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El joven lorquino Fernándo López Miras elegido como nuevo presidente de los murcianos.

El nuevo presidente tiene la edad de Cristo (33) y se educó con los franciscanos, por lo que es callado, prudente y austero. Le gusta llevar el pelo largo, barba poblada y lucir pulseras en la muñeca, y no piensa cambiar de gustos ahora en San Esteban.

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El joven lorquino Fernándo López Miras elegido como nuevo presidente de los murcianos.

La Región de Murcia tiene por presidente a un murciano de pura cepa, que conoce muy bien la geografía regional y se identifica con todos sus rincones. Porque Fernando López Miras, que ayer obtuvo la confianza de la Asamblea Regional para presidir el Consejo de Gobierno hasta final de legislatura, vino al mundo en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, fue un bebé en Archena, un niño en Águilas, un escolar de Cartagena, un bachiller lorquino y un universitario de la capital. En todos estos lugares ha residido, debido a las circunstancias laborales de su familia. Ahora, además, tiene el corazón en el Altiplano, pues se lo ha robado una yeclana llamada Juani.

No obstante, si tuviera que elegir un lugar, López Miras escogería Lorca, la ciudad del sol, donde vive intensamente la Semana Santa como cofrade del Paso Blanco. Porque ha sido en Lorca donde se inició su corta pero meteórica carrera política. A los 18 años, cuando vio que con motivo de la guerra de Irak se llamaba «asesinos» a los dirigentes del PP, un partido que había sufrido en sus carnes como nadie el terrorismo de ETA, decidió hacer algo que nadie en su familia: afiliarse a una organización política.

Eligió Nuevas Generaciones, una formación de la que llegó a ser vicesecretario nacional de Economía y Empleo y en la que conoció a muchos de los que hoy son sus amigos y colaboradores en la Asamblea y el Gobierno. También a una persona que ya entonces era el referente de los jóvenes ‘peperos’ de la Región y que también se convirtió en su faro político: Pedro Antonio Sánchez, precisamente la persona a la que ha sustituido al frente del Ejecutivo.

Fer es un político atípico, al que le gusta llevar zapatillas, pelo desaliñado, calcetines de colores, barba poblada y pulseras de todo tipo. Pretende seguir conservando su estética en la Presidencia. Los funcionarios de San Esteban no deben extrañarse si lo ven llegar al trabajo con una mochila al hombro, pues siempre la llevaba encima cuando era secretario general de la Consejería de Hacienda, el más importante cargo de gestión que ha ocupado.

Entre las aficiones de Fer están el campo y los animales. Presume de poder identificar cualquier raza canina. No en vano tiene media docena de perros en su casa de La Arboleja. También allí tiene un huerto sometido a las estrictas tandas de riego. Otro de sus grandes amores es la costa de Águilas, por donde le gusta darse largos paseos. Le encanta asimismo el deporte, y cada semana tiene una cita con sus amigos para jugar una pachanga futbolera, como defensa central.

En el campo trata de imitar, con las distancias evidentes, a Fernando Hierro, del que le gustaba su contundencia y posicionamiento. Otro jugador que le marcó fue Enzo Francescoli. En esto coincide con Zinedine Zidane, gran admirador del uruguayo, hasta el punto de que llamó a un hijo como él. Otro deporte que le gusta es el full contact. Y el pádel, en el que era todo un hacha hasta su obligada retirada por un problema de tobillo.

Fundó el club de pádel de Lorca y promovió la construcción de la primera pista de la ciudad para practicar el deporte preferido de José María Aznar.

Ideológicamente, se define como «un liberal pragmático» y destacan de él que es una persona «prudente, moderna, trabajadora, responsable y leal» . Poco dado a la improvisación, le gusta planificar cada detalle. Es callado y austero, quizás por su formación con los franciscanos de Cartagena. Valora el compromiso y la lealtad, y detesta la insolidaridad y la hipocresía.

Desde muy pronto cayó de pie en el Partido Popular. Con 27 años, fue nombrado director de gestión del hospital Rafael Méndez de Lorca y del Área de Salud III de la Región, que abarca la comarca del Guadalentín y que presta asistencia sanitaria a 250.000 personas, con un presupuesto de 160 millones de euros. Le tocó lidiar con los terremotos de Lorca de 2011, una experiencia que marcó su vida. Durante un tiempo, su nick en Twitter era ‘Green Point’ (punto verde), por las señales que marcaban en los edificios según el grado de daños por el seísmo (el verde era para las que estaban a salvo).

Diputado regional desde 2011, fue portavoz de Economía, Hacienda y Presupuestos del PP, siendo ponente de iniciativas legislativas como la Ley de Sustitución Forzosa o la Ley de Emprendedores. Dejó el escaño para asumir la secretaría general de la Consejería de Hacienda, en el primer Gobierno de Garre, cuando organizó la puesta en marcha del FLA e impulsó la definición e implantación del Proyecto CORA de reforma de la Administración.

En los últimos años ha estado más centrado en el partido, siendo vicesecretario de Organización, el encargado de apagar los fuegos internos en los municipios, en muchos de los cuáles se está llevando a cabo una renovación interna. Desde hace un mes es coordinador general del PP regional, el Maillo murciano.

Pertenece a la generación Millenial y uno de sus lemas es que «hay que disfrutar el presente mientras se planifica un futuro mejor». Un futuro inmediato que, por el bien de la Región, esperemos que venga lleno de alegrías.