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Francisco Fernández Cano gana el Trofeo de Senas de los Juegos Deportivos del Guadalentín

En esta edición, se ha vuelto a homenajear a Ginés Ortín, jugador más longevo de la competición y de nuestras mini olimpiadas lorquinas

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Francisco Fernández Cano gana el Trofeo de Senas de los Juegos Deportivos del Guadalentín.

Durante varias semanas, de septiembre y octubre, decenas de personas han pasado por la Casa del Deporte para participar en el Trofeo de Senas, que se incluye en los Juegos Deportivos del Guadalentín desde hace 30 años. Esta edición ha contado con 32 participantes, una cifra bastante buena. Y es que este juego de mesa, arraigado a nuestra ciudad de Lorca, año tras año va consiguiendo más aficionados. Para no perder la tradición, se enseña de padres a hijos, e incluso de abuelos a nietos. Además, ya en la ciudad, existen cursos de formación, y algún campeonato, en fechas señaladas, para que este peculiar juego salte de los hogares a la competición.

El ganador de este trofeo ha recaído, este año, en Francisco Fernández Cano, que se ha impuesto a Diego Jiménez Perán, en la final. El tercer y cuarto puesto se lo han disputado Mateo Belmonte y José Pedro Tudela. Además de las respectivas medallas conmemorativas de los Juegos, para los ganadores, ha habido premios para canjear en material deportivo.

Este juego tradicional, no conocido por todos, pasa de generación en generación, de jugadores de antaño a aprendices que vienen pisando fuerte y que gracias a eventos como este, tenemos ya un campeonato heterogéneo, donde hemos visto competir a personas de todas las edades, gente joven y mayores, que han pasado los 90 años. Es el caso de Ginés Ortín, un hombre nonagenario, al que le apasionan las Senas. De hecho, tal y como relataba en la entrega del reconocimiento que, desde el Comité de los Juegos, se le ha hecho nuevamente, desde los años cuarenta, lleva enganchado a este juego lorquino. Siendo un niño, en un lugar emblemático como «La Cámara» daba rienda suelta a su afición, con las regañinas correspondientes, pero que no llegaban a nada, porque además era muy buen estudiante, y podía compatibilizar sus obligaciones con sus horas de esparcimiento, con este singular juego.