Los regantes demandan la construcción de un nuevo pantano en Lorca y el arreglo de Valdeinfiernos.
El presidente de la comunidad de regantes de Lorca, Juan Marín, califica de «ridículo» que en los últimos 40 años no se haya construido ni un solo embalse para almacenar agua.
Marín lamenta que una entidad como la que preside, que abarca una superficie de más de 25.000 hectáreas de terreno, solamente cuente con una capacidad de regulación de embalse de 1,3 hectómetros, cuando en otras comunidades con muchas menos hectáreas se triplica esa cifra.
No obstante, el presidente se congratula de haber conseguido que se apruebe la gestión para la construcción de un nuevo embalse. En este sentido, la última asamblea de regantes dio el visto bueno para que el presidente busque la mejor fórmula y financiación para construir un embalse con capacidad para un millón de metros cúbicos, «ya que el existente en el Cerro Colorado solamente tiene capacidad para un día y medio y cada vez que llueve, una vez que han transcurrido 10 días, ya no dispone de agua», dice.
Al mismo tiempo, se van a iniciar contactos en cuanto a financiación para construir un embalse similar al de Los Leones en La Hoya, para regular otro medio hectómetro cúbico.
La idea, según Marín, «es poder acumular agua al menos para un mes, poder regar y que los pozos no paren de funcionar». Actualmente, cuando llueve los pozos permanecen parados entre 10 y 15 días.
En este sentido, afirma que como consecuencia de las lluvias de diciembre y febrero pasados, «se han dejado de acumular más de 4 millones de metros cúbicos al encontrarse los pozos parados, los terrenos encharcados y la planta desaladora de Aguilas sin generar agua durante dos meses».
Situación «desastrosa» en el pantano de Valdeinfierno por las filtraciones de agua.
El presidente de la Comunidad de Regantes de Lorca, Juan Marín, califica de «desastrosa», la situación en la que se encuentra el embalse de Valdeinfierno, por las filtraciones de agua que se siguen produciendo. El representante de los comuneros lorquinos confía, no obstante, en que parte del agua que se filtra se pueda recuperar para el regadío a través del pantano de Puentes.
El 31 de diciembre de 2005 finalizó la redacción, por parte del Ministerio de Medio Ambiente, del anteproyecto para la construcción de una nueva presa en Valdeinfierno, aguas arriba de la existente, con la idea de que la actual dejase de prestar su función y se conserve para poder ser visitada como monumento hidraúlico, al igual que la presa de Puentes. Transcurrido ese tiempo, nada se ha vuelto a saber, según el presidente de los comuneros lorquinos, al que lo único que le consta es que las filtraciones siguen produciendo la pérdida de agua que en época de lluvias llegan al embalse.
Marín afirma a este periódico que «Valdeinfierno sigue siendo un desastre. Existen filtraciones que demuestran que conforme entra el agua, va saliendo después y se pierde», y añade que «supongo que, al menos, se recargarán los acuíferos porque ese agua debe ir a parar a algún sitio como puede ser el río Luchena». Por último, ha señalado que «el agua que entra a dicho embalse, dada la situación en la que se encuentra actualmente, o se trasvasa rápidamente o se pierde». En este sentido, los regantes esperan que tanto la Confederación Hidrográfica del Segura como el Ministerio correspondiente, se pronuncien lo antes posible al respecto.
El embalse de Valdeinfierno se encuentra situado en el estrecho desfiladero que el río Luchena excava entre las sierras del Gigante y La Culebrina, a 700 metros de altitud. La obra se inició en el año 1785 y se inauguró el 15 de agosto de 1788. En el año 1850 ya era inservible, de ahí que entre los años 1891 y 1897 la presa se recreciera 15 metros.
Con una cuenca de recepción de 454 kilómetros cuadrados, el pantano tenía capacidad para 20 hectómetros cúbicos, aunque pronto quedó colmatado por los sedimentos. El embalse sigue cubierto de vegetación, lo que reduce el almacenamiento de agua de lluvia, que se encuentra totalmente agrietado y siendo nulas las aportaciones de agua al regadío lorquino.
La presa está situada sobre el río Luchena, afluente del Guadalentín, dentro de la cuenca del Segura. A dicho embalse se accede a través de la carrtera regional 3211, a unos 500 metros al noroeste de la pedanía de La Paca, atravesando Zarcilla de Ramos para dirigirse hasta el lugar.
La construcción de la presa supone una mejora del sistema de regulación del río Luchena-Guadalentín y un mejor aprovechamiento de las aportaciones de dicho río en cuanto a disponibilidad de agua para los regadíos de Lorca. Su principal uso es la regulación de caudales para riego y, como uso secundario, sirve de defensa contra las avenidas que se producen en la cuenca del Luchena.