvieron enlucidas de color violeta. En el centro de esta casa se halló un elemento singular formado por un gran hogar semicircular y un banco adosado al muro, que la diferencia del resto.

Casa 2 o Casa del Almacén

Se encuentra perfectamente compartimentada en dos espacios por un tabique perpendicular a sus muros. En esta casa fue hallado un almacén semicircular cerca de la entrada que conservaba en su interior numerosos fragmentos de cerámicas de almacenamiento, dos molinos y una lámina de sílex, elementos que pueden estar relacionados con la siega y procesamiento de los cereales.

Casa 3

En esta casa destaca el hallazgo de dos enterramientos en grandes contenedores de cerámica bajo el suelo.

Casa 4 o Casa del Molino

Esta casa presenta un nuevo muro que se une al muro perimetral probablemente empleado como “paravientos”, a su amparo se podían desarrollar actividades fuera de la casa. Entre los materiales hallados en el interior de la casa destacan un gran molino barquiforme para la molienda de semillas (cebada) y frutos (bellota).

Casa 5 o Casa del Telar

Su interior se compartimenta en dos habitaciones por un tabique: en la parte delantera un espacio abierto destinado a tareas domésticas, y al fondo otra habitación destinada el almacenamiento de alimentos, enseres y útiles de trabajo. En esta casa se halló un conjunto de pesas de telar que indican el trabajo textil (lino y lana).

Casa 6 o Casa de la Bellota

En esta casa se documentaron dos grandes vasijas con bellotas carbonizadas y esparcidas por el suelo. Al fondo de la casa se halló una acumulación de objetos, entre ellos piezas de sílex de una hoz y un enterramiento infantil dentro de una cerámica. Esta casa sufrió reformas compartimentándola con una nueva habitación.

Recreación de una vivienda argárica

Casa argárica recreada fuera del yacimiento a partir de una de las casas halladas en el poblado. La construcción de muros, techumbres y otros elementos se ha llevado a cabo aplicando la metodología de la arqueología experimental. En el interior se han reproducido algunos de los enseres hallados, como vasijas cerámicas, útiles para la molienda y elementos de esparto.

El Parque Arqueológico de Los Cipreses consta de cuatro zonas claramente diferenciadas:

1. El Yacimiento

Se subdivide esta zona en dos espacios, uno como reserva arqueológica, y un segundo como zona musealizada. En esta segunda zona se ha elaborado un itinerario que recorre las principales áreas de influencia del poblado. Se presenta desde el exterior de las casas argáricas y los enterramientos, hasta las habitaciones interiores dedicadas al almacenamiento del cereal.

Todo el recorrido se encuentra acompañado de rótulos y paneles informativos. Se presentan en estos indicaciones de dirección y sentido del itinerario, explicaciones en español e inglés para una mejor comprensión de los diferentes aspectos del poblado, información sobre la vegetación, o acerca de las actividades didácticas que se pueden realizar en el Parque.

2. El Jardín

Rodeando el yacimiento se ha acondicionado un jardín para proporcionar sombra y lugares de descanso a los visitantes.

Se ha intentado que la vegetación utilizada en el jardín se adecuara a las variedades que se podían encontrar en la zona durante el II milenio a.C., la época del Cultura Argárica.

3. Zona Didáctica

Tras finalizar la visita al yacimiento se accede a la zona didáctica. En esta se ha pretendido acercar el mundo argárico a todos los públicos, pero especialmente a los escolares, mediante divertidos entretenimientos y actividades en las que se pueden recrear las diversas facetas de la vida en el poblado.

 

4. Zona de Recreo

La zona de recreo del Parque Arqueológico de Los Cipreses se encuentra situada en una terraza inferior al yacimiento.

En ella se encuentran ubicados bancos y mesas en los que descansar tras la visita.