El hisn de Felí se encuentra emplazado a media ladera del cerro de La Atalaya, en el extremo occidental de la Sierra de la Almenara, siendo sus coordenadas UTM 622130 y 4160830 de la hoja del M.T.N.E. 1:25.000 de Purias n° 975-IV.
Al igual que otras fortalezas dispuestas en las estribaciones de las sierras que delimitan el valle del Guadalentín su altura sobre el nivel del mar está en torno a los 500 metros, desde donde se divisa gran parte del valle del Guadalentín, el paso hacia el valle del Almanzora y la comunicación con la costa para acceder al puerto de Aquila.
Poblamiento prehistórico
La prospección de la zona ha permitido conocer la existencia de un primer establecimiento del III milenio antes de Cristo que se extiende por una pequeña loma de 350 metros sobre el nivel del mar, orientada al sureste y localizado en las inmediaciones de una fuente.
La vegetación actual está compuesta principalmente por arbustos y herbáceas (bojantina, esparraguera, retama…). Los restos materiales se extienden por una superficie de 1.600 m2. Posiblemente sus habitantes vivían en casas de planta de tendencia circular, y empleaban un tipo de cerámica realizada a mano, en ocasiones decorada con almagra; entre su industria lítica únicamente se identifican láminas retocadas y hachas de piedra pulimentada.
Posteriormente esta misma zona debió ser ocupada en época islámica (siglo X), como queda evidenciado por la presencia de restos cerámicos a torno entremezclados con los restos prehistóricos.
Se constata también la presencia de un silo de sección acampanada, con una boca de tendencia circular de unos 0.60 metros de diámetro. La fisonomía de este yacimiento arqueológico se encuentra bastante alterada por trincheras militares, posiblemente realizadas durante la Guerra Civil, y excavaciones clandestinas.
A partir del II milenio a.C, la población se desplaza desde la parte baja cercana a los recursos hídricos y con suelos pardo-calizos del llano que presentan buenas propiedades físicas para cultivar, hacia las lomas situadas a media altura que ofrecían una estrategia totalmente distinta. El poblado argárico se concentra en una cerro vecino que alcanza una altura de 481 metros sobre el nivel del mar, cuya cima tiene una forma alargada con una orientación este oeste.
Entre los materiales que se encuentran en el Museo Arqueológico Municipal de Lorca procedentes del poblado argárico de Felí destacan un cuenco con seis asas y cinco tetones, un cuenco con ocho tetones y dos perforaciones para grapas, y otras dos iniciadas, un cuchillo de cobre/bronce con dos perforaciones para remaches y un fragmento de fusayola realizada en cerámica, así como improntas vegetales en adobes de la techumbre de una habitación.
Las gentes que habitaron en este lugar durante los siglos I al IV d.C. practicarían sus enterramientos en una necrópolis situada en las cercanías de la casa, posiblemente en un lugar pedregoso y
estéril no empleado para trabajos del campo.
Poblamiento Islámico
La población islámica estuvo agrupada en las inmediaciones de las dos fuentes de Felí y a una altura sobre el nivel del mar de 350 metros.
La ubicación de este núcleo sigue las mismas pautas que las ocupaciones precedentes, relacionadacon la explotación de las tierras que permiten ser irrigadas por la fuente que mana en las inmediaciones y los cultivos realizados en las márgenes de la rambla de Felí. Las características de algunos de los materiales arqueológicos que se hallan dispersos por el yacimiento sirven para realizar una aproximación relativa a las actividades que se efectuaron en la alquería. El alto porcentaje de material cerámico perteneciente a grandes tinajas, es testimonio del almacenamiento de productos derivados de actividades agrícolas.
A lo largo del s. XII y primera mitad del s. XIII la población rural del iqlim de Lorca sigue emplazada en estas aldeas o alquerías que no llegaban a formar una estructura urbana densa y compacta. Del último momento de esta ocupación procede una serie de monedas almohades que atestiguan la importancia del lugar en el período comprendido entre 1171-1228.
Hasta el momento, las únicas alquerías del iqlim de Lorca recogidas por las fuentes árabes son Taza y Falis. Esta última ha sido identificada con el asentamiento de Felí, lugar donde nacieron, vivieron y murieron varias de las personas que formaron
parte de la historia cotidiana de uno de los enclaves más destacados del valle del Guadalentín durante estos siglos.
ESTRUCTURAS DEL CASTILLO
El hins de Felí se construyó como una fortificación que sirviera de refugio a las comunidades campesinas que habitaban en las alquerías del entorno y que pudo facilitar el control administrativo
y fiscal que se ejercía desde Lorca(44), durante el periodo de tiempo comprendido entre los últimos años del siglo XII hasta la capitulación de la ciudad en 1244.
El hisn o castillo de Felí dependiente del distrito de Lorca, está formado por un recinto murado, con una entrada acodada y dos torreones ocupando los ángulos de la parte oriental. En el interior
únicamente se distinguen los restos de dos aljibes con cubierta abovedada.
La planta de la fortaleza se inscribe en un trapecio, con una longitud máxima de unos 55 m en sentido este-oeste y una anchura de unos 25 m norte-sur. Estudiado hace unos años por el arqueólogo Manzano Martínez, el castillo se encuentra funcional y arquitectónicamente dividido en dos recintos diferenciados.
El recinto superior es una gran torre ubicada en el ángulo sureste de la fortaleza. Los muros, de hasta 1,70 m de espesor, se asentaron en una potente cimentación de mampostería trabada con argamasa de cal. Se trata de la edificación destinada a dominar a todo el conjunto y a resistir más eficazmente un prolongado sitio o un fuerte ataque.
Mientras, el espacio inferior tiene una planta adaptada perfectamente al relieve. Se trata de un albacar, o lugar donde se refugiaba el ganado en momentos de peligro. Está delimitado por un muro de tapial cuyo grosor oscila entre 1,20 m y 1,70. Es posible aún distinguir una torre de planta cuadrada, adosada al muro, que defendía la esquina noreste. La puerta de acceso se situó en el extremo suroeste, y se construyó ideando, a base de quiebres, una complicada estructura en triple codo. En el interior de este recinto existen dos aljibes ubicados en el ángulo noroeste de la fortaleza
Para adentrarnos en la descripción de el castillo de Felí se ha comenzado por las estructuras que conforman el exterior del recinto, iniciando el recorrido por uno de los lienzos de la entrada, y continuando según la dirección de las agujas del reloj.
A los lienzos de la muralla (tramos murados entre torres o diferenciados por un marcado cambio de orientación), se les ha asignado una letra y a las torres un número romano, en el interior del recinto murado se ha descrito la puerta y los dos aljibes, identificados con 1 (aljibe norte) y 2 (aljibe sur).
La Muralla
El desarrollo de la muralla conforma un recinto poligonal de 184 metros que encierra una superficie de unos 900 m2, delimitado por grandespaños de muros y tres cubos salientes, toda esta obra está realizada con la técnica del tapial (tabiya).
Se accede al interior por un ingreso en rampa con planta en triple codo. Los lienzos de muralla cimentan directamente sobre la roca, sobre zarpas o sobre muros de piedra unidos por cal en disposición escalonada (lienzos E y N), mientras que las torres pueden cimentar sobre zarpas o sobre plataformas de argamasa de cal, en ambos casos lo que intentan es garantizar un mejor asiento de las estructuras.
Torres
Tres de los ángulos del trapecio que configura el trazado de la muralla del castillo de Felí están reforzados por torreones, dos emplazados en la zona más elevada de la fortaleza, y un tercero configurando la entrada.
Torre I
Está emplazada en el ángulo noroeste del recinto y ocupa la zona más elevada de la fortificación,para construirla se nivelan los accidentes del terreno con una plataforma construida a base de
tapias. Su planta trapezoidal se articula en dos espacios: una habitación y un torreón macizo.
Determinados aspectos constatados durante la excavación, como los rellenos que colmataban la unión entre los muros perimetrales y las tongadas de cal y tierra que formaban el tapial, así como la impronta de una posible puerta/ventana en la cara sur hacen intuir que esta torre y la habitación anexa formarían en un primer momento un mismo espacio hueco.
Habitación
Desde el interior de la fortaleza se accede a este espacio de la torre a través de una rampa escalonada excavada en la roca, que se continuaría con otros peldaños elaborados con piedras unidas por cal. La entrada de 0.90 metros de anchura está formada por unas jambas construidas en cal y piedra que se adosan a los muros de tapial. En la parte inferior tuvo un umbral de madera del cual únicamente ha quedado la impronta empotrada en ambas jambas.
Sobre este umbral estaríadispuesta una puerta de madera que daba acceso a una dependencia de 11 m2 de superficie, delimitada
por muros construidos con tapiales. La habitación se encontraba colmatada con los aportes del derrumbe del macizado del torreón, documentándose entre los rellenos fragmentos de teja curva y
ladrillos macizos(23), cuyo módulo se asemeja al que conforma la cimbra del aljibe 1.
Al oeste de la entrada, ocupando el ángulo noroeste del torreón, se conservan los dos primeros peldaños de una escalera de 0.90 m. de anchura, realizada con cal y piedras, que permitiría el ascenso a una primera planta, posiblemente una azotea que permitiera la visualización del interior de la fortaleza. Quizás desde aquí se accediera a la parte superior del torreón macizo a través de una escala y al adarve de la muralla que comunicaba con el torreón II.
Torreón
La torre situada en la zona oriental presenta unas medidas de 6.20 metros de norte a sur por 7.20 metros de este a oeste, y está construida con muros de tapial de distinto grosor que llegan a alcanzar en la cara este 1.80 metros y una altura aproximada de 13 metros. El interior del torreón aparece macizado por capas de cal y tierra, que al derrumbarse rellenaron la habitación contigua.
La torre I emplazada en la parte más elevada del recinto, pudo tener la función de torre principal, desde donde se atalayaba una gran extensión del valle del Guadalentín y en cuya azotea se podían realizar almenaras o ahumadas.
Torre II
A esta torre de planta rectangular localizada en el extremo noreste del recinto se accede por un vano de 1.20 m. de anchura emplazado en el ángulo suroeste. Esta torre tuvo una techumbre
adintelada que diferenciaba dos niveles. El nivel inferior presenta una superficie de 10.4 m2, no conserva el pavimento y a una altura de 2.30 metros arranca un piso de 0.15 metros que lo separa del nivel superior.
Puerta de acceso
El acceso al recinto murado, localizado en el extremo suroeste y cuya puerta se orienta al norte, está configurado en base a una estructura que forma una entrada en triple recodo. Frente a la puerta se desarrolla una rampa que conduce al primer recodo, para completar el ingreso habría que rebasar un segundo y un tercer recodo.
Los dos últimos presentan unas jambas construidas con mortero bastardo y piedra, que apenas conservan alzado y similares a las emplazadas en la entrada a la torre I, donde posiblemente se dispondrían puertas de madera.
Aljibes
Los dos aljibes se emplazan en el interior del recinto murado ocupando el único ángulo de la muralla que no presenta torre, sino un chaflán cercano a la puerta de entrada.
Ambos aljibes son de nave única con cubierta de bóveda de cañón de perfil semicircular, que cubre toda la longitud de la nave. Estos depósitos están construidos con argamasa de cal y comparten un muro que sirve medianera. El pavimento no se ha podido determinar debido a la colmatación de limos que presentan en su interior.
El suministro de agua se efectuaría a partir de la terraza situada sobre las bóvedas y donde se abren los brocales de ambos aljibes.
Los restos arqueológicos del castillo de Felí son Bien de Interés Cultural (Ley de Patrimonio Histórico Español 16/1985, de 25 de junio) al igual que los de todos los castillos españoles. La importancia de los restos de este castillo hicieron que su protección se iniciara mediados de los años cincuenta.
Durante los meses de febrero y marzo de 1998 se llevó a cabo una excavación arqueológica de urgencia en la torre principal del mencionado castillo con motivo de su restauración.(43) El comienzo de estos trabajos aún no ha podido abordarse al no disponer el Instituto de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma de Murcia del permiso de los dueños.
Fuente documental: Andrés Martínez Rodríguez, Juana Ponce García – Museo Arqueológico Municipal de Lorca
Video: Subido a youtube por Andrés Alejandro Garcia Caro