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Ciudadanos C’s de Murcia entra en grave crisis por el caso de fraude en las facturas

Luis Fernández, el diputado expedientado por el caso de las facturas, avisa de que la responsabilidad de lo ocurrido "es compartida" por los cuatro parlamentarios - Afirma que la autorización de los pagos lleva su firma y la de otro compañero

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Ciudadanos C’s de Murcia entra en grave crisis por el caso de fraude en las facturas.

El secretario primero de la Mesa de la Asamblea Regional, Luis Francisco Fernández, diputado de Ciudadanos por Cartagena, no está dispuesto a comerse él solo el marrón del escándalo de las facturas de la campaña electoral del partido pagadas con las subvenciones que el grupo parlamentario recibe de la Cámara.

Porque él no es oficialmente el responsable económico del grupo parlamentario, como han apuntado desde el propio partido, ni el único de los cuatro diputados autorizado para ordenar pagos.

«La responsabilidad de las facturas es compartida por los cuatro diputados», señaló ayer Luis Fernández en una rueda de prensa que ofreció en el Casino de Cartagena, fuera de las dependencias de Ciudadanos en la Asamblea y sin la compañía de ninguno de sus compañeros en el Parlamento. Con él estaba el portavoz en el ayuntamiento de Cartagena, Manuel Padín.

Desde Ciudadanos Cartagena respondieron que el hecho de que Fernández no utilizara dependencias del partido ni del grupo parlamentario para la rueda de prensa se debe a que se trataba de una cuestión «personal».

Luis Francisco Fernández, empleado de banca durante muchos años, aseguró que mantiene una relación cordial con los otros tres diputados, pero durante la rueda de prensa se afanó en dejar claro que él tiene tanta responsabilidad como sus compañeros en el control y orden de la cuenta bancaria del grupo parlamentario, desde la que se hicieron los pagos de las facturas de la campaña de las autonómicas, por valor de 22.666 euros, según el propio diputado.

Los cuatro parlamentarios están como apoderados en esta cuenta, y cada pago debe contar con la firma de dos de ellos. En el caso de las facturas de la campaña, Luis Fernández asegura que la autorización para abonar el dinero contó con su firma y la de otro diputado, cuyo nombre no reveló.

Siguiendo la versión oficial de su partido, el secretario primero de la Asamblea Regional achacó lo ocurrido «a un error administrativo» que según él ya está subsanado, pues el partido reintegrará el dinero a la cuenta del grupo parlamentario. Admitió también que están a la espera del informe de la Intervención de la Asamblea sobre la memoria de gastos presentada por Ciudadanos para finalizar la subsanación del error.

El diputado de Ciudadanos explicó además que hasta el pasado 12 de febrero, una vez ordenados los pagos de las facturas, no tuvo conocimiento del protocolo de asignación de gastos de los grupos parlamentarios, en el que se explica qué actividades pueden financiarse (solo gastos corrientes y de funcionamiento).

Sobre el expediente que le han abierto, se mostró confiado en que «quedará en nada» y que se enteró del mismo «por los medios de comunicación y por una llamada de la dirección regional», nunca por boca de algún dirigente estatal de Ciudadanos. En otra declaración que se puede interpretar en la línea de su intento de repartir responsabilidades, Luis Fernández señala que no cree que el expediente abierto «sea contra mí», sino que su finalidad «es saber qué ha pasado».

Arremetió asimismo contra los filtradores de las facturas. «Si alguien hubiese venido a nosotros a advertirnos del error, lo hubiésemos subsanado de inmediato», lamenta el diputado regional de Ciudadanos.

El caso de las facturas ha provocado la destitución de Mario Gómez de sus responsabilidades en la organización regional del partido. Pese a esta decisión, el concejal ha dejado claro que no dimitirá de su cargo como concejal de Ciudadanos en el ayuntamiento de Murcia.

Por su parte, Miguel Sánchez, portavos en la Asamblea Regional, desde el principio se ha agarrado a la versión oficial del «error administrativo» y ha dejado claro que él no sabía lo que estaba firmando, por lo que no tiene responsabilidad en lo ocurrido.