Una parte de lo que debieron ser edificaciones del poblamiento romano de la ciudad están aflorando como consecuencia de las obras de construcción del edificio que será sede de la Fundación Santo Domingo y del Paso Blanco, en el Carril de Caldereros. Aunque los trabajos de excavación todavía no han concluido, los primeros hallazgos se refieren a estructuras romanas, sin concretar todavía si son de viviendas o de otro tipo de local.
Excavaciones llevadas a cabo en esa misma zona del Carril de Caldereros con motivo de otras obras, han puesto de manifiesto que por aquí había una posible entrada a la ciudad romana, con tabernas, posadas y cuadras para el ganado. La excavación tiene que seguir profundizando y puede ser que aparezcan otros restos más antiguos, posiblemente ibéricos.
En el sótano del nuevo edificio, que es donde ahora se trabaja, está previsto que se ubique un columbario, con cámara funeraria con capacidad para unas 2.000 unidades y una pequeña capilla. La iluminación natural llegará, según el proyecto de los arquitectos José Joaquín Pascual Ruiz y José Bartolomé García Martínez, a través de un patio acrisolado.
La cofradía, explica el presidente de la Fundación Santo Domingo, Ramón Mateo Paredes, «ya está ofertando a los cofrades estos pequeños nichos, al precio de 2.500 euros, IVA incluido, y hay en torno a un centenar vendidos. Intentamos que estas aportaciones ayuden a financiar el coste total de las obras del edificio, que va a estar cerca de los dos millones de euros. Al tener entrada independiente, el columbario podrá utilizarse antes de que finalice la construcción de todo el inmueble».
Ramón Mateo, que fue elegido al frente de la Fundación en el año 2008, por un periodo máximo de nueve años, terminará su mandato en 2017 y confía estar todavía en el cargo para la inauguración. «Mi objetivo, incluso cuando presidí el Paso Blanco, ha sido contribuir a que la cofradía tenga este edificio y me satisface ver que, poco a poco, y con la ayuda de muchas personas, la iniciativa sale adelante».
La primera fase de los trabajos, «para la que tenemos segura la financiación, es la que está en marcha, con la estructura y el cerramiento del inmueble, cuya fachada será similar a la que tenía el edificio que tuvo que demolerse por los daños del terremoto. La segunda fase se dedicará a la construcción del columbario y esperamos continuar las obras de forma ininterrupida».
El proyecto definitivo del edificio sufre algunos cambios en la distribución de planta primera para reubicar las dependencias de la Fundación y de la cofradía, pero el resto se mantiene. Así que en el semisótano estará la sala de exposiciones temporales; en el bajo el salón de actos y en la segunda planta el taller de bordados.
